PARADISE | «Vkook» [Completa]

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Yo me quedé quieto en mi sitio, siendo observado fijamente a los ojos por un demonio que parecía ser de alto rango, no sé que jerarquía específicamente pero sí parecía tener bastante poder.

Ante su petición me sentí un poco incómodo y cohibido. No pude evitar dudar de que ese demonio hiciera todo eso por mí, sólo a cambio de una pequeñez como lo era que bailara con él... Me parecía algo ilógico, «algún truco debe haber» —pensé. E incluso dudé de que pudiese tener el poder de hacer tal cosa como transformarse en lo que quisiese.

—¿Cuál es el truco? —dije muy desconfiado, a lo que él rió divertido.

—El truco es que no hay trucos.

A pesar de que desde pequeño siempre me han inculcado que los demonios son malos... Yo no pude evitar que mis celestes ojos brillaran por la curiosidad, porque sí, soy un ángel muy curioso. Y mi deseo de poder cumplir ese pequeño sueño fue mucho más potente que la desconfianza por aquél ser, así que terminé aceptando su propuesta.

—Está bien...

Él sonrió y luego camino lentamente al rededor de mí yo lo seguí con mis ojos para asegurarme de que no iba a atacarme por la espalda. Me dio mucho miedo cuando luego de haber dado la vuelta a mi alrededor una neblina espesa y oscura me rodeo... Con los nervios a flor de piel cerré mis ojos y esperé lo peor, eso me pasa por ser un confiado. Pero luego de unos minutos escuché una suave risa que me hizo abrirlos nuevamente y observar a Kim Taehyung con un aspecto distinto.

Su altura no había sido alterada, tampoco su rostro... Sólo que me sorprendí al no ver sus alas ni garras, y al notar que usaba ropa más moderna. Se veía realmente bien, no pude evitar sonrojarme al terminar de detallar su aspecto.

—Y bien... ¿Nos vamos? —la sonrisa en su rostro me hizo perder la desconfianza un uno porciento.— Deberías verte, luces realmente bien.

Fue entonces que caí en cuenta de que mis alas habían desaparecido y que mi aspecto era un poco más rústico que antes, aunque sin llegar a cambiar mis rasgos, supuse que mis ojos celestes no lo serían, o por lo menos no tanto.

Al devolver la mirada hacía él nuevamente rió con lo que parecía ser un poco de diversión entremezclada con ternura y entonces  tomó mi mano y comenzó a caminar con dirección al pueblo.