Toma #15

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Había tratado de hablar con Ho Seok durante toda la tarde del lunes, pero le había sido imposible. Por un momento creyó que por la noche lo tendría en su habitación, ya que las pasadas tres no lo había visto, pero de nuevo se equivoco. Cuando brincó al balcón del actor para buscarlo, solo encontró una nota sobre el peinador dirigida a él, al parecer sabía que iría a buscarlo. La nota le informaba que no estaría en la escuela esa noche y quizá, tampoco por la mañana del día siguiente, pero que esperaba verlo por la siguiente noche.

"¿Ho Seok dejando notas?" un punto más en esa lista de comportamiento extraño que debía comenzar a llevar.

El echo de que Hobi le avisara que no llegaría en toda la noche y que quizá por la mañana tampoco estaría, no le evitó el voltear constantemente hacía cada puerta por la que pudiera aparecer. Al salir de su habitación para ir a desayunar, no pudo evitar el voltear a la habitación de Ho Seok para ver si de casualidad salía de ella. Cuando llegó al comedor, constantemente volteaba hacía la mesa que siempre ocupaba o a la puerta por donde llegaban los demás alumnos para ver si entraba. Cuando llegó al salón su mirada constantemente giraba al banco que siempre ocupaba o a la puerta esperándolo llegar...

Y sin embargo ya casi era medio día y no había señales de él. No sabía que podía extrañarlo tanto. Desde aquella noche en que se quedo con él, no habían vuelto a hacer el amor ¿El amor?, ¡Si!, ¡El amor! Porque él se entregaba por completo en cada encuentro, en cada caricia, en cada beso. Estaba a meses de dejarlo ir, bueno, aun que quien se iba era él... y Ho Seok lo sabía. Quizá ese era el verdadero motivo de su ausencia y no tanto el estar ocupado con lo relativo al Oscar.

Hubiera seguido cavilando, pero la puerta de la sala de prensa dos apareció ante sus ojos sacándolo de sus pensamientos. ¡Y cuantas gracias daba a eso!, ya que comenzaban a tornarse muy pesimistas. Sujetó el picaporte sintiéndose extraño. Cuando estaba en clases, escucho que alguien le buscaba en ese lugar, así que decidió ir de inmediato. No sabía quien era y estaba seguro de que no era Hyuna. Por eso se sentía extraño.

Cuando abrió la puerta lo primero que vio fueron esos ojos azul marino que tanto temía, para después pasar a esa sonrisa que siempre que era dirigida a él era porque algo se traía entre manos. Lo vio pararse para acercarse a él y por instinto retrocedió.

- Vamos hermanito, no voy a hacerte nada – La voz burlona de su hermano lo despertó de lo que creía era una más de sus pesadillas infantiles donde lo veía azotándolo contra el suelo, para después golpearle hasta que perdía el sentido.

- ¿Jackson, que haces aquí? – Era la última persona a quien esperaba ver, pero era una de las que tenían permiso para entrar. Quizá por eso se sentía extraño, porque presentía que alguien de su familia adoptiva estaba en la escuela.

Jackson se acercó a él sin perder la sonrisa y lo tomo de los hombros haciéndolo respingar. Sabía lo mucho que le temía, pero solo lo sintió palmearle los hombros con las manos, tal como solía hacerlo su padre cuando vivía, para que se relajara y olvidara los nervios.

- Relájate Ji Min, no vine a golpearte ni a exigirte que me des lo que papá dejo – dijo sin perder esa sonrisa que Ji Min sentía era real. Entonces lo soltó y giró dándole la espalda - Se que papá tenía toda la razón al protegernos de la forma en que lo hizo. Si le dejaba todo a mamá ella probablemente me lo daría para que yo siguiera apostando – Ji Min no sabía si creerle o no, era claro que su hermano sabía actuar cuando lo necesitaba – Por lo mismo necesito pedirte un favor.

- ¿De dinero? – pregunto Ji Min sabiendo de antemano la respuesta. Jackson ni se inmuto por la pregunta, solo camino hasta el escritorio y se sentó para observarlo desde él.

- Necesito comenzar de nuevo. Quiero corregirme y sentar cabeza, tal como papá quería. Así que me voy a Europa – aseguro. Ji Min tomó asiento en la silla frente al escritorio sin poder creer la serenidad con la que le hablaba. Si tan solo pudiera creerle, se dijo con tristeza - Se que no me crees hermanito – Ji Min se sintió violento al escucharle decir esa palabra, Jackson la usaba cuando se estaba burlando de él – pero te juro, por la memoria de nuestro padre – Podría jurar por quien quisiera, pero no iba a creerle tan fácilmente. Ya no era tan idiota como antes como para caer en un cuento como ese – que te estoy diciendo la verdad. Voy a irme a trabajar a un casino de Londres, mira – dijo sacando un boleto de avión y una carta – Me voy este domingo y comienzo el miércoles en este casino – dijo mostrándole el membrete de la carta, que realmente era una de trabajo, donde lo aceptaban como cupiere – Y necesito de tu ayuda para solventar los primeros gastos; ya sabes, comida, casa.

Entre el amor y el odio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora