El arrebato de Marzo

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Ah, siempre me ha encantado este mes. 

No sólo por ser el mes de mi cumpleaños, me agrada de una manera genuina, los colores del cielo, de las plantas, las flores de la jacaranda decorando las calles y los atardeceres son sabor a nostalgia. Las mejores cosan me han pasado en Marzo y, considero, es un efecto colateral que sea el mismo día de mi cumpleaños. De igual manera, nunca tengo expectativas muy altas, me gusta sorprenderme a mi misma con las sorpresas que el futuro puede deparar, lo espontaneo se adueña de mi y me deja ir a rincones antes inexplorados de las experiencias y las charlas a media luz de la tarde, con galletas, helado o una buena canción calmando las voces de una acelerada ciudad insaciable. 

Sin embargo, este año, Marzo me ha dejado un sabor extraño,  si este mes fuera una canción, sería la representación ideal de la canción "In the hall of the mountain king", que inicia con pasos pequeños, casi imperceptibles y, poco a poco, una tímida melodía comienza a inundar el ambiente, los pasos se aceleran, se conserva un buen ritmo unos cuantos compases y esa melodía comienza a amortiguar los pasos, los envuelve, se apodera de ellos y los obliga a trotar, a correr, todo se vuelve caótico, los pasos dejan de sonar, los platillos suenan, las cuerdas de los violines son tocadas por dedos apenas visibles y, al final, los pasos ya no existen, un sonido voraz se apodera y el clímax de lo abrumador se hace presente y, tan pronto como la locura comenzó, termina sin más. Sin avisar, sin esperarse, así como en un principio no nos imaginábamos que el caos comenzaría.

Y, es que de ser sincera, cuando salieron las primeras noticias de que la cuarentena comenzaría, nadie estaba preparado para el desgaste físico, emocional y económico que esto representaba. Ver miles de películas sobre pandemias e invasiones zombie nunca, nunca, te prepararán lo suficiente para algo como esto. No culpo a las personas que han puesto en duda lo que se ha dicho por parte del gobierno, desconfiar está en nuestra naturaleza, sigue siendo difícil de creer que algo que sonaba tan lejano, esté aquí y que algo que dábamos por sentado, como la libertad, se ha alejado. 

Este año he cumplido 19, un domingo 22 de Marzo, encerrada en casa, con las puertas cerradas a cal y canto y, sobre todo, viendo como el cielo se teñía con la incertidumbre de cientos de personas que esperamos que todo termine pronto. No me mal interpreten, realmente no puedo quejarme, pasé el día con mis seres queridos, la música y el sazón no faltaron. No acudió toda mi familia, mis amigos me felicitaron gracias a la maravilla del internet y recibí todo el ánimo que alguien puede desear, así como muchos otros que están viviendo lo mismo o en peores condiciones.  No fue un mal cumpleaños, seguramente será uno de los más recordados y especiales que tendré en un mucho tiempo, sin embargo, fue diferente, porque estar en casa no fue la primera opción, era una imposición y aquello desafía todo lo que conocemos y somos. 

Marzo nos arrebató nuestros planes, momentos que nunca se vivirán y paisajes que no podremos contemplar, nos arrebató nuestras pláticas y exploraciones con amigos, conocidos, familiares. Nos arrebató una parte de lo que siempre esperamos ser: Libres.  

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2020 ⏰

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