Parte 7

114 18 15
                                    

-¿Mista?- hablo en un murmullo sin razón aparente, despertó del sueño y vio que se encontraba en una habitación, un lugar del que jamás había pensado que volvería. Ya había pasado casi un año desde que se había marchado y ahora estaba de vuelta a su hogar. Se levantó de la cama lo más rápido que pudo, si él estaba ahí, quizás Mista también y justo en ese momento necesitaba ya de su ayuda.

Pero estaba equivocado, tan pronto abrió la puerta y vio quien estaba al otro lado del pasillo.

-No- musito, sintiendo un nudo en la garganta y el encapuchado, aquel que había visto entre las calles, avanzo hacia él. Saco la espada que ocultaba bajo su abrigo, Giorno petrificado se quedo viendo como sangre de ella escurrió. Al siguiente instante, vio aparecer el cuerpo inerte de su madre caer ante el en la entrada de la habitación.

-¡Nooo!- grito de nuevo, casi dando un salto de la cama. Estaba demasiado asustado, agitado, tanto que espanto a su hermano, quien estaba sentado a la orilla de su cama y apenas puso una mano a su pecho para frenarlo, sintiendo aun así, su corazón acelerado.

-Giorno, tranquilo- hablo a su hermano, quien respiro agitado y lo miro directo a los ojos -Tranquilo- repitió evitando contagiarse del miedo de Giorno. Jamás había visto una persona despertar así.

-¿Madre?- pregunto, y lo vio de nuevo -Narancia ¿dónde esta madre?- insistió Giorno aunque al final el muchacho no tuvo que decir palabra alguna, pues la puerta se abrió y ella apareció.

-Giogio- murmuro ella, incapaz de pronunciar bien su nombre, pues una felicidad provoco el nudo a su garganta. Al siguiente instante, ya abrazaba a su hijo entre sus brazos. Fue tan grato el momento que ni las palabras servían en una escena así.

-Tanto tiempo... Mi deseo...- intento seguir hablando, tomando el rostro de Giorno entre sus manos y con los ojos bañados en lágrimas, lo beso en la frente, en las mejillas, incluso su cabello.

-Madre... estas bien- hablo Giorno, volviéndola abrazar y ella para nada lo rechazo. -Estas a salvo- murmuro aliviado en un pequeño instante pues al siguiente, recordó aquellas personas que lo habían acompañado a su viaje.

-Madre... ¿Dónde está?- pregunto, viéndola a los ojos

-¿Quien?-

-Padre-le respondió -¿Dónde está?- insistió en su pregunta y ella no supo que decir

-Está en las celdas del calabozo- contesto Narancia, y ambos le miraron -Los guardias que te encontraron, atraparon a varias personas que intentaron secuestrarte de nuevo- le respondió, intentando dar una explicación a la vez que el mismo trato de recordar que había pasado. Pero desde que había salido corriendo de la posada, no recordaba nada. Además, Narancia menciono que habían arrestado a varias personas, pero el último a quien vio fue a Mista

-¿Mista está ahí?- pregunto Giorno, y lo vio negar

-Padre no dejo a nadie entrar- contesto a su pregunta, y Giorno salió de la cama. Su madre intento detenerlo pero él se negó y Narancia lo único que pudo hacer, fue seguirle el paso. Hasta la entrada del calabozo, donde descubrieron que seguía custodiada por un guardia.

-No nos dejara pasar- hablo Narancia y Giorno lo miro -Él es el más obstinado a obedecer a padre, si no eres el jamás te hará caso- sonrió a la vez que se acercó a una ventana, arranco la cortina y se cubrió con ella.

-Cuando le dé la espalda a la puerta, corre... estará abierta- dijo Narancia, emprendiendo una carrera contra el guardia, mientras el se ocultó y entendió.

-¡Hey, largaos de aquí!- reclamo, tras haber tropezado con él, y Narancia robo su espada. Giorno solo miro, como su hermano se había vuelto tan ágil como él. O casi tan ágil, pues el arma cayo de sus manos, el guardia se despegó de la puerta y avanzo varios pasos hacia Narancia. Le dio la espalda a la puerta, y Giorno corrió hacia ella, confió en su hermano, extendió sus manos y esta se abrió al primer toque. Giorno intento cerrar discretamente y corrió rápidamente a través de las escaleras.

Renaissance (GiornoxMista)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora