Nota: Pues sí, aquí se terminan los imaginas de Draco Malfoy. Lo sé, lo sé, es bastante triste porque todos amamos a ese egocéntrico hurón albino. Pero no se preocupen, queridos lectores, que ya se avecina el libro que les prometí de Newt Scamander. Además les puse esa hermosa foto para que no se sientan tan mal. Bueno, ¡a leer!
Caminabas por los pasillos de Hogwarts buscando a tu pareja, Draco Malfoy. Le habías pedido unos pocos galeones para poder pagar un ejemplar del libro de pociones y ahora se lo ibas a devolver, como la buena Hufflepuff que eras. Estabas en tu sexto año en Hogwarts y notabas comportamiento muy extraño en Draco. Una vez te había preguntado so creías que se podría infiltrar a alguien en la escuela. Tú, extrañada, dijiste que no lo creías posible, ya que la mente de Dumbledore era una de las más inteligentes y curiosas.
-A menos que... -dijiste una vez que lo habías pensado un poco más- No, no lo creo. Olvídalo.
-¿Qué? -preguntó Draco, interesado en lo que decías como siempre- ¿Qué pasa? Vamos, dime.
-Estaba pensando que tal vez un armario evanescente podría hacer el trabajo. Si encuentras a su gemelo, claro.
Desde que le dijiste eso, estaba bastante distante contigo. Ya no tenía tiempo para estar contigo, pero tú jamás se lo reprochaste. te convenciste de qu estaba muy ocupado haciendo tareas o cosas así. Tú también tenías tus misterios. Te gustaba bastante cuidar de unos pajaritos que estaban en una jaula en Hogwarts. Incluso les habías puesto nombre, pero uno de repente desapareció. Se lo dijiste a la profesora Sprout, pero no hicieron mucho al respecto. Así que tú te pusiste a buscarlo, pero no apareció. Tiempo después el otro también se fue.
Poco después maldijeron a Katie Bell, y tú y casi todos se preocuparon mucho por ella. Sobre todos los del equipo e Quidditch de Gryffindor.
Pero entonces pasó lo peor: Harry atacó a Draco y le lanzó un hechizo muy peligroso, no te enteraste de cuál. Sólo escuchaste de que sangró mucho. Lo levaron a la enfermería por una semana, donde no te le separaste ni un día. Esto les ayudó a volverse tan cercanos como antes, hablaban todo el día, Draco te abrazaba todo el tiempo e incluso fueron a Hogsmeade una vez. Pero al cabo de una semana todo había vuelto a ser como antes, es decir los tiempos oscuros y la distancia entre ustedes.
Entonces, pues sí. Caminabas por los pasillos de Hogwarts con unas moneditas en tu mano. Tenías un presentimiento de que estaba en la Torre de Astronomía, no sabías por qué, simplemente lo sabías. Caminaste un poco más y escuchaste como un rayo de luz, acompañado con una luz verde. Te quedaste quieta, un poco porque te habías asustado y te habían tomado por sorpresa. Después escuchaste un sonido muy débil, como el sonido de un costal de papas caer al suelo de una gran distancia. Decidiste apresurarte para poder volver a tu sala común lo antes posible. Pasaron unos minutos y tú no encontrabas a Draco. "Tal vez esté dormido" pensaste "Mejor le doy las monedas mañana en clase".
Diste media vuelta, pero te topaste justo con Draco. ¡Qué sorpresa! Él se veía angustiado, atemorizado incluso.
-Draco, ¿estás bien? -le preguntaste, preocupada
-¿Qué haces aquí? -respondió
Te tomó de los hombros y te arrastró hasta un rincón oscuro y se puso a susurrar.
-No deberías estar en este lugar -te repitió-. Tienes que irte, ahora.
-Vine a darte las monedas que me prestaste... -afirmaste, tendiéndole los galeones
El chico te miró, y lograste ver mucha tristeza en sus ojos. También notaste que había estado llorando. Posaste una mano en su mejilla y le hablaste suavemente, con el mayor cariño que pudiste:
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Imaginas: Universo de J.K. ROWLING
FanficImaginas de muchos de los personajes de J.K. ROWLING. Todas las generaciones (excepto las de The Cursed Child, porque no conozco la historia y me niego a leer el libro, no es nada personal). Todos los personajes y lugares le pertenecen a la Diosa Su...