Capítulo 24

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Lisa comenzó a suda frío cuando la mano de Rosé, la cual anteriormente estaba en su muslo, se escabulló por debajo de su camiseta. El contacto cálido la hizo enternecerse. Tomó aire, para siguiente acto buscar los orbes cafés de su contraria.

- ¿Q-Qué haces? -Tartamudeó. La rubia solo se limitó a sonreír, y proseguir con su papel.

Como si fuera poco, para el escaso autocontrol que tenía Lisa sobre si misma, una pierna de Rosé pasó sobre su regazo, logrando así quedar a horcajadas.

La tailandesa relamió sus labios cuando su mirada se perdió en los apetecibles labios que tenía en frente. Por otro lado, Rosé sonrió. Por alguna u otra razón, se sentía bien. Tener a Lisa, prácticamente babeando por ella, la hizo entrar más en confianza.

- ¿Ahora quieres que nos descubra mi madre? -Bromeó la pelimarrón. Rosé soltó una risa divertida.

- Tal vez -Le siguió el juego.

Las manos de Lisa contornearon la pequeña cintura de la australiana, aún sobre su prenda superior. Trató de inclinarse lo más que pudo para así comenzar la sesión de besos, pero un dedo índice en medio de sus labios se lo impidió. Rosé negó. Agarro las manos de Lisa y las guío por debajo de su top.

Cuando la dedos de la pelimarrón hicieron contacto con su suave piel, Rosé se inclinó hasta que su boca llegara a la altura de su oreja-. Te tengo una sorpresa -Susurro.

La contraria trató de articular alguna palabra, pero pareció quedarse sin aliento cuando la australiana siguió guiando sus manos, hasta alzar su top.

Una tela negra, decorada con bordes elegantes y sexys la dejaron boquiabierta. Lisa sabía que Rosé no solía usar ese tipo de ropa interior.

- Rayos... -Pronunció apenas en un susurro, cuando logró sentir los bordados de aquella lencería.

- Un poco más arriba -Comentó Rosé, para seguidamente ascender las manos de Lisa hacia sus pechos. Dio un leve apretón, cosa que hizo que la manos de la tailandesa también lo hicieran.

Sus respiraciones comenzaron ponerse pesadas. Lisa estaba totalmente absorta ante los que su ex novia se encontraba haciendo. Sin ningún motivo, bajo las manos, ganándose así un pequeño bufido en son de queja. Escabullo uno de sus dedos por el borde del short ajeno, y después relamió sus labios. Si el sujetador era sexy, ahora quería ver el conjunto inferior que lo acompañaba.

- ¿Puedo? -Preguntó un tanto insegura cuando sus dedos tomaron el cierre del short.

- Quítame el top -Ordenó con un tono de voz ronco. Lisa trago saliva ante la nueva faceta de Rosé.

La rubia suspiró cuando los hábiles dedos de su contraria comenzaron a bajar un poco la cremallera, y seguidamente quitarle la prenda superior.

En ese instante, solo parecían estar ellas dos. El sonido del televisor quedó en nulo, cuando la concentración de ambas se enfocaron una a la otra. Una ligera calidez se impregnó en el agradable ambiente.

Lisa no pudo soportarlo más, dejó la cremallera a la mitad de su apertura y se paró. Rosé rodeó la cintura de la tailandesa con sus piernas, para de esta manera poder sostenerse.

- ¿Qué haces? -Preguntó confundida.

Sin responder, y aún con Rosé sosteniéndose de ella, la echo sobre el sofá. Mordió su labio inferior cuando recorrió con sus ojos la tersa y blanquecina piel del cuello ajeno. Las ganas de marcarla inundaron sus pensamientos, pero, no sabía que tan lejos la iban a dejar llegar.

CÓMO SER SEXY EN 10 'SENCILLOS' PASOS | CHAELISA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora