Capítulo 4

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Se escabulleron con facilidad dando excusas mediocres a sus amigos, Taehyung salió primero y espero fuera hasta que ese hombre encantador se presentó allí en el frío de la calle, no hubo lugar para palabras simplemente miradas fugaces, la ansiedad y deseo creciente no les permitió retractarse, ambos querían llegar a destino rápido y fue Tae quien estaba arrepentido de no haber traído su carro, con lo excitado que estaba hubiese terminado tomando al florista en los asientos traseros del automóvil.  

Luego de un rato caminando llegaron a destino, estaban algo alejados de la calle principal en una zona residencial donde los edificios no excedían los tres pisos, Seokjin siguió de cerca al pelirrojo, había una motocicleta en el pequeño estacionamiento junto a un par de bicicletas y un modesto carro, ese lugar parecía una residencia estudiantil o algo por el estilo, podía distinguir maleza salir entre las uniones del concreto del suelo y junto a la escalera que daba acceso a los pisos de arriba había un plato para mascota, la luz del farol era demasiado tenue pero aún así pudo distinguir todos esos detalles, el sonido de las llaves le sobresaltó y sintió el agarre sobre su propia mano para ser arrastrado lentamente a la oscuridad de ese departamento.

 El cálido abrazo sobre su espalda baja le alcanzó luego del sonido de la puerta al cerrarse, el contacto con el cuerpo ajeno se intensificó y ya rozando el calor de sus pectorales fue presa del aroma dulce de ese perfume floral, aún si no conocía casi nada de ese muchacho de ojos azules su olor le hacía sentir familiaridad, estaba cómodo en sus brazos y al mismo tiempo se desbordaba en él el deseo de sumergirse en el calor de esa piel. 

— Taehyung… — Le llamó jadeante cuando ese aliento cosquilleo cercano a su oreja mientras esas manos descendían hasta agarrar su glúteos. 

Jin tembló de pies a cabeza, Tae le estaba tocando con lentitud y tentando sus labios al sentir esa nariz rozar su mejilla, la oscuridad resaltaba sus sentidos y simplemente estaba allí derritiéndose frente a ese hombre obviamente más joven, la violencia que sintió en el baño se esfumó por completo y estaba siendo acechado con tortuosa lentitud. Su paciencia no duró más, aún si ese juego le gustaba no pudo con la tentación, chocó sus labios con los contrarios en un beso torpe, hambriento saboreó esa lengua en un beso apasionado y húmedo. 

—… — Tae se dejó besar a gusto, después de todo tener al florista tan hambriento por su sabor le encendía aún más, sus manos sobre el trasero del mayor no dejaban de apretar esa carne caliente bajo esos jeans, quería quitarle la ropa pronto y fue entonces que le despojó de ese abrigo a tientas, su visión ya se había acostumbrado a la casi insistente luz que entraba por las ventanas, tomó a ese hombre del trasero y le llevó en brazos todo el camino hasta su habitación. Ya allí le lanzó a la cama perdiendo la delicadeza de antes, encendió la lámpara del tocador, no quería arruinar el ambiente pero tampoco quería perderse la vista que tendría de ese hombre ahora en su cama viéndose tan vulnerable. 

Comenzó a quitarse la ropa ante la atenta mirada del encantador muchacho de cabellos oscuros, el tatuaje en su brazo se transformó pronto en lo único que estaba sobre su piel, desnudo de pie observó con intensidad al mayor con esa obvia erección alzándose bajo esos pantalones. Seokjin jadeaba luego de ver a ese muchacho quitarse la ropa de una forma provocativa, la luz de la lámpara le daba un aura sensual a cada relieve sobre ese cuerpo en forma, un ligero destello llamó su atención y cuando comprendió de qué se trataba se sonrojo hasta las orejas. 

Tenía un piercing en el pene, estaba erecto por lo que podía verlo claramente bajo el glande atravesado la piel de forma horizontal, era una argolla con una bola de metal. 

— Te gusta? — Preguntó el menor para acercarse para alcanzar la mano de Jin y guiarla a su miembro erecto. — Estos nos harán pasar un buen rato! — Comentó para sacar la lengua dejando a la vista ese segundo piercing atravesando su lengua justo en el medio. 

Esa era la primera vez que compartiría la cama con alguien con perforaciones y las palabras dichas por el tatuador resonaron en su mente cuando el placer le nublaba la mente, recibió sexo oral y luego del orgasmo perdió la cabeza, cuando recobró los sentidos tenía a ese chico sobre su espalda besando su piel mientras le penetraba con insistencia, la excesiva estimulación en su próstata le mantenía con la boca llena de jadeos, su propio pene goteaba preseminal en abundancia y su semen era claro luego de la tercera corrida. El tiempo no parecía pasar y tampoco era su prioridad en ese momento. 
 
— Voy a morir! — Soltó exhausto el florista entre jadeos, el placer era vívido pero estaba demasiado estimulado al punto de sentir que perdería la consciencia. Le sentía chocar bajo su ombligo, tan dentro de su carne que solo pensar en ello le excitaba, estaba siendo devorado por completo, ya no existía pudor cuando esa lengua había probado cada centímetro de su intimidad y más, ese chico le hizo gemir de forma vergonzosa y le calmó cuando le penetró por primera vez, ese piercing además de excitarlo  le puso ansioso y preocupado pero esa preocupación murió cuando el placer fue escalando, nunca espero que el pelirrojo le estuviera dando la cogida de su vida. 

Todo terminó cuando otro orgasmo le azotó, sus entrañas temblaron y mordió su propia mano para retener ese gemido, su cabello fue jalado de forma bastante cuidadosa y recibió las últimas embestidas soltando jadeos ahogados que no pudo apaciguar gracias al agarre y el éxtasis, no resistió más ante el cansancio y apenas Taehyung soltó su cabello para luego sacar su pene Jin se durmió.

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Se removió en la cama para abrir los ojos adormilado, el calor del agarre sobre su cintura le recordó la cruda realidad, se había acostado con ese chico de cabellos rojizos esa noche. Decir que fue bueno quedaba corto, admitía que fue el mejor amante que alguna vez tuvo, ese chico de hermosas facciones estaba inesperadamente bien dotado y sus perforaciones era algo que potenció el placer, aunque estaba seguro que incluso sin esos piercings habría terminado desmayandose de todas formas, era realmente bueno en la cama, buen besador y un tanto sádico. 

Estaba avergonzado como nunca y con cuidado retiró ese brazo para salir de la cama, su cintura dolía como el infierno, fue una noche salvaje después de mucho. Se colocó su ropa aún sintiendo el lubricante dentro, esos momentos agradeció los condones porque ahora hubiera terminado con quien sabe cuánto semen escurriendo.  

Ya listo salió de ese lugar apresurado, ya era tarde y debía tomar una ducha al llegar a casa, se saltaría el desayuno para abrir la florería. Llamó un taxi y al llegar a casa se encontró con la Jeon dentro de su departamento. 

— Cómo entraste? — Soltó al verle sentado en su sofá, Jeon volteo a verle con una mirada cansada. 

— Tengo la llave y se la combinación, tu cumpleaños no es una buena contraseña.— Dijo para ponerse de pie y caminar hasta su supuesto hermano mayor.

— Estoy ocupado ahora… — Se excusó dispuesto a escabullirse lejos del menor. 

— Dónde pasaste la noche? — Pregunto jeon acorralando contra la puerta a Seokjin.  

— No es tu asunto! — Jin se sintió avergonzado recordando la noche apasionada que había pasado y sintiendo el rubor en su rostro, se cubrió su cara con su mano avergonzado dejando a la vista la marca de mordida. 

— … — Jungkook se alejó al comprender que había ido demasiado lejos, sentir el aroma de alguna mujer sobre el cuerpo de Jin le hizo enloquecer, secretamente deseaba a ese hombre, quería hacerlo suyo y sentir la presión de su conexión familiar le estaba volviendo loco. — Lo siento —. 



***

Perdón por tardar tanto he estado un poco inestable.

Gracias por leer! 🌸❤

El primer amor entre rosas y tinta | TaeJin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora