[CAPÍTULO 8: "SÉ QUE NO PUEDES"]

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/Marinette/

León me alza y rodeo su cintura con mis piernas, me estampa contra la pared de mi dormitorio, coge mis manos entrelazandolas con las suyas y me besa desesperadamente. Yo jadeo cada que su boca arremete contra la mía y me es imposible no ponerme cachonda porque me besa el cuello y baja hacia los senos haciendo de lado mi blusa.
Me bajo de su cuerpo, lo tomo de los hombros y lo guío a la cama, lo siento en el borde y quiero hacer algo sensual para él pero me toma de la cadera, abre mi blusa, la tira, y besa mi abdomen. Hago un gesto de dolor cuando besa mi herida y él se detiene.

—Tranquila, sé que te duele, no haremos nada de lo que tu cabecita sucia piensa hacer conmigo—medio sonrío—. Hoy probaremos otra cosa

No sé que fue, si su sonrisa lasciva o sus ojos que solo aseguraban placer... pero acepté.

—Ven preciosa—me vuelve a tomar de la cadera, me acerca a él con lentitud. Acerca su rostro a mi pantalón, acaricia mi entrepierna con su cara—. Hueles a virginal—dice

—Ya no soy virgen—contesto

—Lo sé, Agreste te la quitó, pero yo digo virginal en otras cosas

Me sonrojo, estoy tan avergonzada cuando desabrocha mi pantalón y me lo va quitando con suma lentitud mientras lame cada uno de mis muslos. Suelto un gemido ronco, lo que ha hecho él ha logrado mojar mis bragas un poco.

—Veo que te has humedecido—dos dedos tocan mis bragas mojadas y juegan  con ellas

—Ajá—jadeo

Se deshace de los pantalones cayendo al suelo, sigue jugando con mi zona intima por encima de la ropa interior y yo estoy con la boca abierta emitiendo toda clase de sonidos.
Entonces fue cuando di un salto, estaba bajando mis bragas.
Vale, soy una mujer bonita, estoy segura, todos estos años me han ayudado a entender, a quererme, mi cuerpo esta bien cuidado, saludable pero tampoco es algo espectacular para estar mostrándolo a todo el mundo.

—Relajate—dice León notando mi preocupación

—León....

—Cariño te he dicho que mi nombre es Law

Leo...Law me quita las bragas y de sorpresa y con ímpetu besa mi vagina. Suelto un fuerte gemido al sentir tremendo placer, siento como succiona cada una de mis capas y con su lengua urga en lo más profundo, como si estuviera excavando para encontrar el punto necesario para hacerme llegar al clímax.
Estoy tan concentrada en esto que no noto cuando lo tomo de la cabeza y lo acerco aún más a mi entrepierna como no queriendo que escape, que siga besándome ahí.
Pero de repente Law se separa, me toma de la cadera con un brazo, y me tira a la cama cubriéndome con la sábana. Me quedo sorprendida por lo que ha hecho pero en ese momento la puerta se abre y entiendo todo.
Él ya se había dado cuenta de que alguien iba a entrar, veo como se limpia los labios con su lengua, se acomoda el cabello y los mira, a los intrusos, mis amigos... y Adrien.

—¡Dios Marinette!—exclama Alya

Yo me siento más avergonzada, tapo mi cuerpo desnudo y Law se pone delante mío para cubrirme mejor.

—¿Cómo es que entraron?—pregunto, recuerdo haberle echado llave a mi puerta.

—Dejaste la puerta abierta—se apresura a decir Adrien

—No es cierto

—Tal vez no lo recuerdes por tener la lengua de este tipo en tu entrepierna

Siento como si me hubieran abofeteado en toda la cara.

—Por favor ¿podrían retirarse?—dice Law y yo me aferro más a la sábana que me cubre

Me siento como si todo el pueblo llegara a mi habitación a encontrarme engañando a mi esposo. Quiero llorar.

—Lo siento el haber entrado así Mari—se disculpa Nino—. Debemos irnos—les dice a todos

—Lo lamento mucho, te he avergonzado con mi insistencia de seguirte—dice Alya pero no la miro, sino que me fijo en Law, quien tiene la cabeza en alto y por encima de su sonrisa puedo notar que está enfadado

Aún siento lo húmeda que estoy y el orgasmo atascado a punto de venir, nunca me he masturbado así que solo quiero y deseo que Law lo termine. El miembro de él también ha reaccionado solo que lo cubre con una almohada, cosa que se habran dado cuenta.
Todos se van sin decir nada y Law se levanta para cerrar la puerta con llave.

—No estoy en contra de que tener amigos, pero hay que marcar líneas que puden cruzar, lo que acaba de pasar ha violado tu privacidad

—Cierto yo...

—No solo hablo de que si te vuelven a encontrar en una situación similar a esta, sino que eres una espía, una agente que nadie en el mundo debe saber tu identidad ¿Y si te llegaran a pillar con la máscara de Ladybug?

Me siento una niña que ha sido regañada por su padre, sé que tiene toda la razón del mundo pero nunca he puesto límites entre mis amigos y yo, y más con Alya.

—Deja de pensar en ello y terminemos lo que dejamos atrás, debes estar desesperada por tener ese orgasmo—me sonrojo más

Se sienta en la cama y me besa con lentitud los labios, yo rodeo su cuello con mis brazos y gimo de placer cuando su lengua toca la mía.
Él besa mi abdomen, luego mis caderas, mi herida la acaricia, lame mis muslos para finalmente volver a arremeter contra mi zona.

/Adrien/

Son las ocho en punto, estoy pensando en volver de una vez a mi casa y hacer el trabajo que he dejado hasta ahora pero algo hace que me hierva la sangre así que estoy parado entre muchos autos universitarios esperando que salga León.
Al cabo de un rato aparece, nota mi presencia a distancia, cosa que no me sorprende porque es un agente entrenado.
El mete sus manos al bolsillo de su chaqueta y camina hacia mi con una sonrisa ladeada, incluso veo como se humedece los labios.
Mierda, me enfada el haberlos encontrado en esa situación.

—Agreste—dice gracioso—. ¿Me esperabas?

—Quiero hablar contigo

Saca un chupete, le quita la envoltura y se lo lleva a la boca.

—Dime

—¿Qué planeas con Marinette?—le pregunto de frente sin titubear

Él parece no asombrarse.

—Que se olvide de ti—sonríe—. Conmigo

—¿No dijiste que la acabas de conocer? ¿Qué hacías chupando su...?

Él me interrumpe:—Te recuerdo Adrien, que estamos en un estacionamiento, de la residencia en la que se queda ella, así que hay que ser discretos y ahorrarnos los detalles que ya hemos vistos

Aprieto mis puños. Él es demasiado correcto.

—Ella no tiene redes sociales ¿Cómo es que le pediste que salieran?

—Cierto, pero no quería que supieran como es que le pedia salir conmigo—contesta rápido, mo está mintiendo—. Además ¿Qué te interesa? ¿No le habías roto el corazón? O ¿Es qué la quieres luego de que otro está tras ella?—enarca una ceja consciente de que me acorrala

—¿Qué tramas?

—Puede ser que ella sea una terrorista y me hayan mandado a espiarla

—Ajá claro, ¿Y buscabas pistas en su entrepierna?

—Y ella quería comprobarlo en la mía—me contesta filudamente—. Admite lo celoso que estás

—No estoy celoso

—Entonces ve y dile la verdad, Agreste—me mira—. Sé que no puedes

Me deja estupefacto, pasa por mi lado pero antes me entrega algo.
Miro lo que ha dejado en mi mano.
El sujetador de cabello de Alya.

—No sabía que todo tu entrenamiento fue para forzar la cerradura de alguien

Se va.

YO DEBI ESTAR CONTIGO BAJO EL PARAGUASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora