❝Doce años después del nacimiento de los mellizos Uchiha, la nueva generación de ninjas en el mundo está surgiendo.
El futuro no será amable con la nueva generación, menos aún con los únicos descendientes del Clan Uchiha.❞
🏅#2 - boruto - 25/06/2020...
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Sasuke
Salí del Centro de Investigación, aquel hombre no dijo nada relevante que pudiera ayudarme a encontrar a los que buscan los Sharingan de Sarada y Nao. Sabía que algo así pasaría con el tiempo, Shin fue el primero, baje la guardia al pensar que no habría un segundo tan pronto.
Subí las escaleras de la Torre del Hokage, evitando a toda costa el ascensor. Paré frente a la oficina de mi esposa, abrí la puerta suavemente y ahí estaba ella, su cabello escarlata amarrado en un moño alto, sus ojos celestes mirando con atención unos papeles frente a ella y sus manos sosteniendo su cabeza con frustración.
— ¿Mucho trabajo? —pregunte cerrando la puerta detrás de mi, me apoye en ella con la mirada fija en los ojos de mi mujer.
— Oh, cariño, sigues aquí —sonrió— solo son los exámenes chūnin de este año.
— Te conozco, estás preocupada y no es por eso —hable, su sonrisa se desvaneció afirmando lo que dije— también lo estoy, solo contrataron al hombre para descifrar los sellados de Sarada y Nao.
— ¿Crees que debemos reforzarlos? —preguntó Nakumi.
— Yo lo haré antes de irme.
— Tienen un viaje en unos días —dijo ella— van a Kirigakure con la escuela.
La Aldea Oculta de la Niebla, lugar donde aún habían enemigos de la paz.
— No deben ir.
— Suerte en decirles —dirigió su mirada otra vez al papel.
Bufé, ¿por qué yo debía hacerlo?
Me acerqué a su escritorio, me apoyé frente a ella quitándole la hoja de la mano.
"Propuesta de trabajo en el consejo del Señor Feudal", leí.
— Esto no es de los exámenes chūnin —mire a Nakumi, ella me miró con un puchero.
— Lo siento —susurro— de igual forma no pienso aceptar.
Pero quería hacerlo.
— Amor, es una gran oportunidad —acaricie su cabello— deberías aceptar.
Se apresuró a negar.
— Viajaría de lunes a viernes y solo vería a los niños los fines de semana —hablo Nakumi, suspire.
Las cosas no debían ser así, mi esposa debería ser capaz de aceptar el trabajo que quisiese sin preocuparse de dejar solos a nuestros hijos porque yo podría ocuparme de ellos.
