Médica Divina, Esposa Dominante.

CAPÍTULO 170

Capítulo 170: El viejo maestro de la familia Liu IV

Los ojos de Feng Ruqing se entrecerraron. En aquel entonces, cuando Liu Yunxiao desapareció de la ciudad de repente, Feng Ruqing recurrió al emperador para buscar a Liu Yunxiao. Ahora, resultó que la familia Liu sabía lo que realmente le había sucedido a Liu Yunxiao, pero fingió no tener idea de su paradero para poder cultivarse en secreto para mejorar su fuerza.

Lo más importante, el maestro detrás de esto era realmente algo, ya que era capaz de mantener a Liu Yunxiao fuera de la vista de todos los maestros en el Reino de Liu Yun.

Quizás, esto tuvo algo que ver con la muerte de la emperatriz Nalan.

"Mis bestias espirituales nunca lastimarán a nadie sin una razón. Ambos deben haber hecho algo que enfureció a mis bestias espirituales."

"¿Qué te han hecho?" Feng Ruqing se volvió para mirar al oso de la tierra.

El oso terrestre apuntó con su garra a Liu Yu mientras rugía, las lágrimas casi caen de sus ojos como si hubiera sufrido mucho dolor.

" ¿Qué dijo el Brary? No lo entiendo". Feng Ruqing fue sorprendida atónita y se volvió para mirar al lobo de nieve.

Beary era el nombre que Feng Ruqing le había asignado al oso de la tierra. Por lo tanto, el oso de la tierra era la única bestia espiritual con un nombre.

(Sky: lo dejaré como Beary, tal cual está en inglés )

¡Aullido! ¡Aullido!

El lobo de nieve apuntó con su garra a Liu Yu como si le contara a Feng Ruqing sobre las maldades de Liu Yu. Sin embargo, Feng Ruqing todavía no pudo atrapar al lobo de nieve.

Afortunadamente, Liu Yu lo enderezó rápidamente.

"¡Esa es mi bestia espiritual! La prima Rushuang me lo dio. ¿Quién crees que eres para quitármelo? ¡Tu diabla! ¡Bastarda!"

Al ver que Feng Ruqing quería quitarle el lobo de nieve, Liu Yu ignoró sus orejas que aún sangraban y miró furiosamente a Feng Ruqing mientras pisoteaba con rabia.

Feng Rushuang entró en un gran pánico. Originalmente, ella había inducido a Liu Yu a acercarse a las bestias espirituales, ya que quería darle una lección a Liu Yu. Resultó que Liu Yu le había cavado una tumba. Sin embargo, Feng Rushuang rápidamente se sintió aliviada después de mirar a Liu Yunxiao.

El abuelo de Feng Rushuang, Liu Yunxiao, había regresado con un poder tan poderoso. Naturalmente, Feng Ruqing ya no podía intimidarla.

Sin embargo, al ver que Liu Yunxiao había dejado de avanzar, Feng Rushuang lo entendió rápidamente.

El emperador amaba a Feng Ruqing más que a sí mismo. Si algo le sucediera a Feng Ruqing, el emperador nunca dejaría que Liu Yunxiao se fuera tan fácilmente.

Como solo había dos personas que habían alcanzado el nivel de Guerrero Espiritual en el Reino de Liu Yun: Liu Yunxiao y el emperador, si una batalla comenzaba entre los dos Guerreros Espirituales, el emperador podría no ser capaz de derrotar a Liu Yunxiao.

La batalla entre los dos solo causaría destrucción a ambos lados ya que el emperador lucharía hasta la muerte y perecería junto con Liu Yunxiao.

Liu Yunxiao se había esforzado extremadamente para alcanzar su fuerza actual y su punto de apoyo. Naturalmente, no se arriesgaría tanto. Además, solo necesitaba un poco más de tiempo para alcanzar al emperador. No fue una sabia decisión hacer tal movimiento.

Por lo tanto, Liu Yunxiao no se atrevió a poner sus manos sobre Feng Ruqing.

"¿Desde cuándo mi lobo de nieve pertenecía a Feng Rushuang?" Feng Ruqing entrecerró los ojos hacia Feng Rushuang con frialdad.

" Su Alteza, Shuang'er dijo que el lobo de nieve era su bestia espiritual, pero la había obligado a dárselo. Realmente eres una maestra en tomar las pertenencias de otra persona". Mei Ying se sintió muy aliviada al ver que Liu Yunxiao había regresado a la ciudad. Forzó una sonrisa mientras hablaba.

Mei Ying nunca habría hablado así con Feng Ruqing antes de esto. Ahora que tenía un fuerte respaldo, ya no tenía miedo de Feng Ruqing.

Había un cuello de botella, que era casi imposible de atravesar, para alcanzar cada nivel a lo largo del viaje de cultivo. A pesar de que el emperador poseía cientos y miles de tropas, eran simplemente pan comido a los ojos de los Guerreros Espirituales.

"¿Cuando dije eso? No recuerdo haber dicho eso antes".

Al escuchar esto, Feng Rushuang quedó sin palabras.

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