Para que me perdones. - Yoonmin.

Cap. 4

-Jimin ¿Verdad?- preguntó por su nombre luego de que su hermano haya abandonado la oficina en busca de los papeles.

El contrario asiente.- Park Jimin.- Pasa saliva disimulado, quieto en el mismo lugar en el que estaba cuando Yoongi les llamo la atención para que él se quedase.

No estaba asustado, pero tampoco se podía decir que estaba tranquilo, simplemente estaba incómodo. Con lo poco que había visto de aquel hombre que estaba sentado en frente suyo, podía pensar muchas cosas.

Hasta ahora le parecía algo serio, centrado y reservado, tres actitudes que extrañamente lo intimidan, cabe destacar la timidez del chico. Además de actuar como uno, en el ámbito de conocer gente, Jimin era como un niño: mientras más amigable, divertida y habladora sea una persona, más fácil será que establezca confianza con él. Sin embargo, este hombre no había demostrado o destacado ninguna de aquellas características que hacían sentir cómodo al pequeño, al contrario, demostró ser una persona potencialmente misteriosa para él (aunque realmente no lo fuera) y eso era lo que alertaba al chico.

En conclusión, sabía que no era alguien malo, pero aún así se mantenía alerta por las dudas. Aquella situación le pareció algo extraña ¿Por que quería que se quede? El estar solo con él era lo que más lo preocupaba: si se le volvía más pesada la atmósfera cuando estaba acompañado por Jungkook, ya se volvía un reto estar a solas. Pero tampoco quería parecer maleducado ni dar a entender que desconfiaba de él, así que no pudo hacer más que mantenerse de pié en aquel lugar, responder a todas las preguntas, y esperar a que su amigo regrese.

Por otro lado Yoongi estaba a gusto con la única compañía del menor, se sentía aliviado al no tener que hablar con él mediante su hermano, porque hasta ahora el chico le había dirigido la palabra menos de cinco veces, y vaya que era agradable poder escuchar mejor su voz sin ser tapada por la de Jungkook. Se levantó de su silla y rodeó el escritorio para acercarse al contrario, quería observarlo de una manera más detenida. Por más callado y tímido que fuera, aquel chico había llamado su atención, pero aún no sabía qué era exactamente lo que lo interesaba tanto.

-Y...- Jimin rompe el incómodo silencio siendo la primera vez que inicia una conversación, sorprendiendo un poco a Yoongi quien se encontraba mirándolo de una manera algo despectiva y curiosa caminando lentamente a su alrededor mientras él se mantenía quieto. -¿Cómo será el puesto de trabajo que voy a ocupar?-

-Eso lo arreglaremos en cuanto completes tu currículum, podré ver que será lo mejor para ti al ver tus cualidades.- Respondió Yoongi con voz tranquila sin dejar de mirarlo, a lo que Jimin asiente sin decir más.

Agradeció la demora que suele haber en los ascensores del edificio, la cierta lejanía que hay desde la oficina de su primo a la suya y la lentitud de su hermano al hacer las cosas; gracias a todo eso pudo tener el tiempo suficiente para fijarse en cada detalle del menor, quien por su lado lo estaba viviendo como una tortura.

Primero observó su rostro, viendo sus lindos ojos almendrados y cafés, su tierna y moldeada nariz, sus mejillas ligeramente rosas y la manera en que su flequillo rubio ya algo largo cubría parte de su frente. Pero lo que más llamó su atención fueron sus hermosos y gruesos labios los cuales estaban siendo mordidos una y otra vez por el chico gracias a su incomodidad, se veían tan apetecibles que en ese mismo instante le dieron ganas de besarlos y morderlos también para comprobar si eran tan suaves como parecían, y lo hubiera hecho de no ser por la inapropiada situación.

-Vaya que hablas mucho.- Habló sarcástico intentando sonar algo gracioso al ver lo tenso que estaba, sintió como si se estuviera dirigiendo a un niño al sentir la necesidad de hablarle así.

-Oh, lo siento, no quise molestarlo.- Respondió con voz algo baja balbuceando un poco y bajando la cabeza sin haber entendido el sarcasmo, Yoongi hace una mueca de confusión frunciendo un poco el ceño.