Con la mente en la luna, expresión despistada y palillos en sus labios sin ingerir alimentos.
"..raka."
Ella seguía y seguía pensando...
"...raraka."
Y continúo...
"¡Uraraka!"
—¿Huh?—Casi como si despertará, desvío su vista a un rubio de escarlata mirada.—B-Bakugou... San.—Debido a sus nerviosos no evitó usar un sufijo más formal con él.
—¿Te encuentras bien?, Estabas distraída.—Con una dulce preocupación la veía. Ochako negó con las mejillas rojas.
—¡Estoy bien, muy, muy bien, sólo pensaba!—Algo nerviosa negó con su mano, moviendola con gran rapidez de un lado al otro, intentando no demostrar el color rosa en su rostro.
—¿Hay algo que te preocupe?—Esa genuina preocupación conmovía su corazón que temía que pudiera escuchar su palpitar.
—Más que algo...—Viendolo de reojo no evitaba recordarlo, sus labios y los de ella. Pero este Bakugou no tenía idea de aquello, haciéndola sentir nerviosa.—Estoy bien, comamos, Bakugou-kun.
—Esta bien, Uraraka.—Sonrientes continuaron el almuerzo con calma uno junto al otro. Uraraka aún nerviosa, repetía aquel suceso una y otra vez en su mente, el Bakugou a su lado la observaba.
Al momento de volver a clase y levantarse, Katsuki la tomó de la muñeca.
—¿Bakugou-kun?—Ella lo miro sonrojada y nerviosa, su mente pensaba si quizás era el Bakugou usual, haciéndola estremecerse, esté con las mejillas algo rosadas aclaro su garganta.
—Ve... Veamos, después de clases... ¿Si?—En espera de una respuesta, seguía sin soltarla.
Ochako lo comprendió. Ese Bakugou era muy lindo. Y realmente le gustaba.
—Claro, Bakugou-kun.
¿Entonces por qué una parte de ella sentía que era tan falso?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La castaña espero a que todos se fueran, despidiéndose con una linda sonrisa de todos. Y viendo a su izquierda, aprecio a Bakugou.
—Uraraka.—El rubio sonrió un poco, tímido. La castaña sólo podía verlo, se sentía más tranquila que al inicio del día. Quizás porque una parte de ella veía a ese Bakugou como alguien diferente al del otro día.
—¿Querías decirme algo, Bakugou-kun?
Sus ojos chocolate veían esos puños apretarse. Su mirada amable pero determinada hizo que la castaña notará sus intenciones.
—Han pasado 6 días ya.—Diciendo eso, la miro fijamente, con una mueca.—Y realmente, realmente me gustas, Uraraka.—El rubio tomó la mano de la chica.—No se si mañana siga aquí.—Con su mano libre acarició la mejilla de Ochako con gentileza.—Pero quería decírtelo.—Tan cerca el uno del otro, Ochako mantenía silencio, dejándolo acabar con la sonrisa más grande que el rostro de Bakugou pudiera hacer.—Realmente te amo, Uraraka, por favor, sal conmigo.