YO DEBI ESTAR CONTIGO BAJO EL PARAGUAS

[CAPÍTULO 12: " PRESENTANDO A LA CURIOSIDAD"]

/Narro yo/

No muy lejos de la ciudad, en el mismo Paris, había un lugar remotamente escondido, quizás nunca antes explorado con una seguridad inquebrantable. Había árboles, animales… nadie se podría imaginar que hubiera vida humana ocultándose ahí.
El hombre del que les hablaré tiene nombre, como cualquiera al nacer, un origen y familia… y un plan secreto que casi nadie entiende. Es alto a comparación de varios, su figura es delgada, bien trabajado, cuenta con algunos años encima pero eso no hace más que acentuar su capacidad de combate por la experiencia. Asesino, ladrón, estratega, líder. Los términos correctos para referirse al cabecilla de toda la maldad en París, la mente maestra.
Hoy tuvo un día estresante, no le traían noticias nuevas sobre el paradero de la chica, la “susurrante”. Posiblemente nunca la encuentre, fue hace tantos años que supo de su existencia que recién ahora cree necesitarla. Por otro lado necesitaba un nuevo conejito de indias, alguien que pudiera usar el poder femenino para atraerla. No le funcionó con el noqueador ni con el embelesador, utilizar una chica en sus planes siempre trae un mínimo de resultados buenos.
Se apresura a ir a la sala de investigación, los gritos y lamentos son audibles antes de llegar a ese lugar. Su obra maestra, por lo que ha trabajado todos los años.

—La señorita parece no poner resistencia, está sedada—dice uno de los doctores cuando ve de reojo al jefe, este se queda parado mirando el procedimiento de implantación—. El dispositivo será implantado dos centímetros detrás de la oreja y cinco bajo la cabeza

La chica con la que experimentaban era una ex convicta ¿De qué se le acusó? De intento de homicidio, su pareja le fue infiel y lo iba a matar, y ahora luego de salir de la cárcel quiere venganza… el “jefe” sabia como atraer a las personas correctas a su complejo plan así es como ella resultó tendida en una cama de cirugía, sedada y a punto de someterse a la peor decisión de su vida.
La enorme maquina arriba de ella era un láser que podía cortar hasta una cabeza entera sin menor esfuerzo. Al lado, otra que pondría el dispositivo y cosería la herida, y finalmente una que borraría la marca de la operación.

—¿Sabe la misión que tendrá, verdad?—le preguntó el jefe al científico que observaba maravillado la difícil operación de implantación

—No señor, disculpe mi ignorancia—respondió este último

—Será más hermosa que cualquier mujer en la tierra, ese será su arma, ponle más curvas a su cuerpo, rectos los ojos y nariz respingada, labios gruesos, piernas contorneada, caderas voluptuosas, pechos firmes… hazla una diosa

—Sí mi señor

El jefe sale de la sala, hastiado de la gente incompetente como el científico y el doctor que creen que lo que hacen son avances tecnológicos, para él solo son pequeños atajes a su objetivo. Tarde o temprano los matará a todos y olvidaría esta vida que llevó como villano.
Entró a su oficina negándole el derecho de hablar a su secretaria. Quería un momento a solas y eso iba a tener. Encendió la pantalla de su gigantesco televisor y buscó el video número doce, el nacimiento de su hijo…
Puede que sea malo, que sea un asesino, ladrón y sanguinario…pero nunca ha dejado de pensar en su familia. ¿Qué estará haciendo ahora él? ¿Estudiando? Lo alejó de esta vida porque no quería verlo morir si es que su plan fallara. Le dolió cuando metió sus narices  en estos asuntos turbios, tuvo que asustarlo…
El video había comenzado quitándole de sus pensamientos.
Se mostraba a una mujer rubia hermosa, con el cabello enmarañado  y pegado a la frente y nuca, estaba gritando pidiendo que dejara de grabar, él escuchó su propia voz diciéndole:

—No te preocupes, tú solo trae a nuestro hijo sano y salvo

Ella sonrío mientras gritaba por dar a luz.
La cámara se apagó y enseguida se volvió a encender… él recuerda muy bien ese momento, no había necesidad de reproducir el video, lo tenía grabado en su memoria. Su mujer sentada en la camilla con su pequeño hijo durmiendo en sus brazos y ella susurrando:

—Está durmiendo, deja de grabar

Medio sonrío con el recuerdo de su terquedad.
Alguien tocó la puerta, enojado fue a abrirle a quien había interrumpido, y si no era importante lo mataría ahí mismo bajo el umbral.

—Señor, mil disculpas—se inclina Nathalie, su secretaria—. Manro envío esto para usted

—¿Es importante? —preguntó enojado

—Sí mi señor

Él tomó el sobre que Nathalie le entregaba y le cerró la puerta en sus narices. Temía que pasar mucho tiempo con ella le logre hacer creer otras cosas.
Se dirigió a su escritorio, tomó asiento, y abrió el sobre que contenía un disco DVD y un cúmulo de hojas engrampadas.
<<El dispositivo Hb83 fue robado de mis manos el pasado mes, hasta ese entonces no me molesté en investigar quién había sido, pero luego de unas cuantas coincidencias y un inoportuno encuentro con el causante del robo, pude identificarlo como CHAT NOIR, por lo que me han contado, él y una tal LADYBUG (agentes secretos que se hacen pasar como superhéroes a la vista del público) van tras la organización, tras usted>>
Arrugó la hoja y la tiró al cesto de basura, eso ya lo sabía. Ladybug y Chat Noir siempre son los causantes de que sus planes no salgan de forma rápida.
Necesitaba encontrar a la susurrante.
Sacó el disco DVD de su empaque y o puso en su ordenador, rápidamente aparecieron varias carpetas con videos adjuntos. Abrió uno que mostraba a Chat Noir atacando a Manro y luego como el helicóptero venía a su ayuda… y así se pasó viendo como se había desarrollado aquel enfrentamiento tan vergonzoso, le daban ganas de matar a Manro en ese instante. El desempeño de Chat Noir no era como el de veces anteriores cuando parecía poder ser un potencial rival a futuro.
Repitió el video dos veces notando que el fallo que había cometido el gato era más grande que ningún otro, exponer una de tus debilidades. Notó como se empeñaba en escapar con una chica, durante todo el lío siempre se preocupó por la chica… quizás SU chica.
El jefe soltó a reír, tenía pensado averiguar la identidad de la chica y matarla delante de él… o matarlo a él.
Es por ello que al presentarlo lo he llamado “la curiosidad”.

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