Capítulo 3

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Alex Benet

Me sentía nerviosa, pero tenía que hacerlo.

- Mi padre se llama Cristian y mi madre Alexia - dije pareciendo normal, pero por dentro me sentia mal.

- ¿Y que trabajan? - me preguntó inocente, sin saber que me incomodaba.

- Madre - interrumpió Mateo con un tono de alerta pero calmado, para no parecer maleducado - Mejor no preguntes esas cosas, no es importante lo que trabajen sus padres.

- Okey, perdón Alex por si te incomode - Me dijo su madre avergonzada.

- no sé preocupe señora, su comida es riquísima por cierto - le dije para cambiar el tema

- Gracias - dijo más relajada

Asi paso el almuezo con una charla normal y agradable y sobre todo sin nombrar a mis padres.

Al terminar nos fuimos al cuarto de Mateo

- Lo siento por lo de mi madre - Se disculpó apenado

- No hay problema, de todas formas ella no sabe nada - le dije para que se tranquilice

- Si. ¿Oye quieres salir a pasear? O que se yo, ¿a comer algo? - me preguntó nervioso

- Si claro - Le sonreí - te podria invitar un helado - me reí un poco y el igual

Se ve muy lindo cuando ríe. Su risa es de esas que te tranquilizan y te llenan de calor cuando sientes frío.

- Eres muy bonito - Le digo sin pensar

- Gracias... - me dijo un poco incómodo

Yo no podia respirar, se me había escapado ese pensamiento. Debo ser más cuidadosa.

- Mierda - solté - Lo dije sin pensar, o sea si sos lindo pero no quería decirtelo - le comento bastante nerviosa

- No te preocupes Alex, que es la primera vez que una chica me dice eso - Me dijo divertido

- No Jodas - me reí muy fuerte - ¿A cuántas más le has dicho eso? - Su carita me mostraba la inocencia detrás de ese chico que parecía rudo

- Oye te lo juro, es la primera vez que una chica (Aparte de mi mamá) me dice eso - No podía dejar de reírse. Parecía que estábamos locos.

- Mírame a los ojos y dímelo, si te ríes es porque mientes - sé paro delante de mi y se acerco mirando con esos hermosos ojos

- Nunca nadie me había dicho que era lindo - me lo dijo serio, así que hice caras divertidas para que se ría - ESO ES TRAMPA - Dijo riendo a carcajada

- Esta bien Mateo - le dije mientras reia a carcajadas

- Oye Alex tú también eres muy bonita - Me sonroje

- No mientas - dije con verguenza, mirando hacia el piso.

- No miento - me agarro de los hombros, lo cual me sorprendió y lo miré apenada.

Nos quedamos unos minutos mirandonos a los ojos.

Sus ojos eran color miel con algo de verde en los bordes de la pupila; demasiados raros pero bonito y brillantes.

- ¿Vamos por el helado? - le sonreí, no me sentía incomoda, era lo contrario. Este chico me hacia sentir en paz

- Claro - me contestó feliz

Al salir de su cuarto me encontre con un hombre que supongo que es su padre, me miro raro de arriba ha abajo, para luego mirar a su hijo.

- ¿Ahora te juntas con gente asi? - preguntó con asco, seguramente refiriendose a mi

Lo admito mi ropa no era de la mejor, traía puesto una sudadera ancha que me llega hasta el muslo, un short por debajo que no se notaba mucho y unos botines negros algo sucios.

Pero nadie tiene por que tratar asi a otra persona.

- Hola padre - dijo su hijo con fastidio sin responder su pregunta.

- Buenas tardes señor - le digo firme. Yo nunca me dejo intimidar por nadie así que le sonreí, lo que hizo que él me mirase extrañado y con mucho mas asco que antes - Bueno Mateo - llamo al chico de mi lado - ¿Nos vamos?

- Claro... - me dijo aturdido y confundido por mi reacción

- Hasta luego señor - le digo a su padre

- Chao - dice Mateo jalandome hacia la puerta

Nos subimos a la moto, arranco y se comenzo a reir como loco, me contagió un poco aunque no entendia porque reia

- ¿De que ríes? - le pregunté extrañada mientras le sunchaba el costado

Frenó de golpe la moto, haciendo que me agarre por instito ha él, ya que no estaba agarrada

- Agarrate - me dijo riendose mas, si es posible - Me reía porque nunca en mi vida le habia dejado con la palabra en la boca a mi padre - me informó con felicidad

- Bueno a veces hay que cambiar la rutina - le respondí

Detuvo la moto con más calma en una heladeria, bajamos y entramos buscando donde sentarnos.

La heladería estaba un poco vacía por lo que fue sensillo pedir nuestra orden.

Nos fuimos a sentar a una mesa que estaba detrás y daba hacía la calle.

- Lo siento por lo de mi padre - se disculpó apenado.

- Tú no tienes por que disculparte - le sonreí para que se relaje

- Pero es que se paso, ni siquiera saludó. Fue directo a mirarte horrible y a decir eso - dijo un poco enojado haciendo que se vea un poco rojo

- no hay problema, no me molesta. Hablemos de otra cosa ¿va? - le digo para que no se sienta mal y sonreí de nuevo.

Claro que me molesto lo que hizo su padre, pero yo no soy nadie para juzgar. Sí a él no le gusto, pues que voy a hacer yo

- Ya... - me dijo un poco frustrado

Me reí

- Bueno.., ¿y si nos hacemos preguntas para conocernos mejor? - pregunté sonriendo, para cambiar el ambiente

- Okey - me dijo - ¿quién comienza?

- Yo - dije emocionada

Un Abrazo Es Todo Lo Que Necesito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora