Capítulo 2

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Mateo grimaldi

El colegio era bastante grande por suerte tenía un amigo de toda la vida que estudiaba en el, me ayudó a saber cuál era mi curso.

Cuando entre me senté en los asientos de atrás notando a una chica literalmente dormida, que al parecer se despertó por culpa del profesor que entró y me hizo levantarme y presentarme.

Mientras lo hacía notaba las miradas de todos, me sentía un poco nervioso, especialmente por la mirada de la rubia de mi lado.

Cuando salí con Ale note como la chica estaba sola, por alguna razón me dieron ganas de ir con ella, y no me gusto ese sentimiento.

- Es bonita ¿verdad? - Me dijo pícaro a lo que yo lo miro mal.

Entramos a la siguiente clase a lo que la profesora le pidió a la rubia que si tenía dudas me ayudara.

Al salir me encontré con Alejandro hablando con la chica a lo que yo me hice el que no la vi, no le preste mucha atención a lo que hablaban, no me interesaba, Salí de mi trance cuando ella me miro, me di cuenta que tenia unos hermosos ojos verdes.

- Hola, me llamo Alex - Me informó, me sentí un poco nervioso.

- ¿Quien? - Le dije lo más frio y serio posible. Sabía que ella se enojaria y por eso lo hice. No sabia de donde se me hacia conocida.

-Yo. Soy Alex Benet - Me dijo con disgusto pero tenía una chispa de felicidad. Me agradaba.

- Te preguntó- Claro, yo nunca le dije cómo se llamaba. Si, pensé hacerlo pero no lo hice. Además quería molestarla un poco.

Luego se subió al auto y fuimos a la casa de Alejandro. Saludé a su madre y subi con él a su cuarto.

- ¿Por qué vino aquí? - Me pregunté confundido.

- Oye - Me miro demasiado serio - No quiero que la molestes ni le hagas preguntas incomodas, esa chica tiene muchos problemas como para que vengas tú y le cargues esas bromas muy divertidas por cierto, pero con ella NO - Me advirtió bastante enojado, me sentí un tanto culpable pero ansioso.

Me senti intrigado, que le pasó a Alex como para que alejandro la defienda tanto, al principio pensé que era porque él sentía algo más por allá que una amistad, así que le pregunté:

- ¿Estás enamorado de ella? - Le dije sin sonar muy sospechoso.

- No, ella es como mi hermanita menor y la quiero mucho. Me crié con ella, sus papás siempre venían a la casa, pero cuando su papá...- Lo último lo dijo triste - No estoy enamorado de ella, tienes el paso libre, querido - Dijo cambiado el tema con una expresión mas feliz y alegre.

Deje de preguntar, se veía que algo grave pasó y entiendo cuando algo es muy difícil y personal no lo quieres contar para no seguir con la herida abierta.

Al bajar a almorzar, la miré por unos segundos, haciendome un montón de preguntas.

¿Qué le había pasado? Y ¿por qué me importaba tanto?

Luego de estar en casa de Ale, y comer un comida deliciosa, me fui para casa ya se estaba haciendo algo tarde y no quería tener a mis padres sobre mi para saber el por qué no llegué temprano.

Me encontraba en mi cuarto tocando la guitarra, amaba tocar la guitarra mi mamá me compró mi primer guitarra a los 7 años y hasta ahora es el regalo más bonito.

Despues de tocar mi guitarra unas horas, me puse a pensar en su mirada, era triste pero a la vez cariñosa.

Me gustaría ir y darle un abrazo para que borre su mirada triste y vuelva a esa sonrisa tan bonita que tiene.

Un Abrazo Es Todo Lo Que Necesito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora