Capítulo 6

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Alex Benet

Ya pasó una semana desde que me abrí un poco a Mateo, nunca nadie me había hecho sentir tan bien conmigo misma.

El se convirtió en una de las pocas personas con las que puedo ser yo, pero una vez llego a casa tengo que despertar y darme cuenta que sigo viviendo mi infierno.

Hoy era sábado, así que bajé a desayunar a las 10 en pijama. Total que solo éramos mi madre y yo. Pero en realidad creo que solo era yo.

Mi celular vibró, era una llamada de mi hermano.

- Hola preciosa, ¿cómo estás? - Siempre que el llamaba y me decía cosas lindas, me hacía dar cuenta de que no estaba sola. Lo amo demasido.

- Mejor ahora que llamas y escucho tu voz - Le dije con sinceridad.

- Te tengo una sorpresa increíble, que te va alegrar la vida - Dijo tan emocionado, que hasta me pude imaginar su sonrisa tan grande como la de mi papá.

- Dime que te traes entre manos.

- Voy a ir a visitarlas aquí a 2 meses - Decir que casi me ahogo con mi toddy al escuchar esa noticia era poco.

- EDUARDO BENET GUTIÉRREZ, NO JUEGES DE ESA FORMA CON MIS SENTIMIENTOS - Se lo dije gritando.

- Alex Benent Gutiérrez jamás sería capaz de lastimarte, créeme que lo que digo es cierto. En 2 meses tengo vacaciones en la Universidad y tengo el dinero ahorrado.

- Sabes que me haces demasido feliz, ya quiero verte - Se lo dije llorando de alegría, hace 1 año que no veía a mi hermano.

- Yo también ya quiero verte hermanita. Tengo que colgar baby, hablamos después.

Después de esa inesperada noticia se me subió tanto el ánimo que de repente me dieron ganas de acomodar la casa, pero todos sabemos que eso nunca va pasar.

A las 3p.m. me encontraba acostada en mi cuarto leyéndo un libro, que por cierto lo había releído unas cuantas veces.

Me levanté de la cama y salí del cuarto encontrándome con mi madre recostada en el sofá, fumandose un cigarro.

- Madre - La llamé.

- ¿Qué? - Me preguntó disgustada, después de llamarla unas cuantas veces.

- ¿Puedo salir a dar unas vueltas? - Le pregunté, un tanto cansada de su poca paciencia.

- Como sea - Me respondió sin interés - Pero comprarme una cajetilla - Añadió.

- Claro - le respondí, obviamente mintiendo.

Al salir comencé a caminar hacia una heladería cercana, tenía muchas ganas de que sea lunes para volver a ver a Isak y Alejandro.


Ya era lunes por la mañana, el fin de semana me la pasé en mi casa, cuarto específicamente.

Si salía de mi casa era para ir a comprarme algunas cosa en las tiendas cercanas.

Me levanté y me aliste para ir al colegio; me puse mi uniforme, que eran una falda azul que era cinco dedos arriba de la rodilla y la camisa blanca con el logo del colegio.

Bajé y preparé el desayuno, le dejé un poco a mamá ya que no pierdo las esperanzas de volver a ser como éramos antes de que papá se vaya.

Al salir de mi casa me puse a caminar hasta llegar al colegio, lo pasé normal, en los recreos estuve con Alejandro e Isak como todos los días.

No voy a mentir que si me decepciono bastante que Mateo no haya venido a clases hoy día, tenía muchas ganas de hablar con él.

Un Abrazo Es Todo Lo Que Necesito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora