¿lo prometes?

1.3K 116 16
                                    

Lance caminó por los oscuros pasillos metálicos del castillo. El eco de sus pasos resonaba levemente. Generalmente el ruido se aplacaba con facilidad en aquel amplio espacio, pero las cosas hoy estaban más silenciosas que de costumbre.

No era para menos. La noticia de que Shiro estaba desaparecido los había tomado a todos de sorpresa. Habían intentado buscarlo. Por supuesto que lo habían hecho, pero no encontraron ni rastro del que había sido su líder.

Allura luego les comunicó que necesitarían que cada uno probara conectarse con el león negro, y con suerte, con muchísima suerte, así encontrarían al nuevo paladín. Sabían que no lo hacía con intención de eliminar el recuerdo de Shiro, o fingir que nada pasaba. El universo necesitaba a Voltron, y dependía de ellos asegurar que así fuera, aunque doliera al principio.

Las pruebas serían al día siguiente. Habían pasado por demasiadas emociones en un día y necesitaban un descanso físico y mental.

Lance suspiró, sintiendo el real peso de todo lo que estaba pasando. Eran tiempos difíciles y en verdad necesitaba descansar.

Finalmente llegó a la zona de los dormitorios. Pasó por la puerta de Hunk, Pidge...

Keith.

Iba a seguir de largo hasta la suya, pero se detuvo casi de manera inconsciente. Sus ojos azules pasaron del piso a la puerta, y mordió el interior de su mejilla meditando que debía hacer. De todos en el castillo, él debía ser el que la estaba pasando peor. No sólo había perdido a su líder; también a su mentor, a su figura paterna. A su mejor amigo.

Respiró hondo armándose de valor y caminó hacia ella, tratando de hacer el menor ruido posible para no despertar a sus vecinos.

Dio unos golpecitos a la puerta. Probablemente Keith estaría dormido también. Deseó que estuviera dormido; en el fondo no estaba seguro de que le diría si realmente le respondía.

Pero no pasó, así que retrocedió y se dispuso a seguir su camino. Unos segundos más tarde, el sonido de la puerta desplazándose resonó en los pasillos.

– ¿Lance?

El moreno volteó la cabeza al oír su nombre. Dio unos pasos y regresó a donde había estado antes.

Keith asomaba su cabeza por esta. Estaba muy oscuro adentro de su habitación, por lo que lo único que pudo distinguir fue su rostro.

– Hey. Yo... –meditó lo que diría rápidamente–. Sólo quería saber cómo estabas. Mañana es un gran día.

Keith paseó sus ojos por su rostro, examinando sus intenciones.

– Estoy bien. Pasándola en grande –murmuró seco.

– Oh, em... Está bien –colocó su mano detrás de su cuello. Keith evidentemente no estaba de humor, sería mejor dejarlo en paz–. Entonces me iré a dormir. Que... Que tengas buena noche.

Lance se alejó de la puerta nuevamente, y echó a andar.

– Lance, espera.

Keith salió al pasillo, y el aludido volteó su cuerpo una vez más, algo sorprendido. El pelinegro vestía una camiseta roja y pantalones sueltos grises. Su cabello negro estaba algo despeinado, debía haber estado acostado cuando el moreno lo llamó.

De hecho, ver a Keith así se le hizo algo adorable. Sintió que su rostro se calentaba un poco.

– Yo... en realidad quiero hablar contigo sobre mañana–miró al suelo, murmurando las palabras.

Lance parpadeó rápidamente, dudando unos segundos. No lo esperaba. Digo, sí. Estaban intentando... ¿algo? Estaban intentando algo en secreto, pero era muy nuevo. Hasta hace unos segundos no creía que Keith confiara en él lo suficiente como para contarle preocupaciones tan personales. Él siempre estaba fuera de la órbita de todos los demás. No en una forma grosera, simplemente estaba lejos. Tenía esa naturaleza solitaria, incluso con él. ¿Quién era Lance en ese caso? Keith podía prescindir de él. A pesar de que para él, Keith era la persona que más le importaba en el equipo Voltron.

[ KINGS ] Klance One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora