Médica Divina, Esposa Dominante.

CAPÍTULO 2

Capítulo 2: La princesa abandonada II

Al ser abandonada por la persona que más amaba, el corazón de la princesa se rompió y no pudo superar esa humillación. Se golpeó la cabeza contra la pared y murió.

'Feng Ruqing, eres una tonta. Como él no te ama, ¿por qué lo alejaste de su ser querido? Lo que se siembra se recoge. Naturalmente, tienes que pagar por lo que hiciste.' Feng Ruqing suspiró mientras examinaba los destellos de imágenes almacenadas en sus recuerdos.

Las personas que más odiaba Feng Ruqing eran las que se burlaban de cualquiera que se interpusiera en su camino. Sin embargo, poco sabía ella que realmente se había convertido en una de ellas. Fue una coincidencia que ella y la princesa compartieran el mismo nombre. Por lo tanto, podría evitar la molestia de cambiar su nombre.

Actualmente, lo que más le preocupaba era su cuerpo que estaba actualmente en Hua Xia. Desde que su alma entró en Cang Yue Mainland, debe haber perdido la vida en Hua Xia.

Deben ser noticias desgarradoras para mi hermano. ¿Puede superar esto?

Feng Ruqing se mordió el labio y no pronunció una palabra. Su corazón estaba lleno de dolor.

Su hermano era su único pariente en Hua Xia. Después de que su madrastra envenenó su voz, su hermano la llevó lejos de su casa con decisión y trabajó muy duro para darle una buena vida.

Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos. Finalmente lo había hecho. Sin embargo, la salud de Feng Ruqing había estado disminuyendo día tras día. Al final, Feng Ruqing fue ingresada en el hogar de ancianos y no sobrevivió al juicio.

'Había estado viviendo mi vida sin rumbo en aquel entonces. Quizás, incluso Dios ya no podía tolerarme y ahora me ha dado la oportunidad de comenzar de nuevo. Hay un dicho que dice que un perro vivo es mejor que un león muerto. Sin embargo, todavía no sé cómo es esta princesa.'

Por suerte, había un espejo de bronce en la habitación. Ella extendió la mano y la tomó. Mirando a la persona en el espejo, sus manos temblaron en estado de shock. El espejo se deslizó por sus manos y cayó sobre su cuerpo.

¿Quién es esta mujer gorda? ¿Dónde está mi hermoso cuerpo?

Feng Ruqing finalmente se dio cuenta de por qué Liu Yuchen la dejó. La princesa no solo era extremadamente arrogante y dominante, sino que en realidad era una bola de mantequilla.

Su única cualidad redentora era su piel clara. Sin embargo, era cierto que si bien una tez clara es lo suficientemente poderosa como para ocultar todas las demás imperfecciones, una grasa también lo arruina todo.

"Qing'er".

Cuando Feng Ruqing todavía estaba reflexionando sobre su plan de pérdida de peso, sonó una voz emocionada.

Feng Ruqing giró la cabeza solo para ver a un hombre con túnica imperial amarilla entrando a la habitación.

El hombre tenía una cara afilada y delgada con rasgos faciales definidos. Sus delicados ojos eran gentiles como el agua. Su impresionante rostro era como un cálido rayo de sol que atravesaba el corazón de Feng Ruqing directamente.

"Qing'er, gracias a Dios que estás despierto. De lo contrario, molestaría a tu difunta madre si te pasara algo." El hombre de túnica imperial amarilla sostenía las manos de Feng Ruqing con fuerza mientras su voz temblaba.

'¿Este hombre es el Emperador, Feng Tianyu?' Feng Ruqing inclinó la cabeza mientras miraba al hombre.

Este hombre sería un emperador sabio, si no fuera por la existencia de esta malcriada princesa. Sin embargo, siempre se había puesto del lado de la princesa, ignorando si el problema era correcto o incorrecto.

"Su Majestad, le dije que Qing'er estaría sana y salva". Una dulce voz sonó.

Al escuchar esto, Feng Ruqing miró a la mujer parada junto a Feng Tianyu con una sonrisa brillante en su rostro.

La mujer llevaba un vestido de gasa violeta con una horquilla de jade en el pelo, que exudaba extrema elegancia pero modestia.

"Qing'er, no seas tan imprudente la próxima vez. He ordenado a los sirvientes que cocinen tu plato favorito: los nudillos de cerdo. Se servirá en breve."