Flowers & Crowns [MDZS-Wangxian]

-Capítulo XIV-

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~Pesadilla~

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Éste capítulo contiene una escena de Parálisis del Sueño, si eres sensible a éste tipo de escenas, eres libre de saltear a partir del "(...)".

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A la mañana, cuando empezaba a amanecer, todos los discípulos en el Receso de las Nubes fueron despertándose. A pesar de que sería un día libre antes de que al día siguiente empezarían las clases oficiales, la mayoría se había despertado a las cinco de la mañana.

Entre ellos, estaban los discípulos del Reino Lan y obviamente la Familia Real. Como ya era costumbre, Lan WangJi se despertó automáticamente a esa hora, apenas dieron las cinco.

No había dormido mucho durante la noche por vigilar, pero eso no significaba que fuera a quedarse dormido ni a sentirse tan somnoliento como para no poder atender ese nuevo día.

Se levantó de su cama, el Jingshi era tan silencioso como siempre, algo que disfrutaba en demasía. Comenzó a colocarse sus túnicas exteriores a paso lento pero seguro.

Mientras hacía aquello, tuvo la sensación de que algo estaba fuera de lugar, pero se le hizo difícil determinar qué. Sus ojos dorados vagaron por toda la habitación, buscando el problema.

Todo seguía como siempre, nada fuera de su lugar, nada ni nadie perturbando la tranquilidad de los alrededores.

Decidió ignorar ese sentimiento, pero entonces, cuando dirigió su vista al frasco de libélulas que cierto doncel desvergonzado e insolente le había regalado, frunció el ceño.

A su mente vino la imagen de Wei Wuxian, y no fue bien recibido por el adolescente. Nunca conoció un doncel con una actitud tan maleducada como ese, como buen Lan que creía en las enseñanzas de antaño sobre la rectitud y la elegancia, cualquiera que tuviera una actitud desvergonzada o arrogante sería mal visto por él.

Lo odiaba, odiaba haberlo conocido, odiaba la actitud libre y despreocupada de Wei Ying, odiaba cómo se resistía a las reglas, odiaba lo que le hacía sentir, odiaba que su corazón diera un vuelco cada vez que recordaba su sonrisa. Odiaba a Wei Wuxian.

O eso quería decir, porque por más que se molestara, cada que lo veía o pensaba en él, el pecho de Lan WangJi se llenaba de un sentimiento cálido que lo aterraba. ¿Por qué, de pronto, tenía esos sentimientos dentro de él? ¿Por qué florecieron de repente?

No lo aceptaría, no aceptaría nunca el como su mente quería acercarse al de melena negra, nunca. Esas emociones no debían existir y no eran bienvenidas en la vida del segundo jade.

Se colocó la cinta blanca de su frente e intentó concentrarse en lo que ésta significaba para relajarse, aquello iba funcionando y por fin tuvo un descanso de todo aquello.

Hasta que sintió un especie de ardor en su pecho, como si algo quemara ahí. Con intriga, Lan Zhan caminó hasta el espejo de cuerpo completo que tenía en su habitación, manteniendo una mano en el lugar donde sintió aquel raro ardor.

Quitó las capas de sus túnicas para dejar la tersa piel de su cuerpo al descubierto, entonces, sus ojos se abrieron de par en par al notar el causante de esa molestia.

Una flor, una flor roja se hallaba dibujada en uno de sus pectorales, no era muy grande pero estaba ahí. Sus pétalos se dibujan perfectamente formando una perfecta Flor de Invierno.