𝗙𝗜𝗡𝗔𝗟

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──── Nao Uchiha  ────

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──── Nao Uchiha  ────

Los días pasaban, y aún no sé si sentirme triste o feliz, mamá estaba embarazada y papá dejó su misión en el exterior, él entrenaba con Sarada, después de sus clases con Haru-san, y también pasaba la mayor parte del tiempo con mamá, disfrutando del crecimiento de mi hermano no nato dentro de su vientre.

Raiden, dijo que se llamará.

— Bonito nombre —susurre mientras compraba flores.

Girasoles para ser exactos, Neji-san dijo que eran sus favoritas.

Por mientras yo me mantenía un poco alejado de ellos, de mi familia, estaba feliz que tengamos un nuevo hermano, también que ese niño no pasara por la ausencia de un padre como nosotros, disfrutaba el poco tiempo con mis padres y mi hermana pero sentía que no debía estar ahí.

Solté un largo suspiro, ¿qué estaba pasando conmigo?

Llegue al hospital, hoy se cumplían nueve meses exactos desde la tragedia. Entre a la quinta habitación del sexto piso de terapia intensiva, las máquinas sonaban y mi Hyūga favorita aún estaba conectada a ellas con un tubo en su garganta que llevaba oxígeno a sus pulmones, odiaba verla dependiendo de tantos aparatos.

No parecía ella, no sonreía.

— Nunca faltas —escuche la voz de su padre.

Negué, me acerqué a él y estreché mi mano con la suya, le entregué el ramo de flores para que cambiara las de la semana pasada.

— Son las últimas —susurre mirando los ojos perlas del Genio Hyūga. Deje de temerle hace meses.

— Veo que ya lo decidiste —asentí.

Pasaba mis sábados aquí hablando con el señor Hyūga, ya casi y aguantaba mi presencia, eran los únicos días que estaba libre después de entrar a ANBU. Le ofrecí la idea al Séptimo y no vio la forma de negarse, mamá se opuso, papá también pero al final era mi decisión, la única que me apoyaba era Sarada, sabía que necesitaba sentir que servía para algo y ambos pensábamos que eso me ayudaría pero después de seis meses, seguía sintiéndome un inútil, un inútil que no pudo evitar que la chica que le gustara quedara en un coma indefinido.

Hace poco decidí preguntarle sobre algo que tenía en mente, Neji-san solo se encogió en hombros y me dijo que no muriera hasta que ella despertara.

Así que no me permitiría morir, necesitaba hablar con ella una última vez, aunque sea.

Me quede un par de horas más con Kishi, rece para que despertara y bese su mano.

— Volveré por ti —susurre solo para ella antes de irme.

— No eres como tu padre —hablo Neji-san antes que cruzara la puerta, voltee hacia él— deberías leer mas sobre tu difunto tío, antes de irte.

𝗢́𝗡𝗜𝗫 | 𝘌𝘴𝘤𝘢𝘳𝘭𝘢𝘵𝘢 #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora