DIECISÉIS

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Dalia

Dudé en si hablar con Mateo o no. Era una cosa difícil decirle todo lo que tengo para decir.

— sí, estoy bien. — dije y le sonreí. — ¿Vamos? — el asintió y salimos de ahí.

Decidimos volver juntos a casa. En el camino hablamos de cualquier cosa. Antes de entrar a mi casa me despedí de el, se fué a su casa y yo ente a la mia.

Cuando entré a casa me encontré con alguien que no esperaba. Mi mandíbula cayó al piso como en los dibujos animados, bueno creo que exageré.

— hola hija — dijo mi papá.

Creí que jamás iba a volver. Mi mamá y el se separaron hace unos años, el nunca se preocupo por nosotros, se fué y no volvió. Ni para nuestros cumpleaños, navidad, año nuevo, actos escolares. Nada y ahora se aparece así como así.

— andate — fué lo único que salió de mi boca.

Mi mamá nunca hablo de el, no desde que se fue.

— hija, tu papá tiene que hablar con ustedes. Déjalo explicar las cosas. — dijo mi mamá. 

Estaba por agregar algo pero mi hermano entró por la puerta principal. Miró a mi papá y suspiró. Se acercó a él y lo agarro del cuello de la camisa.

— ¿que haces acá? — se notaba que estaba furioso.

— hijo, déjame hablar. — mi papá estaba tranquilo.

— no!! Te vas de acá. ¿De que vas a hablar? ¿De que te fuiste sin dar explicaciones? Nos dejaste tirados, y seguro fue para andar por ahí con tu amante. — mi hermano seguía con furia en su voz. Mi mamá sollozaba y yo creo que casi me seco de tanto llorar.

— déjalo hablar. — mi mamá le indico a mi hermano. Este hizo caso y lo soltó, se sentó en el sillón y yo imite su acción.

— sí, tenía una amante, pero me enteré de que estaba enfermo, cáncer eso es lo que tenía. Me fuí para que no me vean en ese estado. Le estuve mandando plata a tu mamá y estuve preguntándole por ustedes, no podía venir, porque estaba viviendo en Estados Unidos. Con mi amante, que ahora es mi mujer, tengo dos hijos. — lo interrumpí. Reí sarcásticamente.

— y lo decís con tanta tranquilidad, esto es el colmo. — me levanté y intenté irme, pero mi hermano me agarró del brazo y me sentó a la fuerza. Mi papá continúo.

— cuando me curé quise volver, para verlos y estar con ustedes en todos esos momentos que debía estar. Pero mi hijo más grande enfermó. — lo volví a frenar.

— cuántos años tiene? — le pregunté. Mi hermano más chico tiene siete, cabe aclarar que el está en futbol ahora, si no ya estaría apegado a mi papá como chicle.

— nueve. — antes de decir ésto tomo mucho aire y lo soltó cuando terminó de decirlo.

Entonces... Engañó a mi mamá todo este tiempo. ¿Tuvo una doble vida? Creo que no, mi papá estaba todo el tiempo en la casa, era imposible. En estos momentos tenía el corazón estrujado, tengo dos hermanos y uno está enfermo. Ya no se que hacer, por un lado culpar a mi papá y por otro lado querer darle un abrazo.

— ¿Que tiene? — preguntó mi hermano al borde del llanto.

— una especie de enfermedad pulmonar y unas cosas más. El nació prematuro. — y ahí fué cuando más lágrimas salieron. Mi hermano me abrazo y me acarició el pelo. — yo me curé del cáncer y me fuí a Estados Unidos. Ahora volví porque allá es muy cara la salud. — hizo una pausa y pude ver cómo contenía las lágrimas. — yo nunca dejé de amarlos, nunca. Estuve cuando no me veían. Fuí a tu graduación sin que te dieras cuenta — se dirigió a mi hermano — les mandé regalos para sus cumpleaños. Seguramente van a preguntarse porque me fuí a Estados Unidos. — asentimos. — me dieron una oferta de trabajo. Y sabía que si aceptaba podía mandarle más plata y todo. El día que yo me fui de acá había discutido con tu mamá porque le dije lo de mi amante y el nene que tenía. Pero nunca le dije lo del cáncer. Ese mismo año me curé, ya que no estaba tan desarrollada la enfermedad. Y me fuí a Estados Unidos. Maxi y ustedes dos son dueños de departamentos en en Palermo, hay uno para cada uno. Aunque mi mujer no quería que les dejé nada yo lo hice igual.

Mi cerebro iba a mil, no sabía que decir, son muchas cosas que procesar.

— no queremos nada tuyo, lo único que necesitábamos era tu cariño. Tus departamentos metetelos en el culo. — le dije con rabia. Mi papá me ignoro y siguió hablando.

— no pido que me disculpen, solamente quiero pasar tiempo con ustedes y verlos crecer. Sabía que este año iba a ser tu fiesta de egresados, y no quería perderme este momento con vos. — lo ignore y miré a mi mamá.

— ¿porque no nos dijiste que papá preguntaba por nosotros? — le dije casi en un grito. Ella no dijo nada — al menos no pensaría tan mal de el. No hubiera estado tan enojada.— hice una pausa y me dirigí a mi papá — Aunque nada quita que te hayas ido.

— no culpes a tu mamá, y no le grites. — dijo mi papá.

— se van a quejar los vecinos. — agregó mi hermano en voz baja. Cómo si estuviera procesando todo.

— los vecinos me chupan un huevo! — grité y me encerré en mi pieza.

Cerré la puerta con llave y en mi ataque de irá empecé a romper todo. Arranque las luces de decoración que había en mi pared, saqué las sábanas de mi cama y las tiré al piso , tiré al piso todo lo que había en mi mesa de luz, saque la ropa de las  perchas, arranque las cortinas. Hice más desastres, podía escuchar como golpeaban la puerta de mi pieza. Se escuchó como mi mamá pedía por favor que no me corte ,mi hermano decía que le abra ,mi papá pedía perdón.

Pero cuando lo ví golpeando la ventana para que le abra mi mundo paró.

Mateo, tenía cara de preocupación.

Le abrí y lo dejé pasar. Me acordé que la escalera seguía ahí. Apenas entró me abrazo y yo lloré como loca.

— todo va a estar bien. — dijo calmado. — ví como arrancabas las cortinas, salté la cerca y me subí las escaleras. Pensé que necesitabas ayuda.

— gracias. — lo abraze con más fuerza y el me dió un beso en la cabeza.

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Fuaaa que difícil fue escribir esto zandrah.

Anda a el cap que sigue....

𝐕𝐞𝐜𝐢𝐧𝐨 ~ 𝐓𝐫𝐮𝐞𝐧𝐨 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora