Capítulo II.

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"¡Elena!, sigue adelante".

Narra Elena.

Hace más de cuatro meses Damon y Bonnie murieron, he intentado seguir adelante pero ya no puedo, no puedo con todo esto. Trato de aparentar que estoy bien, que sólo lo deje, como Stefan, pero no puedo, los extraño y ambos me hacen tanta falta. Me gustaría ayudar a Caroline con la búsqueda de algo para traerlos de vuelta, pero no quiero caer en falsas esperanzas.

No puedo entrar a Mystic Falls, no sé qué vida lleva Jeremy, sólo por lo poco que Matt me dice y definitivamente eso no es bueno. Creo que aunque nadie puede aceptar todo esto, queremos salir adelante pero no podemos. Trato de seguir adelante, pero cada vez que me acuerdo de todo me pierdo todo lo que ya había logrado y vuelvo a caer. Es por eso que decidí pedirle a Alaric que use su compulsión para hacerme olvidar a Damon.

—¡Alaric! —grité entrando a su habitación.

—Elena, ¿qué pasa? —preguntó confundido.

—He estado pensando en el hechizo que hizo Esther contigo —comenté.

—No es algo que quiera recordar, Elena...

—Lo sé, pero necesito pedirte un favor —comenté y su mirada expresaba mucha confusión—, el hechizo fue el mismo que uso para convertir a Klaus y los demás, eso quiere decir que eres como un original.

—Tal vez así sea.

—Entonces puedes usar la compulsión conmigo —dije con alegría.

—No es una buena idea, Elena —respondió, camino hacia su escritorio y yo fui tras él.

—Por favor Alaric, necesito que me hagas olvidar a Damon —expresé , cambiando completamente mi expresión—. Debo olvidar todo el amor que siento por él, porque ya no puedo seguir viviendo un día más sin estar con él, sin verlo.

—Lo veo Elena, pero no es una buena idea —comentó—. Sé que estás sufriendo, pero no creo que ésta sea la mejor forma de superarlo.

—Me ésta matando poco a poco —expresé con desesperación—, eres el único que puede ayudarme.

No respondía nada, su silencio me estaba matando necesitaba saber sí estaría dispuesto a hacerlo.

—Ven después de clases —respondió.

—Gracias Alaric —agradecí y me disponía a salir.

—Quiero que estés consciente que esta no es la mejor manera de superarlo.

—No encuentro otra.

Sentía que está era la última opción que tenía, ayer todavía tenía la esperanza que ellos volvieran, pero todo eso se había esfumado.

Estaba esperando la manera en que Liv y Luke ayudarán a encontrar la forma de que Damon y Bonnie vuelvan, he tratado de obligar a Luke, ya que fue él quien detuvo el hechizo, a que encuentre la manera de que vuelvan. Pero dice que desde que hizo el hechizo sus ancestros están enojados y no los dejan usar magia.

—¡Tyler! —grité desde la otra habitación y corrí hacía él.

—¡Elena!, ¿cómo estas? —preguntó Tyler con confusión.

—Bien gracias, ¿has visto a Luke?

—Me alegra que lo menciones porque —respondió mientras me tomaba del brazo y me llevaba hacia una banca—... Liv me contó lo que estas haciendo.

—¿A qué te refieres? —respondí tratando de evadirlo— ¿Qué estoy haciendo?

—Estas obligando a Luke a que encuentre la manera de que Damon y Bonnie vuelvan.

—Bueno nos lo debe, por su culpa Damon y Bonnie murieron...

—Si pero esa no es manera Elena, está no eres tu.

—Escucha Tyler —dije mientras tomaba su mano y comenzaba a apretarla—, quiero que Damon y Bonnie vuelvan, y él detuvo el hechizo, así que nos tendrá que ayudar. Y si no te parece dime otra idea.

Al soltarlo esperaba a que dijera algo, pero él no me respondió y decidí marcharme, tenía que ir con Alaric y Tyler sólo me estaba quitando el tiempo. Así que caminé hacía la habitación de Alaric, decidida a olvidar todo y seguir adelante.

Cuando estaba a punto de subir las escaleras, escuché a Luke llamarme, así que volteé hacía donde estaba.

—¡Elena! —dijo agotado— Te busqué por todo lados, tengo una idea para que veas a Damon.

—¿De qué se trata? —pregunté entusiasmada.

—Mi abuela solía comunicarse con mi abuelo por medio de un hechizo y hablaba con él —comentó—. Sé el hechizo sólo será cuestión que quieras.

Pensaba que era una buena idea, así podría hablar con Damon y saber cómo estaba; pero después recordé que tenía una sita con Alaric y no podía dejarlo, pero quería hablar con Damon. Hablé con Alaric por teléfono y le dije que no podría ir con él, y fui con Luke.

Nos dirigimos hacía el cementerio, en la lápida de los Salvatore, ahí Luke comenzó a sacar unas cosas como velas, inciensos, unas ramas y la chaqueta de Damon.

—¿Estas seguro de que puedes? —pregunté con desconfianza.

—Claro que puedo Elena —respondió y después me miro—. Además te lo debo porque yo detuve el hechizo es lo mínimo que puedo hacer.

—¿Liv sabe de esto? —volví a cuestionar.

—No y sera bueno no contarle nada —respondió con una sonrisa—, no es muy amable cuando se enoja.

—Y yo que creía que ya estaba enojada —dije con sarcasmo.

Después de una sonrisa, Luke comenzó a canticar, no entendía nada de lo que decía. El hechizo estaba funcionando o algo están sucediendo porque las velas comenzaron a alborotarse y la puerta se había cerrado con fuerza.

Sólo pensaba en Damon y que lo vería otra vez, fue entonces cuando escuché una voz masculina que decía mi nombre. Volteé para comprobar que en verdad era él y que estaba ahí con nosotros.

—¡Damon! —dije y corrí a abrazarlo.

Estaba  feliz porque el hechizo había funcionado ahora tenía entre mis brazos a Damon, solo quería abrazarlo y nunca soltarlo, pero él fue quien me aparto.

—¿Qué te ha pasado? —cuestionó después de mirarme, me acaricio la mejilla con ternura— Mi Elena Gilbert.

—Damon yo...

—No digas nada —dijo interrumpiéndome—, es tiempo de que hablemos.

—¿Hablar de qué?

—De esto, del daño que te has hecho a ti y los otros...

—¡Alto! —dije—, ¿qué quieres decir con esto?

—¡Que sigas adelante!

—¡¿Qué?! —pregunté confundida.

—Te has hecho mucho daño y estas dañando a los otros —dijo señalando a Luke, quien ya estaba sangrando de la nariz—. Ya no lo hagas, vuelve a vivir, comienza de nuevo.

—¿No piensas volver? —cuestioné, no pude evitar que las lágrimas me invadieran —, no lo puedes ver. No ves que no puedo, te necesito en mi vida. Necesito a Bonnie.

—No hay manera, de que vuelva —comentó, me miraba con mucha ternura y sus palabras golpeaban mi cabeza, sentía como me destruía lentamente—. Se feliz.

—¡No Damon! —respondí aferrándome a él— ¡No me dejes!

«Sigue Adelante» fueron sus últimas palabras, después desapareció en frente de mi. Se había ido, otra vez. Él se había marchado frente a mis ojos, no sabía que hacer. Debía seguir adelante, sin él, sin ellos. No sabía que hacer.

Insidia: Luna Creciente |Parte II | The Vampire DiariesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora