La fiesta había sido un éxito, incluso la pareja en cuestión había terminado uniéndose a la diversión después de un rato. Poco a poco mientras el sol se ponía, todos comenzaron a tomar sus propios caminos dejándolos solos al fin.
Izuku y Katsuki terminaron de limpiar los destrozos de sus amigos cuando el cielo ya estaba oscuro, por lo que algo cansados decidieron irse a la cama, ambos querían dormir, pero aún había algo sobre lo que debían hablar y el rubio sabía que no podía postergarlo por mucho más tiempo.
—A pesar de no haberlo esperado no fue tan mal, ¿no crees, Kacchan? —cuestionó Izuku con una sonrisa, mientras comenzaba a quitarse la ropa para ponerse un pijama más cómodo.
—Supongo —respondió indiferente el susodicho, comenzando a desabotonar su camisa—. Deku, hay algo de lo que necesitamos hablar.
El ojiverde paró su tarea para observar con curiosidad a su prometido, pues no tenía idea de qué querría hablar anunciándolo con ese tono, pero muy dentro de él sentía que algo no andaba bien.
—Yo… Tsk, no lo sé —increíble, estaba titubeando—. Es que… No sé si debamos seguir con todo esto.
El portador del One for All se giró completamente hacia él y le miraba casi sin parpadear, como si estuviera deseando que sus palabras no significaran lo que estaba pensando.
—¿A… A qué te refieres?
Bakugō no podía ni mirarlo a los ojos, sabía que si lo hacía comenzaría a flaquear y eso no es lo que necesitaba en esos momentos. Juntó todo el valor que pudo y también se giró hacia él, quedando frente a frente en la cama.
—No debemos seguir con el compromiso… Ni con nuestra relación.
Vio como su aún pareja movía los labios en un intento por decir algo, pero tardó en encontrar las palabras adecuadas, su voz sonaba entrecortada.
—¿P-pero por qué? ¿Qué cambió, Kacchan? Es que… ¿Tu no me amas?
Mierda y más mierda, como odiaba ver llorar a Deku, siempre le había fastidiado esa sensible forma de ser que había tenido desde que eran niños, pero ahora no soportaba ver esas lágrimas que caían todo por culpa suya y su maldita indecisión.
No podía decirle la verdad, pero si no lo hacía sólo saldrían más lastimados, no podía estar con él sólo por lástima, ese no era Bakugō Katsuki, ni lo que Izuku Midoriya merecía.
—No, ya no puedo corresponderte.
Izuku bajó la mirada, grandes lagrimones caían por sus mejillas, no lograba entender que es lo que había cambiado tan rápido, era imposible que cambiara de opinión tan rápido, a menos que… A menos que Katsuki nunca lo haya amado en serio.
—Kacchan… Tu amas a alguien más, ¿no? Dime quién es.
El rubio cenizo abrió los ojos con sorpresa por la veloz resolución del menor, incluso consiguió dejarle sin saber que responder, si le contaba la verdad acerca de Todoroki sabía que rompería su amistad de años y además pondría en un gran aprieto al bicolor, en ese momento se sentía acorralado.
—Esto no tiene nada que ver con alguien más, soy yo, Deku.
Ante su respuesta, el peliverde se levantó y de un golpe tiró la lámpara que yacía sobre su mesita de noche, dejándola hecha añicos en el suelo.
Izuku lloraba con impotencia, Katsuki no sabía si debía decir algo más o si sólo debería salir de esa casa para nunca regresar, comprendía el dolor del héroe, pero no podía seguir más con su farsa.
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Deku's Boy [TodoBaku]
RomanceMidoriya Izuku ha sido su mejor amigo desde la preparatoria y no desea perder su amistad, sin embargo, ese rubio valía ganarse el odio de todo el universo si sólo podía sostenerlo un minuto entre sus brazos. Song-fic.