FIN

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Sus miradas se cruzaron, desde la puerta hasta la cama donde estaba Rosé. Ninguna artículo nada, a pesar de que tenían una conversación pendiente.

No fue hasta que Lisa se fue acercando, para siguiente acto extender su mano en dirección al de su contraria. Hizo una sutil sonrisa mientras esperaba una respuesta.

Rosé aceptó sin pensarlo.

La tailandesa, apenas sintió el tacto de la la mano de su contraria, la atrajo hacia ella. La rodeo con sus brazos y escondió su rostro en el cálido pecho de Rosé. Cerró sus ojos con fuerza y, sin poder evitarlo, suspiro.

- Rosé, yo te quiero tal y como eres -Articuló con la voz pendiendo de un hilo-. No era necesario hacer un estúpido manual para poder ser mi tipo "ideal" -Sorbió su nariz-. No, no era para nada necesario. -Negó con la cabeza.

- Lisa, yo...

- No, Rosé. -Se alejo. Se paró correctamente y se limpió las pocas lagrimas que se mantenían acunadas en la comisura de sus ojos, para siguiente acto tomar las mejillas de su contraria con ambas manos-. Miramé Roseanne. -Sonrió sutilmente- Jisoo me lo contó todo.

- ¿Respecto a la apuesta...? -Rosé sacó el tema, pero fue interrumpida nuevamente.

- Jennie y Jisoo fueron a mi habitación -Confesó-. Se disculparon y me aclararon algunas cosas.

[...]

2 horas atrás...

Jisoo abrió los ojos con pereza, después sentó en la cama. Bostezo y se rasco la nuca mientras miraba a cada rincón del techo.

Frunció su ceño cuando se dio cuenta que no estaba en su respectiva habitación. Trato de mover su brazo, pero había algo o alguien sujetándolo.

- Hmm... -Se escuchó una queja.

La pelinegra arqueó un ceja, para seguidamente ver a su lado izquierdo.

- Oh, no.

Ahí estaba Jennie, abrazando su brazo como si de un peluche se tratara.

- ¿Jennie? -La llamó mientras movía su brazo.

La castaña hizo una mueca de molestia, pero sin abrir sus ojos en ningún instante.

- Cinco minutos más -Pronunció apenas en un susurro.

Jisoo no era una persona con buena memoria cuando recién se levantaba, por lo cual, inmediatamente se asustó al recobrar algo de compostura.

Con su mano libre alzó el edredón y, para su suerte, tanto Jennie como ella se encontraban vestidas.

Pasaron al rededor de veinte minutos, para que Jennie abriera sus ojos luego de un reconfortante descanso.

Lo primero que observó, fue a Jisoo tratando de llegar a una aplicación de su celular, el cual estaba muy arriba de la pantalla. Aquello sería más fácil con dos manos, definitivamente.

- Quien te manda a comprar un celular tan grande -Se burló Jennie, ganándose la atención de su mayor.

- Si no fueras como un perro cuidando un hueso, en este caso mi brazo, probablemente sería más fácil -Contestó con una mirada retadora.

CÓMO SER SEXY EN 10 'SENCILLOS' PASOS | CHAELISA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora