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Sehun sabía que solo era cuestión de tiempo para que las cosas progresaran.

Temblando con disgusto, sintió que las manos que mantenian sus caderas se apretaron con fuerza mientras los cálidos labios rozaban su cuello. Sin embargo, no protestó sabiendo bien que había hecho un trato con el hombre. Sehun no era el humano perfecto, pero si había algo en él, era que nunca se retractaba cuando hacía una promesa. Es más, recordando para quién era esto, inclinó su cabeza hacia un lado y le permitió más acceso a Chanyeol. Entonces, un leve zumbido escapó del hombre, quien pareció apreciar la pequeña acción de sumisión.

Sehun sintió dientes pellizcando ligeramente su cuello y cerró sus ojos con fuerza, su corazón latía salvaje en su pecho y sus manos estaban húmedas mientras agarraban los hombros de Chanyeol. Estaba tratando de mantenerse firme, queriendo dejar que todo sucediera de una buena vez. ¿Cuál era el punto de luchar cuando eso solo le traería más dolor del necesario?

Sehun sabía que parecía que se había rendido, que estaba débil y se rompía fácilmente, pero esto era lo mejor que podía hacer. Esta era su única forma de sacar algo de todo esto, en lugar de solo ser asesinado. Por supuesto, pensó que todavía iba a morir al final, pero al menos el dinero se enviaría y él no le habría fallado por completo.

-Continúa,- resopló Chanyeol contra su garganta, bajo y un poco sin aliento. -haz esos pequeños y lindos ruidos que me gustan.

Apretando su agarre sobre los hombros del hombre, Sehun respiró temblorosamente. Sus ojos mirando hacia el techo sin comprender. Se preguntó preocupado si podría hacer los ruidos correctos considerando que nunca los hizo a propósito. Tragando saliva, dejó escapar un zumbido esperando que fuera suficiente para complacer al otro hombre. Chanyeol gruñó en respuesta, mordiendo con dureza su suave piel, provocando un quejido totalmente honesto por parte de Sehun.

-Mmm sí, buen chico.- Chanyeol lo elogió entonces y Sehun pudo sentir la sonrisa de Chanyeol contra su cuello.

Quería alejarse de las cálidas exhalaciones y las húmedas presiones de labios contra su carne, mezcladas con el desagradable mordisco incesante que Chanyeol le proporcionaba. Sehun podía sentir la piel de gallina que lo cubría, pequeños escalofríos que lo recorrían entero. Deseaba poder morirse. Ninguna cantidad de escape mental podría salvarlo de esto.

Grandes manos se sumergieron en su trasero, tanteando sus nalgas de manera breve antes de volver a subir y esconderse debajo de su camisa. Sehun se arqueó contra el toque, la inesperada sensación de dedos raspando la parte inferior de su sensible espalda lo hizo temblar. Estaba disgustado por los toqueteos, se recordó a sí mismo cuando Chanyeol presionó un beso sorprendentemente suave en la cueva de su cuello.

-Eres tan jodidamente hermoso.- Chanyeol casi gimió, sin dejar de presionar besos descuidados desde el cuello de Sehun hasta su mandíbula, cada vez se acercaba más a la esquina de sus labios.

Sehun no pudo evitar sollozar un poco, sus cejas se fruncieron por el cumplido cuando sintió que su estómago se retorcía. Se recordó lo terrible que era ese hombre y que era un total psicópata.

En el fondo de su mente, no pudo evitar comparar este momento con cuando estaba acorralado en el callejón, aquella noche después del trabajo. Esa vez, esos hombres no habían hecho más que insultarlo. Sehun no pudo evitar pensar que esto que estaba viviendo ahora, era casi preferible, pero rápidamente apartó ese pensamiento y se regañó por pensar en esa locura. Estaba tratando de darle puntos a un psicópata por haberlo felicitado. Por dios, ¿qué tan privado de elogios pudo haber estado en su vida para llegar a pensar de esta manera?

Entonces se dio cuenta de que, tal vez, no estaba tan cuerdo como había pensado que estaba originalmente.

Apenas notó las lágrimas que brotaban de sus ojos, demasiado concentrado en la lengua que se deslizaba contra su manzana de Adán. Gimió ante la sensación de ser mordido, su nariz se arrugó y las lágrimas finalmente se derramaron. Su respiración sonaba más trabajosa, incluso para sus propios oídos, t sus uñas de clavaron duramente en los hombros de Chanyeol. Sin embargo, a éste no pareció importarle, ni siquiera se estremeció cuando los dedos presionaron accidentalmente su herida.

Drive || ChanHunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora