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Capitulo especial: La cuenta pendiente de la estrella

Jiang Xingchen se levanta de una cama de diez metros cuadrados todos los días, toma el desayuno preparado por un chef estrella y va a la escuela en una limusina de edición limitada.

Sin embargo, Jiang Xingchen no pensó que eso fuera un gran problema, porque sus compañeros de clase eran iguales.

Jiang Xingchen tiene diez años y pronto estará en cuarto grado, es el que tiene las mejores calificaciones y popularidad en la clase.

Jiang Xingchen, de diez años, tiene muchos problemas, y no es tan fácil para él sonreír, pero los estudiantes parecen no comprenderlo y lo llaman "Iceberg".

Jiang Xingchen sabe lo que es un iceberg y lo ha visto con sus propios ojos. Siente que hay una gran diferencia entre él y un iceberg. Discutió razonablemente cuando su compañero de clase lo llamó con este apodo, pero no tuvo ningún efecto.

Después de la clase, las personas se animaron de inmediato. Jiang Xingchen sacó un trozo de papel para jugar Sudoku*. Pero antes de que pasaran dos minutos, alguien ya lo había perturbado.

(N/T: *Sudoku, es un juego matemático cuyo objetivo es rellenar una cuadrícula de 9 × 9 celdas (81 casillas) divididas en subcuadrículas de 3 × 3 con las cifras del 1 al 9 partiendo de algunos números ya dispuestos en algunas de las celdas. Que no se deben repetir en una misma fila, columna o subcuadrícula. Un sudoku está bien planteado si la solución es única.)

"Xingchen, ¿Puedes ayudarme a analizar esta pregunta? No sé mucho". Su brazo fue golpeado con un bolígrafo y le dolió. Jiang Xingchen volvió la cabeza y enfrente de él una niña reía enseñando una hilera de dientes.

Los dientes de tigre de la niña eran los peores para él. Jiang Xingchen miró el diente perdido y pensó. Bajó la cabeza y miró el libro empujado a la misma mesa: "¿Qué pregunta?"

"Este de aquí". Jiang Xingchen miró el problema de matemáticas en el libre, y le pareció muy simple.

Cogió el bolígrafo y escribió el proceso de resolución del problemas en el papel originalmente preparado para jugar Sudoku. También aprendió a explicar mientras escribía. Cuando terminó de hablar, levantó la vista, pero descubrió que ambas manos de la niña se sostenían la barbilla y no miraban el problema en absoluto.

"¿Entendiste?", Preguntó Jiang Xingchen de mala gana.

Ella asintió una y otra vez, la cola de caballo se agito y la mariposa de cristal en su cabeza brillaba hermosamente: "Huh".

Jiang Xingchen sabe que la niña mentia, porque la vez anterior también le hizo una pregunta muy simple. Volvió la cabeza, miró el libro y pensó: ¿Es esto algún problema de poco entendimiento para las mujeres, ¿Por que sus compañeras no son tan listas como su madre?

Pero no descubrió la respuesta, porque otras compañeras de clase también fueron y le hicieron muchas preguntas simples.

Jiang Xingchen comenzó a prestar atención a la clase de nuevo, y una vez más perdió un tiempo precioso de descanso, sostuvo su barbilla y miró la pizarra, sintiéndose pesado.

¿No son las chicas un poco estúpidas? Entonces no quiere que su madre tenga una hermanita para él.

Asi terminó un día de vida escolar, pero Jiang Xingchen no se relajó.

Regresó a su casa, se cambió de ropa y entró en la sala de prácticas.

Esta sala está dedicada a él, y van maestros de artes marciales para enseñarle Sanda todos los lunes y miércoles. Su madre le dijo que los niños deberían ser un poco más fuertes, de lo contrario serían fácilmente intimidados. Jiang Xingchen sintió profundamente que su madre tenia razón, por que los pequeños hombres en la última fila de su clase a menudo eran intimidados por otros.