Parte 2

4.1K 51 10
                                    


Con el cambio de horario justo esos días, habían aumentado las horas de sol, y después del incidente de esa misma mañana no había vuelto a salir al balcón, eso le acarreaba una lucha interna. Por un lado sentía miedo, no estaba arrepentida de haberle mostrado al chico como apretaba sus pechos contra ella, pero sabía que buscar su mirada aunque fuera un solo segundo había sido un acto imprudente y aun entendiendo que había sido un acto imprudente a la par que incontrolable, una parte de ella pensaba en lo que podría acarrear eso. Sabía perfectamente que él no se había movido para no ser visto, pero ¿ Y si al ser descubierto no salía más? Eso era algo que no podía concebir de ninguna manera, pero ¿Por qué? ¿Cómo podía haber llegado a ese extremo? 

Decidió que lo mejor que podía hacer era simplemente no preguntarse nada y vivir el momento, ya suficientemente mal lo había pasado unos meses atrás, ahora había algo que le hacía bien, daba igual el porqué. Y no solo le hacía bien, porque aunque si bien era cierto que un parte de ella no quería salir más, esa misma negativa, esa misma prohibición la hacía hervir por dentro, había momentos donde tenía pensamientos de salir y quedarse fuera hasta que el chico saliera también, en otros momentos habría salido totalmente desnuda y no se habría movido hasta que el chico diera señales de vida, le importaba muy poco quien la viera, solo quería que él la deseara. Esos pensamientos duraban un par de segundos y volvía a tener la cabeza en su sitio al momento, pero poco a poco se iba dando cuenta que algo había cambiado en ella, antes nunca se había podido ni imaginar nada parecido.

Muy diferente había sido para él, se quedó petrificado mucho tiempo después que ella volviera hacia dentro de su piso, pensando en lo que iba a pasar en aquel momento, o peor, pensando en lo que iba a hacer a partir de ese momento, si no le había visto, era una señal de que igual lo que estaba haciendo no estaba bien, y que en cualquier momento podrían pillarle. Y ya no solo eso, ¿Y si le había visto? pensó en cómo se sentiría ella, no quería ni llegar a imaginar algún gesto de menosprecio o de asco, le causaba auténtico miedo el simple hecho de que pudiera verle y que ella se asustara de él. Estuvo totalmente atormentado toda la tarde, dando vueltas de un lado para otro, otra vez con la bola de pinball en la cabeza, pero esta vez de una forma no tan agradable como lo había sido esa misma mañana. Decidió que no iba a salir más, ella había sido su pequeño regalo de cuarentena y se iba a quedar con lo que ya tenía.

Pasaron unos días y ella empezó a ser algo más cauta, salía menos de lo habitual y cuando lo hacía evitaba quedarse mirando a un punto fijo para poner su vista periférica en él, solo salía a fumar o a sentarse un rato para escuchar el silencio de la ciudad, de esta manera no podía saber si el chico estaba allí o no, era un riesgo muy grande seguir la rutina que tenía hasta ese momento. Sabía que inconscientemente en cualquier momento podría acabar mirando y no quería asustarle, dejaría pasar unos días, dejaría que él la viera y en unos días se permitiría volver a vigilar como la vigilaba.

 Sonaba tan mal en su cabeza como lo era "vigilar como la vigilaba", empezaba a pensar que todo eso no era buena idea, pero ¿A quién le estaba haciendo daño? Si, la situación podía ser mejor, pero creía que la situación no era tan mala, y seguramente no lo fuese. Pero los días continuaron pasando, hasta que una noche, aprovechando la oscuridad y se permitió mirar. La persiana estaba totalmente bajada, parecía que había estado así varios días así, a juzgar por las marcas de paloma en el marco. Eso le causó un profundo dolor, como si le hubieran dado un golpe justo en la parte superior de su ombligo, entró y no pudo aguantar una pequeña lágrima justo antes de irse a dormir.

Al día siguiente, la despertó el ruido de un coche de policía que pasaba por su calle. Sin ganas de levantarse de la cama, se quedó allí gran parte del día. Solo se levantó para comer alguna cosa o para ir al baño, hacía un día bastante caluroso, así que no podía estar tapada con las sábanas, por lo que decidió cerrar todo y quedarse a oscuras en su habitación, para estar simplemente allí, tranquila. Se despertó pasadas unas horas, ya era de noche y le dolía muchísimo la cabeza, probablemente de haber dormido tanto, aunque se sentía algo mejor, se levantó y notó cómo a pesar de que hacía calor soplaba un poco de viento, era una sensación que le encantaba, así que decidió salir a su balconcito a fumar.

A través de la ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora