Capítulo 2

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- ¿Para que querías que viniera tan temprano a tu casa? -Interrogó Rosé mientras le daba un sorbo al jugo de mango que la Sra. Kim le había preparado.

- Para leer el siguiente paso, dah. Pero para eso te necesitaba aquí. Por otro lado, hubieras vuelto a declinar.

Rosé estaba apunto de responder, pero una notificación le impidió seguir articulando cualquier cosa que iba a decir. Miró la pantalla y sonrió como boba.

- ¿Quien es? -Cuestionó Jisoo, quien se encontraba rebuscando entre su armario.

- Es Lisa -Respondió mientras tecleaba su pantalla. Jisoo dejó lo que estaba haciendo y miró a su mejor amiga con una ceja arqueada.

- ¿Están haciendo como si nada hubiera pasado? -Siguió con su interrogatorio. Rosé ascendió la mirada de su móvil y miró hacia la pelinegra.

- Creo que si... En fin. Creo que es mejor olvidar ese incidente.

- Oh, claro. Ahora debe haber otro incidente -Guiño un ojo-. A todo esto, nunca me contaste la forma en la que se hicieron novias o se conocieron. Si te soy sincera, se me hace algo irreal su relación. Lisa... parece ser más de las chicas que no quieren algo serio. ¿Me hago entender?

- Bueno... nuestra historia comenzó desde que ella me compró una Limonada -Comenzó a contar Rosé.

- ¿Vendías limonadas?

- Si, cuando era niña. Tenía un pequeño puesto de limonadas.

Ya tenía casi toda la limonada acabada. Conté los billetes y monedas de mi cuenco y sonríe sin dientes. Ya casi tenía la mitad del dinero para comprar lo que tanto quería.

- ¿Otra vez por aquí, ardilla desnutrida? -Se manifestó la voz de un niño. Rosé miró hacia un lado, encontrándose con aquel chico de cabello negro.

- Mark, ya te dije que me dejes de molestar... por favor -Trató de convencerlo mientras guardaba su pequeño cuenco.

- ¿Eh? Yo no te estoy molestando -Vaciló. Camino hasta enfrente del pequeño puesto y miró la limonada que se encontraba en grandes jarras de vidrio-. Esto es ridículo. ¿Por qué siempre haces tanta ridiculez? ¿Un puesto de limonadas? Dios, en que año estamos. ¿En 1994? Soltó entre dientes.

- Yo... Hmm... -Rosé sintió un nudo en la garganta que le impidió contestar. Literalmente se encontraba al borde de las lágrimas. Relamió sus labios y se trató de limpiar los caminos húmedos que se habían formado desde la comisura de sus ojos.

- ¿En serio vas a llorar? -Mark tomó la bolsa de vasos descartables y lo tiro al suelo. Luego los piso y pateo al lado de la pista- Ahora si ya tienes un motivo para llorar.

Rosé abrió los ojos y corrió hacia la pista, sin importarle que algunos carros concurrieran por aquel lugar. Mark observó como la niña de apenas ocho años era casi atropellada. Trago saliva y salió corriendo al momento que la infante volvía a la acera con una mueca de terror. Sus manitas temblaban al igual que sus piernas. Se dejó caer y comenzó a llorar.

- ¿Sigues atendiendo? -Interrogó una voz femenina. Rosé alzó la mirada. Adelante de ella había una niña, de quizás su misma edad, de cabello marrón, nariz perfilada, ojos grandes y labios lindos. Sorbió su nariz y se paro.

- No tengo como darte la limonada... lo siento -Contestó mientras recordaba la forma en la que Mark pisaba sus vasos y los tiraba a la pista.

- Hmm... -Lisa observó hacia la pista-. ¿Qué sucedió con tus vasos? -Curioseó.

- Nada -Respondió aún con un nudo en la garganta.

CÓMO SER SEXY EN 10 'SENCILLOS' PASOS | CHAELISA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora