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14 de septiembre, un día tan frío en la madre Rusia que para una persona normal estaría tan congelado que no querría salir a ningun lado. -15°, ¿sería suficientemente frío para aquel ruso de cabellos tan blancos como las mismísima nieve?

Definitivamente no, esté albino solo llevaba puesto una camisa negra, unos vaqueros grises y su típica ushanka. Pero por otra parte, su pareja, quien acostumbrado al calor de playas de su país, se mantenía arropado con las enormes sabanas de la casa del menor.

Estaba completamente congelado, todo su rostro estaba pálido; sus mejillas y labios estaban rojos. Hubiese sido una bonita vista para el euroasiático sino fuera porque no le transmitía ningún sentimiento.

Llevaban siendo pareja diez meses, pero esos meses no eran más que una prueba para el de ushanka.

Tenía que saber cómo sería tener una relación con un latino, y para su fortuna era bastante entretenido.

—Chikistrikis.— Lo llamó el mexicano. Odiaba ese apodo pero no se atrevía a decirle nada... aún. —¿Como le haces para aguantar el frío?

—Me acostumbre.— Dijo sentándose junto al norteamericano.

Las voces de lo personajes de una serie de la cual solo estaba viendo el azabache, resonaba por toda la sala. "Shut up and dance" interesante capítulo, la vería de nuevo en otro momento, ahora solo quería que el moreno se largara de su casa.

—¡No mames! No puedo creer que sea un pedofilo. Que asco.

El contrario solo asintió, no sabía que sucedio pero le daba igual.

Se levantó y se dirigió hacía la cocina, fue hasta el refrigerador, busco entre toda la comida que había.

No más que vodka y lo que normalmente una persona tiene en su casa.

Era tan aburrido estar atrapado en ese lugar. Esperaba con ansias a la próxima reunión, esa sería una de sus únicas oportunidades para poder verlo de nuevo. Colombia.

Resignado, se dispuso a preparar té. Unos minutos después lleno dos tasas y fue donde se encontraba el más bajo.

Seguía viendo la misma serie, dejó la taza en la mesa de noche y volvió a salir.

—Rusky... ¿por qué no te quedas a ver este capítulo?— Preguntó mirándolo con nostalgia.

—Ahora no.— Dijo seco.

El mexicano miró el suelo con tristeza en sus ojos.

Desde hace un tiempo todo se había vuelto monótono. Quién diría que la pareja más linda de country's se deterioraron tan rápido.

Sino fuese por la reunión de la próxima semana, no estaría allí. Ambos estaban cansados uno del otro, pensaban seriamente en terminar esa relación, pero ninguno se atrevía; uno por amor y el otro por un simple capricho.

México suspiro melancólico. Quiso calmar su frío con el té pero su orgullo y un mal pensamiento no lo dejaron.

Busco su teléfono en el bolsillo de su sudadera, encendió el aparato y le escribió a Ucrania.

—Hola.— Espero a que se conectará.

Unos minutos después, su mensaje fue respondido.

—Привіт Мексико.
¿Cómo estás?
Sigues es casa de mi hermano ¿no?—

Tenía esa manera peculiar de escribir; debes en cuando se volvía irritante pero cuando se necesita de consuelo, él era el mejor.

—Si, estoy con Rusia.
Necesito hablar contigo, ¿puedes venir?

dejo su telefono aun lado en cuanto recivio un si. Con frío y sin muchas alternativas bebió del té que le había preparado su pareja.

—Amargo...

...

Las horas pasaron y un rubio de ojos azules estaba en casa del ruso.

Una visita repentina, lo tenían que admitir; pero al menos, para suerte del albino, su hermano le haría compañía al Moreno. Ambos se encontraban sentados en el comedor, bebiendo chocolate caliente.  

El latino aún desconocía el paradero del europeo, era emocionante, al menos eso decía el ojiazul.

Hablaban de temas sin importancia, chistes y risas se podían escuchar de sus varoniles voces; hasta que de pronto y sin previo aviso el ojiverde hablo.

—¿Por qué viniste?— Preguntó el mayor.

—México me dijo que viniera. Dijo que no lo tratabas bien, que ya no es lo mismo.

Respondió mirando la tasa.

—Sé que él no te gusta pero... no deberías hacerle esto. ¿Cuándo terminará toda esta farsa?

El ceño del ucraniano se frucia cada vez más, había estado enamorado del azabache durante años. Que su hermano mayor hiciera eso al que ama, realmente le molesta.

—Pronto... Ve con él si quieres, hazle lo que quieras, no me importa, solo mantente callado y no digas nada.

Dijo subiendo las escaleras en dirección a su estudio.

—Блін.

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