Médica Divina, Esposa Dominante.

CAPÍTULO 276-280

Capítulo 276: ¿Por qué el lobo es siempre el desafortunado? IV

"¡Bastardo!"

Feng Ruqing ardió con furia cuando vio que el lobo de nieve se derrumbaba. Su fría mirada se volvió hacia el hombre de mediana edad. "¡Maldita sea, Tigre, desgarra su cuerpo por mí de inmediato!"

Al principio, ella quería dejar sus restos intactos si él solo hubiera admitido sus fechorías.

En cuanto a perdonarlo... ¡eso sería imposible! No quería que el clan Fengyun la buscara antes de que estuviera lista.

Las consecuencias serían terribles si ella lo dejara regresar a su guarida.

¡Quién sabía que no solo no estaba arrepentido, sino que incluso había lastimado a su lobo de nuevo! ¿Realmente pensaba que ella no tenía mal genio?

Se merecía la muerte; ¡aquellos que se atrevieron a lastimar a su lobo merecían la muerte!

Después de dar su orden, no podía importarle menos el hombre e inmediatamente corrió hacia el lobo.

Esta vez, ella no sacó la fruta a base de hierbas. En cambio, fue la sopa espiritual medicinal que sobró del tigre de tres rayas.

El lobo rápidamente tragó la sopa. El dolor en su cuerpo disminuyó gradualmente, pero el dolor en su corazón aún era profundo.

¿Por qué... por qué siempre fue él quien se lastima?

Anteriormente fue cortado un par de veces mientras recogía flores para su maestra. ¡Ahora fue golpeado por una piedra cuando todo lo que quería hacer era abrazar a su dueña!

Hic...era tan hiriente, tan lamentable, que necesitaba ser acariciado, abrazado, e incluso columpiado como un bebé...

El lobo de nieve se sintió más herido al pensar más en ello. Frotó su cabeza contra el dorso de la palma de Feng Ruqing, sus ojos se llenaron de lágrimas. Fue desgarrador.

"Todo va a estar bien, te vengaré". Feng Ruqing acarició al lobo en su cabeza. "Estoy aquí, nadie volverá a lastimar a ninguno de vosotros".

Con 'vosotros' se referían al lobo de nieve y a los miembros del ejército de sangre de hierro.

Pero entonces, Tang Yin y Qian Ning se presentaron por su cuenta.

"Um..." Tang Yin miró hacia abajo a sus pies. Su rostro estaba rojo mientras miraba a Feng Ruqing por el rabillo del ojo. "Siento lo que pasó antes... no debería haber sido grosera contigo".

Feng Ruqing se sorprendió. Solo ahora se había dado cuenta de Tang Yin, que había estado al margen.

"¿Todavía estás aquí?"

Tang Yin se sintió aún más avergonzada. Entonces era cierto que Feng Ruqing la había echado a un lado para evitar que entrara en peligro. Incluso había intentado crear un medio de escape para ella deteniendo al hombre del clan Fengyun.

"Uhm... ¿aceptarás mis disculpas?" La voz de Tang Yin era suave como la de una mosca.

Si no fuera porque Feng Ruqing tenía buenos oídos, no habría podido escucharla.

Los engranajes en la mente de Feng Ruqing giraron por un tiempo. Ella frunció el ceño. "Siempre me estás invadiendo, y eso me preocupa. Pero no hiciste mucho, así que no hay necesidad de disculparse."

Aparte de escalar el muro, Tang Yin realmente no hizo nada.

Tang Yin se mordió el labio, su pequeña cara se puso aún más roja. "Ya no subiré por encima del muro. ¿Me dejarás quedarme en la mansión? ¡Puedo ser tu sirvienta! Haré lo que sea."