Día 10 de 365.

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Bendito el caos de tus pupilas, ese azul embravecido que me llevaba a la calma. Bendito el caos de tu dulzura que me subía al cielo hasta tocar las nubes.

Y es que, eras una página en blanco. Y eso me lanzó a protegerte. No creía en la mala suerte cuando te tenía a mi lado.

Siempre quise quedarme a vivir en tus lunares.                                                  En las madrugadas jugaba a no encontrarme.

Cuando llegaste, fue como un disparo a quemarropa, rompiéndome la boca y la cama en mil pedazos. Me abriste el pecho, dejando mi amor al descubierto. Pusiste nombre a mis principios y finales. Me enseñaste tus heridas y me invitaste a curarlas. Cicatrizamos al mismo tiempo.

Sólo recuerdo que, en la última noche de abril, llovimos más que durante toda la primavera. Y estallamos miles de galaxias a gemidos, olvidándonos del ruido de afuera en la ciudad.

365 poemas en los que olvidarte o saber de ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora