El Bully

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Ha pasado una tortuosa semana desde que tuve el sueño y quisiera hacer énfasis en la parte de "tortuosa", ciertamente, ésta es una de las veces en las que no puedo dejar de pensar en él, ni evitar sentirme extraña conmigo misma. Adicionando problemas, cada día he soñado unas locuras ya un poco más zafadas de lo usual... lo cual no es un problema en realidad, es solo que no puedo evitar quedarme pensando en cada detalle del sueño y resulto distrayéndome en clases. Me han llamado la atención más veces de lo usual y creo que ahora si me tienen entre ojos.

–Mamá, hoy me llevaré dos paquetes de galletas... se las daré a Mattew –dije mientras sacaba las galletas de la despensa.

–Lleva también unos dulces para que revivas energía en clase de educación física –me insinuó y luego se rio discretamente junto a papá. Honestamente, en mi caso mis padres son los que más me molestan por ser tan... lenta. Quiero llorar.

–Sí mamá, gracias por heredarme este físico de foca –susurré a propósito mientras me sentaba a desayunar en la mesa.

–Tu mamá solía ser de las primeras en llegar a la meta, incuso participo en algunas olimpiadas escolares representando a la escuela –dijo mi papá corrigiéndome mientras miraba dulcemente a mamá. Ella le respondió con un rápido, pero dulce beso en la mejilla.

–No puede ser, ¡entonces lo heredé de ti papá! –dije sorprendida y me cubrí la cara con pesar–. Tenemos más cosas en común de las que debería papá, ¿por qué no mejor me hacían un chico?... ya con eso no quedaría como la chica cliché que sufre corriendo... sino como el nerd que no tiene físico, pero que es un duro en todo lo demás.

–Si ya pareces un chico con esa forma de caminar y actuar Eri –regañó mi mamá–. Además de empezar a trotar los fines de semana, también deberías intentar actuar como una chica. Intenta ser un poco más tierna cariño... como una dama.

Estampé la frente contra la mesa, olvidaba que últimamente todas las conversaciones terminaban en mamá diciéndome, "debes actuar más como una señorita Eri, se dulce y tierna, ¡explota esa belleza tuya!" y mi papá asintiendo a todo sin objeción. Ciertamente me saca de quicio que, a estas alturas de mi vida, me salgan con eso... esas son cosas que se le enseñan a uno desde bebé. Mamá, para su suerte, era toda una doncella. Tenía gracia, belleza y era increíblemente afable.

–Sí mamá, pero no soy un chico... y tampoco ese tipo de chica. –La miré con carita de perro para que olvidara el tema. Para mi suerte, el sonido del timbre me rescató de la conversación, por eso amo las conversaciones antes de la escuela.... Por si salen temas que es mejor ignorar y salir huyendo hacia la escuela. Mattew, como le solicitó mamá, ha estado pasando por mí diligentemente y días como hoy, agradezco su puntualidad.

–¿Qué le pasó a tu frente? –preguntó mientras asomaba la cabeza por la puerta y saludaba a mis padres con la mano.

–La estampé contra la mesa cuando se desmoronaron mis muros –dije trágicamente. Mattew tenía razón, la frente me dolía un poco–. En dado caso, Mattew, vámonos rápido. –Tiré de su brazo y salimos rápidamente, él apenas logró pegar un grito de despedida a mis padres antes de que cerrara la puerta.

–Y... ¿entonces?... –susurró mientras me miraba –. ¿De qué tema estamos huyendo hoy?

–Mamá está insistiendo con eso de que sea una dama, creo no le gusta que me parezca tanto a papá –dije divertida y Mattew soltó una pequeña risita.

–Estoy de acuerdo con ella –lo miré amenazante–, ya estoy cansado de tantas golpizas de tu parte... aunque debo admitir que ya tengo cierta resistencia.

–¡No puede ser!... ¿por qué no me habías dicho eso antes? –Lo miré cariñosamente.

–No creí que lo tomarías en consideración... de haberlo sabido, lo habría mencionado antes –dijo con seriedad.

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