Capítulo 8

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Ese hombre le hacía temblar, tenerle así de cerca le permitía ver con detalle esos ojos profundos y azules, verle directo a los ojos era como caer en una trampa, sintiendo esos dedos sujetar su barbilla y esa respiración cosquilleando en su propio rostro, esto último le provocaba deseo y tan duro como al inicio su erección se alzaba deseoso por provocar esos besos. Taehyung le beso con pasión y hambre como si supiera exactamente lo que quería, el sabor de su boca no le importo y simplemente disfrutó del calor de esa lengua que le ahogaba, esa pieza de metal chocaba de vez en cuando contra sus dientes produciendo un sonido metálico, era un buen besador y le ponía caliente con cada respiración ahogada entre besos intensos. 

Sus bocas se separaron de golpe, Jin respiró de forma profunda  para sentir cómo el pelirrojo le tomaba de la cadera para subirle al escritorio, una vez más estaba entregado a ese chico salvaje; más que eso era él mismo entregándose a su libido. 

— Te tomaría aquí mismo… — Pronunció Tae comenzando a meter sus manos bajo la camisa ajena, acariciando esa piel calida que parecía temblar ante su toque. 

— Claro que no! Alguien podría vernos — Jin le empujó sujetándo de los hombros al menor volviendo por un segundo a sus sentidos. 

— Solo bromeo — Taehyung rió ante la mirada asustada del florista, era solo una broma, después de todo no era exactamente amante del exhibicionismo. — Entonces me dejarás subir? — Preguntó acercándose para darle un corto beso en los labios y bajar para besuquear ese cuello.

Un jadeo escapó de la garganta del atractivo florista ante sus insistentes toques, obviamente no recibió una negativa y arrastró a ese hombre hasta el piso de arriba para luego arrojarle a la cama, Jin cayó de boca para luego ser levantado desde atrás, esas manos se deslizaron hasta el frente de su camisa y en un crujido su erección se estremeció al igual que sus entrañas, su camisa había pasado a la historia, los botones volaron para perderse por el piso y lo que quedó solo fue el calor del momento. 

Taehyung acarició la piel desnuda de ese abdomen masculino y firme, delineó las costillas y agarró esos pectorales para luego tocar esos pezones ya duros, los jadeos de Jin sucumbiendo ante sus caricias le encendía, solo compartieron una noche de sexo y ya parecía un adicto al masculino cuerpo de ese florista encantador, le rechazaba cada vez que podía pero el sexo entre ellos era demasiado bueno y eso hacía que SeokJin volviera a sus brazos tan contradictorio a sus propias palabras.  

— Tienes lubricante? — Preguntó el menor mientras bajaba los pantalones ajenos y acariciaban ese trasero firme. 

— No… — Contestó Jin acalorado esperando que eso no fuera un impedimento porque lo que más deseaba en esos momentos era sexo. 

— Ya veo — Soltó Tae para empujar al mayor y dejarle a cuatro patas contra el colchón, Jin le miró por el hombro con duda y pareció rogarle que le tomara pero él no era tan desalmado para penetrarle cuando estaba seco. — Lo haré sin condón… — Dijo para inclinarse y agarrar ese trasero, lamió la zona con hambre y se regocijo al percibir el temblor de esa piel. 

— No! Oh! — Eso se sentía extraño, más que vergonzoso y completamente superado por la situación se aferró a las sábanas y oculto su rostro en la almohada, estaba caliente y húmedo, le estaba excitando más de lo que debería y su propio pene palpitaba. 

Taehyung le preparó y no le tomó demasiado gracias a que habían tenido sexo la noche anterior y no fue solo un poco, es más lo hicieron muchas veces y ahora al alejarse y mirar la zona podía notar como estaba un poco irritado, estiró su entrada con los pulgares viendo que estaba listo tan húmedo y suave que ya no tendría problemas para entrar.  

— Está muy limpio aquí atrás… — Soltó en un ronroneo al mismo tiempo que se bajaba los pantalones y su falo quedaba al descubierto. — Te limpiaste y metiste tus dedos no es así? — 

El primer amor entre rosas y tinta | TaeJin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora