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La hoja filosa de un cuchillo atravesaba el pecho de una humana caucásica con chaqueta verde y blusa blanca. El rojo de la sangre manchaba la blusa y chaqueta mientras el atacante retiraba el objeto letal del pecho de la víctima.

La humana tosió, cayendo al suelo y escupiendo sangre involuntariamente – Tú... No sabes... Lo que... Has desatado...– tosió otra vez, más sangre manchando su ropa, en el suelo se formaba un charco de aquello, su boca expulsaba aquella sustancia roja con sabor a óxido, su vida se escapa de su cuerpo, hasta que quedó totalmente inmóvil.

Pasaron tan sólo cinco minutos y el atacante había hecho un reinicio de la línea temporal. Y nuevamente los mismos eventos tuvieron lugar: Un humano apareció en el subsuelo, comenzó a matar a todos y cada uno de los monstruos; paso a paso, zona por zona, cada tipo de monstruo era apuñalado y mutilado, el polvo invadía los suelos del lugar, la magia desaparecía con las vidas arrebatadas, y el atacante ganaba más poder con cada muerte.

Llegaba hasta un corredor dorado, único lugar donde la luz del amanecer llegaba al subterráneo, se enfrentaba a la misma humana que hace horas había matado en otra línea temporal. La misma pelea acontecía, ataques, evadir los mismos, apuñaladas, heridas graves... Sangre... La misma escena, las mismas palabras...

Pasar por todo aquello para volver a repetir el ciclo.

Una y otra vez. Puñalada tras puñalada, muerte tras muerte... Ver a la misma persona asesinar a cada uno de sus seres queridos, ser incapaz de detenerlo... Todo se había vuelto un eterno sufrimiento.

– Tenía razón... Tenía razón... Tenía razón... Tenía razón...– murmuraba la humana con chaqueta verde, cabellos castaños y corto hasta los hombros – Son iguales... Todos los humanos son iguales... Crueles, seres sin corazón, sin alma... Son una peste, una repugnante cosa que debe ser eliminada.– la humana miraba fijamente el cuchillo, admiraba el filo mientras una mirada desquiciada se presentaba en su rostro – Debo hacerlo antes que él. Debo ganar poder antes que él. Debo... Tener... Más L.O.V.E.– sonrió psicóticamente – Así, todo será perfecto. Ya no sufrirán...–

Después de todo... Ella también es humana, no hay diferencia con respecto a quién los ha torturado por más de 400 reinicios.

El atacante del subsuelo pasó de ser un extraño a ser un total conocido. Cada vez que el cuchillo atravesaba el alma de un inocente, cada vez más la cordura de la humana se perdía. Ya no tenía control, estaba fuera de sí, necesitaba L.V. para derrotarlo, para aniquilar al verdadero enemigo. Pero, a este punto... ¿Quién es el enemigo?

Más reinicios, más repeticiones, más muertes... La humana se había vuelto imparable, el humano que había caído último no tenía oportunidad contra ella, podía perder mil veces y aquello no importaría, porque la humana se había vuelto demente. Enloqueció al punto de escuchar la voz de su hermano muerto y/o tener alucinaciones visuales.

Todo con el fin de detener al humano que había iniciado sus rutas genocidas.

Pero un día sucedió algo inesperado. Su hogar temblaba, mucho. Las casas comenzaron a caer, se derrumbaban, los árboles chocaban contra el suelo y la humana estaba en medio de la ciudad, sintiendo que sus esfuerzos habían hecho frutos. Quizás, sólo quizás... Es el inicio de algo nuevo.

Repentinamente, el suelo se abrió y un agujero absorbió a la humana, sacándola de allí y desapareciendo del lugar.

...

¿Cuánto había pasado? ¿Horas? ¿Días? No tenía idea, pero sabía que no era su hogar. Un bosque la rodeaba, el sol se asomaba entre las ramas y hojas de los árboles. "¿Estoy en la superficie?" se preguntó. Era la única explicación, el escenario no era nada similar al del subsuelo.

Pero ahora llegan más preguntas. ¿Cómo llegó allí? ¿Quién la trajo allí? ¿Tiene un motivo para estar allí? ¿Qué parte de la superficie es? ¿Asriel? La humana no encontraría respuestas aún en el suelo, así que se sentó, escaneando su entorno. No había nadie más que ella, no escuchaba a su hermano y comenzó a preocuparse.

– ¿Asriel?– dijo – ¿¡Asriel!?– se levantó, empezando a caminar alrededor del lugar donde estaba anteriormente acostada – ¡Asriel!– su locura se volvía y unas lágrimas caían de sus ojos – ¿A-Az-Azzy?– murmuró.

– ¿Quién es Asriel?– un cuchillo rojo se formó en manos de la humana, dio la vuelta apuntando dicho objeto hacia la nueva voz. Frente a ella, se encontraba un esqueleto similar al Rey Sans, pero distinto a la vez. Era más bajo, tenía una camisa mangas corta aquamarina clara con líneas blancas en los bordes de las mangas y el cuello, pantalones azul francia, botas y guantes amarillos, que hacían combinación con su corona y pupilas doradas. En su cintura había un cinturón azul con un broche dorado que decía 'DM'.

– ¿Quién. Eres?– gruñó.

El esqueleto la miraba sin expresión alguna, no tenía una mirada de miedo, asombro y/u otra cosa. Era una mirada vacía y sin emociones – ... Dream, supongo. Así me llamaba mi hermano.– ¿mirada vacía de emociones? ¡Su voz parecía estar más vacía que una casa abandonada! En su totalidad, aparentaba ser un cascarón andante vacío de vida.

La humana entrecerró sus ojos, seguía apuntando el cuchillo hacia el extraño – ¿Dónde estoy? ¿Quién me trajo? ¿Fuiste tú?– gruñó molesta.

– ... Tampoco sé dónde estamos. No sé quién te trajo, pero sé que no fui yo. Me desperté por tus gritos.–

– ¿Por qué debería creerte?–

– No lo hagas entonces. No me interesa.– volteó y comenzó a caminar hacia otro lado – Me interesa volver con mi hermano.– murmuró.

La humana se quedó allí por unos segundos hasta que decidió bajar el cuchillo y seguirlo. Literalmente estaba en la nada misma, él también, ninguno conocía el lugar y Asriel no estaba, así que necesitaba hablar con alguien... Al menos ese esqueleto está vivo.

Caminó detrás del esqueleto hasta salir del bosque, había un campo enorme y un pueblo a lo lejos. No veía gente u otro ser vivo cerca, al parecer estaba abandonado o todos los aldeanos estaban dentro de sus casas. El esqueleto, Dream, caminaba hacia la aldea, siendo seguido por la humana; el silencio no era incómodo o similar, pero a la joven le molestaba – ... ¿Quién es tu hermano?– preguntó.

– ... Se llama Nightmare. Es un esqueleto igual a mí, pero con ropas violetas oscuras, una corona con una luna en el medio y pupilas moradas.– se detuvo al llegar a la aldea. Sí, definitivamente estaba vacía. Las casas estaban deterioradas, ventanas rotas, había un olor a humedad muy denso y el pasto crecía entre las piedras que formaban los caminos del lugar.

La humana examinó el lugar meticulosamente, hace años que no veía la superficie ni nada similar, excepto los objetos que encontraba en el basurero de Waterfall. La joven miró al esqueleto y se acercó más, sintiendo un aroma a suciedad en el contrario – Blegh. Deberías ducharte.– se cubrió la nariz, el más pequeño miró a la mayor, su rostro no mostraba emoción alguna pero inclinó levemente su cabeza y podía presentir que estaba confundido.

– ... ¿Qué es 'ducharte'?–

– ... Es una broma, ¿verdad?–

– ¿Qué es 'broma'?– Oh, genial. Está en un lugar desconocido con alguien que no conoce ninguna palabra de la vida cotidiana.

La humana lo miró fijo por unos segundos, finalmente suspiró pesadamente – ... Creo que debemos empezar de cero...– puso sus manos en el bolsillo de su chaqueta – Soy Chara. Chara Dreemurr.– se presentó.

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》We are an Unity from the Fallen《Donde viven las historias. Descúbrelo ahora