Capítulo 7

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Mateo Grimaldi


Hace 2 semanas conocí a la persona que me logra quitar el sueño y que me da paz...

Me encontraba en la casa de Alejandro jugando en su play, estaba un poco perdido en mis pensamientos.

Alejandro me mira raro después de haber perdido tres rondas seguidas y no decir nada.

- ¿Qué te pasa? - Me pregunta extrañado, dejando el mando y agarrando un vaso de coca cola.

- Quiero empezar algo con Alex - Le digo con firmeza y seguridad - Eres como su hermano y quería pedirte permiso para hacerlo - Le pedí lo más serio posible.

Me sentía nervioso, pero intentaba que no se note.

Ale me miró incrédulo, casi escupe la soda por la impresión.

- Sabia que estabas ocultando algo, pero nunca creí que me pedirías permiso para intentar algo con Alex - Mencionó - ¿Qué es lo que quieres de ella? - Me preguntó con una mirada amenazante.

- Lo quiero todo - Respondí distraído - Es linda, no se deja humillar por nadie, no humilla a nadie. Es solitaria, vivió algo horrible pero eso no la cambió; la hizo más fuerte. No es mala, protege a la gente que lo necesita y si tiene algo que decir lo dice. Está tan llena de secretos que quiero descubrir, quiero algo más que ser su amigo - Le dije feliz.

Me sentía libre al soltar todo lo que siento, aunque quisiera decírselos a ella.

- Amigo, creo que estas enamorado. Nunca pensé que te podrías enamorar de una persona en tan solo dos semanas - Me dijo Alejandro, mientras se limpiaba la boca con una polera sucia que tenía por ahí.

- Ni yo - dije sincero - Nunca antes había sentido lo que siento por ella, lo que pasamos juntos es inigualable - Le dije mientras miraba el techo de su habitación - ¿Qué es lo que piensas? - Le pregunté un tanto ansioso.

- Mateo, no depende de mí que puedas salir con ella - Lo miré raro - Depende de ella - Me puso un brazo en el hombro, mientras me miraba a los ojos - Si te dijera que no ¿abandonarías lo que sientes por ella?.

- No, mi corazón seguirá latiendo por ella. - Le respondí rápido - Pero de todas formas quería saber que opinabas.

- En ese caso, obvio te acepto. Eres bueno y nunca le harías daño - Me respondió - Pero yo no puedo hablar por ella, ella tiene su propia voz - Dice mientras agarra el mando y vuelve a poner el juego.

No seguimos hablando del tema en toda la tarde que me la pase en su casa, pero él tema aún me tenía desconcertado.

Depues de que el sol se escondió y llegó la luna, me fui a casa con la satisfacción de no ver a mi padre, ya que se había ido de viaje por "negocios".

Al llegar a casa, le hablé a mamá de la charla que había tenido con Alejandro y lo desconcertado que me tenía.

- ¿Que harás, cariño? - Me dice mi mamá mientras me pone un plato de comida en la mesa.

- Voy a conquistarla, mami.

Un Abrazo Es Todo Lo Que Necesito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora