𝐕𝐞𝐜𝐢𝐧𝐨 ~ 𝐓𝐫𝐮𝐞𝐧𝐨 ✔️

TRECE

— bueno, dale, hablá.— le dije a Mateo dándole a entender que aceptaba hablar con el.

— primero que nada... Sé que me equivoqué y perdón. Y bueno el resto... no sé, quiero volver a estar con vos. Quiero que volvamos a estar juntos. — se rascó la nuca y miró al suelo.

— creo que debemos dejar todo acá Mateo, ya está. — y en cuanto termine de decir ésto ,el estampó sus labios contra los míos. Un beso salvaje y desesperado ,pero de a poco se fue transformando en uno lento y tierno. Soy una imbécil por seguirselo. Igual, no me arrepiento.

Nos separamos por falta de aire. No me había dado cuenta que yo tenía mis manos en el cuello de el, y tampoco me había dado cuenta que él tenía sus manos en mi culo.

— fué un impulso. — dijo y me miró. — bueno, pero igual quería hacerlo.

— emm, me parece que me llama mi hermano. — mentira. Solamente quiero escapar de la situación.

Salí al patio y me senté en dónde estaba anteriormente.

                               (...)

— Dal... ¿Traes la cerveza que está en la heladera? — me pidió Pedro.

Asentí y me levanté. Fuí a la cocina en busca de la cerveza que estaba en el interior de la heladera.

Está es como la quinta cerveza que se toman. Yo también tomé un poco, no me gusta mucho. Ya comimos hace rato.

Mateo estuvo bastante distante. Me miraba de a ratos y me sonreía. Yo lo único que hacía era ignorarlo.

Siguiendo en la cocina abrí la heladera y busque la dichosa cerveza. Cerré la heladera con mis caderas. Tengo ambas manos ocupadas. En una la botella con la cerveza y en otra el celular. Estoy viendo Instagram.

— que concentración... — un Mateo divertido apareció en mi campo de visión.

— Mateo, necesitamos hablar... — hablo en un tono serio.

— si? De que ? — dijo en el mismo tono de hoy.

— terminamos, no quiero seguir peleada con vos. Así que, cortamos. — sus ojos se aguaron.— podemos ser amigos si eso querés.

— no te entiendo Dalia, hago todo para que me perdones y en vez de perdónarme querés que nos separemos. — podía ver tristeza y furia en sus ojos.

— Mateo, lo nuestro se acabó cuando estuviste con otra. — me fuí de la sala dejándolo sólo.

                             *  *  *
  Son como las dos de la mañana y todavía estamos acá. Mi hermano más chico y emilio están en el living viendo Coco. Mi hermano mayor está jugando a las cartas con Pedro, Penny,mi mamá y un par de personas más que son amigos y familiares de Pedro y Penny. A Mateo no lo ví más, supongo que está en su habitación. Seguro está jugando a la play o algo así. ¿Yo? Estoy mirando como juegan a las cartas. Mi teléfono no tiene batería. En mi interior estoy llorando con todas mis fuerzas. No quiero que todo se termine con Mateo, por qué lo amo, pero no sé si el siente lo mismo. Quizás sí, pero no sabe cómo demostrarlo. O quizás no y me está dando claras señales.

Me levanté de mi asiento y me dirigí adentro.

— emi... ¿Me prestas un cargador? — Emilio se dirigió a las escaleras.

— vení. — hizo un gesto con la mano para que lo siga.

Emilio tenía varios cargadores porque tuvo dos teléfonos y les quedaron los cargadores. No le pedí a Pedro, ni a ningún otro porque ellos tienen iPhone y no es el mismo cargador que mí celular. En cambió los que tiene Emi son los basicos porque él tuvo el celular de la misma marca que el mío. 

Seguí a Emilio hasta su habitación (la cuál está en frente de la de Mateo) el prendió la luz y entró. Yo me quedé en la puerta. Me apoye en el marco de la puerta y crucé mis brazos mirando como el pequeño buscaba lo que le pedí.

— Emilio, ¿Podés apagar la luz y hacer menos ruido? O por lo menos cerra la puerta. — Mateo habló a mis espaldas.

Me dí vuelta y lo ví en la puerta de su habitación, con los ojos rojos, con cara de culo y en cuero.

— no sabía que estabas acá. — dijo mirándome. — creí que estabas abajo.

— tomá dal — dijo emi dandome el cargador. Después bajo por las escaleras.

Me quedé petrificada ,ni siquiera sé porque, el me miraba con esos lindos ojos marrones. El también estaba cómo una estatua, solo me miraba.

— sigue en pie la propuesta de ser amigos. — dije y bajé por las escaleras.

Después de un par de horas me fuí a casa. Tenía sueño y estaba cansada.

Me puse el pijama y me acosté. Me fijé si tenía alguna notificación en el celular. Y no había nada. Pero justo cuando estaba por poner a cargar el celular este vibró.

WhatsApp de Mateo:

Acepto ser tu amigo,niña zombie.

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Ayyy!!! Que lindo!!!

Perdón por romper la promesa de que se iban a arreglar. Pero me encanta que estén peleados. Muajaja soy malvada.

Quiero que rueguen por qué se arreglen.

Nah , mentira. Algún día van a ser felices. Lo prometo