VIII

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Había estado atenta a las respuestas que Bakugou daba a sus compañeros, todas igual, repletas de insultos, negando los hechos mencionados. Provocándole un revoltijo en el estómago.

Recordaba perfectamente haber tenido una conversación con el Bakugou original antes. Por lo tanto debería recordar al menos ese beso, ¿No?, Debería recordar todo, ¿No es así?

—¿Por qué mientes, Bakugou-kun...?—Cubriendo su rostro suspiro, la vergüenza la mataba. Pero en cuanto sonó la campana de salida, reaccionó inmediatamente con un sólo objetivo.

Hablar con Bakugou.

En cuanto lo vio cruzar la puerta, instintivamente quiso detenerlo, de una manera bastante... Practica.

—¿Qué rayos haces, Cara redonda?—Sentir esos ojos carmesí sobre su persona volvía a ponerla de los nervios. Más estando a espaldas del rubio, deteniendolo debido a que agarro su camisa.

—Esto... ¡Q-Quisiera que habláramos, Bakugou-kun!—Su rostro de color rosa sólo delató sus nervios, el rubio se soltó del agarre con facilidad.

—No tengo nada que hablar contigo.

Verlo avanzar, alejarse, sólo la hizo apretar los puños y dientes.

—Mentiroso.—Esa pequeña palabra dejo escapar antes de correr y golpear la espalda de Bakugou, haciéndolo flotar.

—¡¿Qué mierda crees que haces ahora?!—Moviendo sus brazos miro a la castaña, Ochako frunció sus pequeñas cejas, y sacando su lengua gritó;

—¡Eres de lo peor, Bakugou-kun!—Tan rápido dijo eso, comenzó a correr.

Bakugou uso sus explosiones para acercarse a una aterradora velocidad hacía ella. La escena fue muy cómica para los presentes, Ochako corriendo por su vida y Bakugou gritando muere mientras la persigue casi volando.

En el momento que salieron de la escuela y ya no había un techo fue cuando Ochako se vio vencedora.

—¡Maldita... Cara redonda!, ¡¿Cuál es tu problema?!—Abrazando un poste la observó con evidente enojó, Ochako apretó los dientes nuevamente.

—¡Tú eres el problema!, ¡No vuelvas a hablarme si vas a fingir que nada sucedió!, ¡Deberías tomar la responsabilidad!

El rubio sudo al sentir muchas miradas de alumnos sobre él y Ochako. Esa frase sonó bastante extraña. Muy fácil de malinterpretar.

—Tch...—Revolviendo su cabello notó esos ojos marrones cristalinos, y sin comprenderlo del todo, con un tono menos seco soltó;—Uraraka, bájame.

Ochako obedeció, juntando sus manos, Bakugou recuperó su peso usual, tocando el suelo, aunque de manera un tanto dolorosa luego de caer por el poste.

Uraraka paso a su lado, sin decir nada más, en dirección a los cuartos, y el rubio de modo molesto sólo gruño.

Uraraka paso a su lado, sin decir nada más, en dirección a los cuartos, y el rubio de modo molesto sólo gruño

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Los siguientes días fueron normales para el rubio. Con un detalle.

"Otra vez"

Era ignorado, evitado, ni siquiera lo miraba. Desde que volvió a la normalidad ella no lo miraba. Y lo peor era que...

No tenía ni idea del porque, pues ella no le hablaba. Y basado en lo que Kaminari, Kirishima y Sero le comentaron junto a Mina, quería suicidarse.

Porque Bakugou Katsuki no mintió al decir que no recordaba nada de esa semana. Cuando despertó todo era borroso, casi como un sueño, al ver su calendario, notó esa semana faltante, y luego de preguntar a Aizawa decidió sólo seguir como si nada. Después de todo, su querido sensei no le dió importancia a comentar de que era el quirk que lo atacó, sólo que no le pasó nada y estaba bien.

Ahí tanto Kaminari y Mina le ayudaron a comprender que sucedió con más detalle. Claro los hizo estallar al oír esos horribles y fuera de personaje escenarios románticos de sí mismo. Y lo peor.

Con Uraraka Ochako.

No era suficiente ser un imbécil enamorado, sino con ella, ¿Verdad?

Su último recuerdo fue protegerla de un rayo, y eso era todo. Todo fue rosa.

¿Qué tanta mala suerte podía tener para ser enamorado de la persona que ya le gustaba?, Porque, y aunque lo niegue, le gustaba esa chica de gran redondez.

Siempre le brindaba una honesta sonrisa, era amable y gentil, pero sobretodo, podía patearle el trasero si lo intentaba. Estaba cautivado, y debido a su personalidad era incapaz de confesarlo.

Por eso, justo ahora, ni siquiera poder oírla decirle buenos días, hola, o sólo pronunciar su nombre arruinaban su día.

Según Kirishima, ella sabía que era un poder, y lo entendía, entonces... ¿Por qué estaba tan enojada?, ¿Qué hizo su versión romántica para que su ángel no le dirigiera ni una mirada?

—¡Rana de mierda!—Acorralando a su joven compañera de clase de manera completamente normal y sutil.

—¿Necesitas algo, Bakugou-chan, kero?—Con su dedo en su mentón tenía su usual expresión, el rubio apretó los dientes, intentando no tirar chispas, de manera literal.

—Tenemos que hablar.

—¿Qué tengo yo que hablar contigo, kero?—Bakugou sabía que esa rana era la mejor amiga de Ochako, y aunque odiara dirigirle la palabra debido a que, quizás, esa chica supiera ya de sus sentimientos desde hace mucho tiempo, siempre le contestaba sin molestias, ignorando su tono.

—Sobre Uraraka.

—Si es sobre Ochako-chan, kero, ¿Lo mejor no sería hablar con ella?

Sabía que no estaba siendo sarcástica, y eso sólo lo irritaba aún más.

—¡No puedo hablar con ella porque no me dirige la palabra!, ¡Y tú me dirás porque!

—¿Yo?—Tsuyu se apunto, aunque se mantenía con la expresión de siempre.—No sé si debería hablar con la persona que rompió el corazón de mi amiga, kero, olvidar que besaste a alguien no está bien, Bakugou-chan.

El rubio iba a quejarse, pero luego de procesar esas palabras, algo en su cerebro se encendió.

"Esa es... Mi gran respuesta, cara redonda."

Tsuyu salto lo más lejos posible al presentir una inminente explosión.

Efectivamente, Bakugou estalló.

¡OH NO! | KacchakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora