Capítulo IV.

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"Reencuentros".

Narra Stefan.

Había pasado toda la noche pensando en qué haría con el cuerpo de Ivy y planeando algo para vengarme de Enzo por lo había hecho. Y por otro lado, también pensaba en Caroline y en lo que le había dicho; estaba pensando las palabras para pedirle perdón, no me sorprendería si no me perdonara, porque la hice llorar y jamás me lo perdonaré.

Me levante del sillón y me dirigí por las llaves del carro para llevar el cuerpo de Ivy al cerro y ahí enterrarlo. Cuando volví a la sala me sorprendí al ver a Ivy de pie, me alegré por verla pero también me enojé porque Enzo le había dado de sus sangre.

—¡Stefan! ¿Qué paso? —preguntó Ivy desconcertada.

—Tranquila, sé que esto va a ser muy duro para ti, pero te voy a ayudar con todo, te lo prometo.

—¿Qué paso Stefan? —cuestionó preocupada.

—Cambiaste, tú vida a partir de ahora será muy complicada, pero aquí estaré para ayudarte —comenté tratando de tranquilizarla.

—No entiendo, ¿qué estás tratando de decir?

—Moriste, pero tenias la sangre de Enzo en tu sistema, lo que te hizo convertirte en...

—¿En qué Stefan?

—Vampiro.

—¿Qué? No, no eso es imposible, los vampiros no existen, yo no puedo ser un vampiro —respondía con mucha negación y confusión. No sabía cómo ayudarla para que entendiera esto, debía ser muy difícil para ella.

—Te voy a ayudar con esto Ivy —comenté tomándola de las manos—. Te lo prometo.

La tranquilice por un momento y empecé a contarle más sobre los vampiros, entendía rápidamente los beneficios que ser vampiro implicaban, así como los problemas que traía consigo. Debía completar la transición, pero no sabía si ella quería ser un vampiro.

—Debes entender algo Ivy —dije sosteniendo una bolsa de sangre—, una vez que tomes esto no habrá marcha atrás. Serás un vampiro.

—No tengo otra opción —respondió con lágrimas en los ojos—, sí no completo la transición moriré y no quiero morir Stefan.

—Entiendo eso, pero es tu decisión —comenté dándole la bolsa—, ahora tu decides.

Me miró por un instante y después mordió la bolsa, mientras más bebía de la bolsa su transformación aparecía; sus ojos habían cambiado de color y sus colmillos ya habían aparecido. Ya era un vampiro.

Elena estaba muy preocupada por Caroline, ya tenía varios meses sin ir a la escuela. Lo cual le parecía muy raro y más cuando ella era quien más insistía con ir a la universidad.

—Caroline, soy Elena —dijo desde en celular— ¿Cuándo piensas volver a la escuela?

¿Estas bien?—preguntó Caroline confundida.

—Estoy bien, pero dónde estas no has vuelto a la escuela desde lo que paso —respondió cambiando de tono.

Sigo buscando la manera de traer a Bonnie y Damon de vuelta —dijo—, ¿qué hay de ti? ¿encontraste algo?

—No creo que haya una forma de que Bonnie vuelva.

¿Qué hay de Damon?

—Damon no me interesa, yo quiero que vuelva Bonnie, lo siento por Stefan porque Damon es su hermano, pero él es un monstruo y por muy horrible que se escuché se merece esto.

Elena ¿estás bien? —cuestionó Caroline desconcertada— ¿Por qué hablas así de Damon?

—Caroline tengo que colgar porque tengo que entrar a clases, donde deberías estar tú —comentó—. Por favor vuelve, y juntas encontraremos la forma de traer de vuelta a Bonnie, te quiero amiga.

—¡Elena espera! —trató de hablar con ella, pero ya me había colgado— ¡Rayos!

—Extraño —comentó Enzo— ¿Vas a volver a la escuela? —preguntó.

—No lo sé, no quiero dejar esto, quiero seguir buscando la forma de traerlos de vuelta.

—Sólo quiero que sepas que yo quiero lo mismo y estoy contigo en esto —respondió Enzo—. Yo estoy aquí Caroline y también quiero que vuelvan.

—Gracias Enzo, eres la única persona que tengo.

Mi plan ahora era volver a Mystic Falls, o por lo menos estar a sus alrededores, aún estaba el hechizo de los viajeros que me impedía entrar, sin morir. Necesitaba enseñar a Ivy a casar, animales, no dejaría que se convirtiera como cualquiera de nosotros y fuera peor. Empezar en el bosque de Mystic Falls era una buena idea.

Tomé mi auto y ambos emprendimos un rumbo hacia Mystic Falls, pero necesitaba un anillo para Ivy, y la única bruja o brujos que conocía eran los gemelos Parker, así que decidí hacer una parada al Instituto Withmore.

La buena noticia, era que ya estaba por oscurecerse así que Ivy podría salir del auto, la mala noticia sería que volvería a ver a Elena. No había hablado con ella desde lo que paso y la verdad no quería hacerlo aún. Pero parecía el destino porque en cuanto baje del auto escuche su voz, llamando mi nombre.

—¡Stefan!

—Elena —volteé a verla y corrió a abrazarme, yo respondí el abrazo.

—¿Dónde has estado? —cuestionó con alegría—. Te extrañe tanto ¿qué haces aquí?

—Necesito un anillo solar, para una amiga.

—¿Una amiga? —preguntó sorprendida.

—Si, digamos que tuve una discusión con Enzo y la mató por mi culpa y ahora estoy ayudándola con todo esto.

—¿Quieres que Liv haga el anillo?

—Es la única bruja que conozco o tal vez Luke también podría ayudarme.

—Lo lamento Stef, pero ellos ya no hacen magia, no desde lo que paso —respondió—. Su aquelarre se los prohibió. Y se puede decir que los castigo quitándoles sus poderes.

Ahora que me había enterado que Liv y Luke ya no hacían magia, necesitaría otra bruja que me ayudará con el anillo de Ivy, pero dónde podría encontrarla, necesitaría la ayuda de Klaus. Pero no quería pedirle ayuda a él.

—Gracias por decirme, será mejor que me vaya Elena —dije despidiéndome de ella.

—No, digo no hay problema con que te quedes...

—¡Stefan Salvatore! —gritó Enzo y me hizo voltear a verlo—, viejo amigo. Que pequeño es el mundo, ¿te recuerda algo este lugar?

Insidia: Luna Creciente |Parte II | The Vampire DiariesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora