ℙ𝕒𝕣𝕥𝕖 𝟚𝟜

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— Por favor —el pelinegro se puso de pie tratando de calmar el ambiente en el comedor— mi hijo está presente

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— Por favor —el pelinegro se puso de pie tratando de calmar el ambiente en el comedor— mi hijo está presente.

El suelo dejó de retumbar, el viejo Ryû cayó en la realidad, Taro y Hanae no eran sus hijos como para tratar de controlarlos, ambos eran adultos responsables y cabezas de su Clan, observó a sus bisnietos, Ozuru mantenía su expresión neutra pero su pequeña Akiko lo miraba horrorizada, no le importaba la presencia de los visitantes, solo la de su familia, elevó mucho su chakra que seguramente Nakumi también lo había notado y su hijo Nao.

No volvería a perder el control, no a menos que sea una situación de vida o muerte.

— Son los mellizos Uchiha —aviso Ozuru al sentir el chakra de los portadores del Sharingan afuera de su casa— esto se pondrá interesante.

Los gemelos dejaron de observar a su abuelo para dirigirse al pelinegro, lo conocían, por supuesto que lo conocían, al fin y al cabo habían crecido juntos pero no podían creerlo. Ellos vieron su cuerpo muerto, ellos asistieron a su funeral, ellos lloraron su partida, se trataba de su más viejo amigo, ¿qué clase de mala broma les estaba jugando el destino?

El mayor de ellos luchaba para no correr hacia él y golpearlo, golpearlo con todas sus fuerzas por no estar presente durante trece años y luego darle un abrazo para contarle lo mucho que le hizo falta, se veía tan irreal esa escena, ¿qué pasó en realidad? ¿por qué y quien hizo algo tan cruel como eso?

Solo se le ocurría una persona, la misma que lo obligó a ensuciar sus manos con la sangre de su padre.

— Abuelo, mamá nos envió para preguntar que sucede y detenerlos si están peleando —entro Nao Uchiha al comedor junto a su melliza. Ambos se detuvieron al notar la tensión del ambiente, se encontraron con todos los adultos de pie y, según parecía, en guardia.— creo que debemos llamar a mamá.

— ¡No! —exclamó Ozuru y el anciano Ryû al unísono.

— Oh, mira ellos son los de ayer —señaló el Uchiha.

— ¿Quienes son ustedes? —preguntó la pelinegra con cautela.

No pudo estar tranquila desde que su hermano confesó que desconocidos hayan ido a su casa y al parecer habían ido a buscarlos a ellos, después de estar lejos de su madre no confiaría en nadie.

A comparación de Nao, Sarada vinculó rápidamente el parentesco de aquel hombre que parecía ser el padre y esposo de niño y la mujer respectivamente, hace no mucho tiempo que estudió los Clanes más importantes de Konoha y de Uzushio, sus características y con solo ver a ese tipo deducía a que Clan pertenecía. Antes que pudiera decir algo, Ozuru cubrió su boca.

— Ya sabelotodo, será mejor que dejemos a los ancianos discutir ellos solos —dijo el pelirrojo menor, intento sostener a su primo del cuello de su camiseta pero este golpeó su mano con la punta de sus dedos inmovilizándolo— Maldito, ¿cuando aprendiste a hacer eso?

𝗢́𝗡𝗜𝗫 | 𝘌𝘴𝘤𝘢𝘳𝘭𝘢𝘵𝘢 #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora