Capítulo 5

7K 438 105
                                    

Poco después, ya no sé cómo absorber más el placer, no consigo soltar y siento que va a acabar conmigo, pero no puedo dejar de moverme contra su mano, contra su cuerpo. Rozándome como una gata en celo, pidiendo más. No había experimentado nunca este placer, pero siento que ya soy adicta. Por qué nunca nadie me explicó cómo se sentía esto? Podría haberlo intentado simular a solas en mi cama, aunque dudo que fuera fiel completamente a esto.

Un tercer dedo corta mi perorata y me hace poner los ojos en blanco. Geralt me muerde el lóbulo de la oreja y me susurra que no tenga miedo de dejarlo ir, que lo suelte ya. A nuestras manos se une su boca en mi cuello y uno de sus dedos tira de mi pezón y me dejo ir con un fuerte gemido de piernas temblorosas. 


Me dejo caer desmadejada sobre el pecho de mi brujo, intentando recuperar el aliento. Él me mira maravillado, lo ha visto y absorbido todo sin perder detalle. Si no estuviera con tan pocas fuerzas, me sentiría avergonzada y pudorosa.


-Hummm…- murmura.- Esto… ha superado con creces todas las veces que lo he soñado.- Sonrío.

-Cuántas veces lo has soñado?

-Tantas que ya no lo recuerdo. Creo… que la primera vez fue cuando tenías 18 años. Cuando tuviste que ponerte aquel vestido que ya te quedaba pequeño… Se pegaba a todas tus curvas, mostraba tu escote… Ya no podía negar que te habías hecho una mujer… Y me sentía culpable y enfermo por mirarte de esa forma, cuando debería ser un padre para ti…  Nunca pensé que tú podrías sentirte de la misma forma.- Confesó avergonzado. Me di la vuelta y arrodillé sobre el en cuclillas. Nuestros centros se rozaron y ambos gemimos a la vez.

-Te das cuenta… de la cantidad de tiempo que hemos perdido… por engañarnos a nosotros mismos?- Murmuré. Lo miré sonriente y pícara.- Me debes recompensar todo ese tiempo perdido.- Comencé a moverme, tentándonos, acariciando mi entrepierna con la suya. Murmuró un Mierda con un gruñido y me agarró el trasero subiéndome para evitar el contacto.

-Quiero. Hacerlo. Bien.- Sentenció separando palabra por palabra.- Y tú, pequeña diabla, como no te lo impida, me vas a hacer perder el control. El agua está enfriando.


Nos levantó, conmigo sentada en sus antebrazos y mirando hacia él, y salimos de la bañera. El agua se escurría por nuestros cuerpos, y temía que yo me derritiera y siguiese el mismo camino. Sin dejar de besarme, me posó con suavidad en su lecho, y yo estaba feliz, rodeada por su olor y su calor por todas partes.


Se cernió sobre mi, su espalda y hombros anchos, protegiéndome y arropándome. Nuestros pechos se pegaron cuando descansó su peso sobre los antebrazos. Deseosa de hacerle sentir a él como me había hecho sentir a mí hacía 5 minutos, mi mano voló hacia su centro, pero él con la misma rapidez la apartó. Sonrió ante mis sonidos de protesta.


-Déjame concentrarme.- Me riñó.- Necesito que esto dure más que un suspiro y, sobre todo, necesito tener el control para no abalanzarme sobre ti haciendo caso a mis ganas, al contrario de lo que tú haces.- Mordió y lamió mi labio inferior para terminar su punto.


Esta vez su boca siguió el camino que habían hecho sus manos en la tina. Desde mi rostro a mis piernas, evitando los puntos estratégicos, haciéndome temblar de necesidad. Hizo que me diera la vuelta, pasando también por mi espalda y la parte trasera de mis rodillas, terminando con un suave mordisco en mi glúteo que me hizo saltar y jadear. Cuando volví a apoyarme sobre mi espalda, sus ojos lobunos hambrientos me miraron ardientes.


-Comienza la segunda parte crítica.- Susurró.
Bajó su rostro hacia mis pechos, la cortina de cabello níveo tapaba mi visión. Jadeé cuando sentí su aliento febril sobre las cumbres de mis pechos, antes de que sus labios se cerraran sobre ellos y comenzará a jugar lamiendo, chupando y mordiendo cada uno de ellos, ayudándose de sus dedos cuando el otro quedaba desatendido.

Yo solo podía gemir y temblar a su merced, necesitando que se encargara también del fuego que me consumía el bajo vientre. Como mi brujo seguía afanado en mis pechos, tomé yo misma la iniciativa y bajé mi mano a donde él me había descubierto anteriormente.


Volvió a gruñir de aquella forma tan atractiva, desde el fondo de su garganta y su deseo, cuando vio lo que estaba haciendo.


-Hmmmm Mierda.- gruñó, como era tan típico en él, pero cuando lo hacía en esta situación, mi sangre se prendía en llamas. Apartó mi mano provocando que me quejara.- Pequeña golosa…- Susurró bromeando antes de llevarse mis dedos a la boca y lamerlos.

Solamente la sorpresa evitó que llegara al cielo al comprobar esa visión tan erótica. Gimió cerrando los ojos con deleite y podría decir que sus ojos casi cambiaron de color.


Sin dejar de mirarme, besó mi vientre y siguió bajando hasta posar sus labios en mi zona más sensible. Asustada y pudorosa, me aparté hacia atrás y cerré las piernas. Frustrado, gruñó y me volvió a acercar a él.


-Abre.- Ordenó.
-No! Co-Cómo vas a poner la boca ahí? Apártate! Eso tiene que saber mal, oler mal… No es para bucear!- Protesté dejándome llevar completamente por el pudor. Sé que intentó controlar la risa, pero con determinación abrió mis piernas y pegó su boca.


Aspiró primero con fuerza con la nariz en mi monte de Venus. Después abrió los petálos con los dedos sin perder un solo detalle, por último, mirándome fijamente a los ojos, pasó la lengua lentamente por toda la longitud. Yo gemí con los ojos en blanco y él ronroneó de placer. Creo que murmuró algo de Deliciosa, pero lo cierto es que no pude estar muy atenta a nada que pasara fuera de mi propio cuerpo, porque Geralt había empezado a devorarme con fruición y no podía sentir nada más que su lengua en mi carne y el placer en todos mis nervios.


Con su cabeza entre mis muslos y mis pies sobre sus hombros, gustoso se dio su banquete. Mi cuerpo solo respondía gimiendo y jadeando, con piernas temblorosas y moviendo mis caderas al compás de su lengua y acercándome insaciable a por más. Si pensaba que sus dedos tenían magia -y no solo por la mutación- sin duda era porque no había probado aún su lengua.


A su boca se unió un dedo en mi interior, después dos, que a punto estuvieron de provocarme una combustión interna. Añadió un tercero y su lengua se movió más raṕido, con toques precisos sobre aquel botón de placer que me hicieron explotar aún con más fuerza que antes, gritando y temblando, y apresándolo entre mis muslos.


De nuevo desmadejada, caí sobre la almohada.

Geralt se irguió orgulloso con la boca y barbilla empapadas. Relamió sus labios y se secó con una pasada de antebrazo. Se acostó sobre mí como antes, descansando su peso en los brazos. Apartó los mechones de mi rostro, esperando a que recuperara el aliento.


-Cuántos pasos más quedan? No sé si los podré sobrevivir.- Jadeé. Él rió, y saber que yo había provocado esa risa tan difícil en él me hizo sonreír.

-Solo queda el paso final… Pero necesito que estés lo más relajada y húmeda posible para no hacerte daño. O acaso tienes alguna queja, Ciri?- Preguntó retóricamente alzando una ceja. Sonreí, lo que hizo que él también lo hiciera. Acaricié su rostro, apartándole mechones de los ojos.

-Me tienes relajada, húmeda, deseosa y dispuesta. Qué más necesitas?- Le susurré. Sentí como se alzaba y se endurecía aún más contra mi cadera y él soltó otro Mierda entre dientes.

MÁS. // The Witcher Fanfic // COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora