En el mundo de los Lycans, las mujeres son denigradas por ser débiles, al nacer por solo tener el gen lobo, y una loba interior sin poder transformarse.
Desde hace miles de siglos, los hombres las rebajan, y protegían de todo lo que podían usando su...
Ya había pasado exactamente una semana del incidente del centro comercial.
Y para mi mala suerte tuve que soltar la sopa sobre mi origen, empezando por la leyenda de los Lycans y finalizando con mi transformación.
Todo marchaba bien y tranquilo, aunque tenía el presentimiento de que no seria por mucho.
Hoy era mi primer día de trabajo, como secretaria principal del departamento de contaduria de una empresa, -Como antes habia mencionado-.
Entusiasmada, me levanté de mi cama y revise el reloj de mi mesa de noche el cual marcaba las siete en punto.
No estaba corta de tiempo, peor tampoco podía abusar ya que tenía que estar en la empresa a las ocho.
Luego de bañarme, me vestí con esto.
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salí de mi departamento y me monté en mi jeep en camino a mi nuevo trabajo.
Estaba tan emocionada...
No fueron más de veinte minutos de camino...
Al llegar, pase por recepcion en el cual me dieron algún tipo de pase. Y me indicaron que tomará el ascensor para llegar al piso quince.
Haciendo caso a la instruccion, subí por el ascensor, hasta llegar al piso correspondiente.
Comenze a caminar justo como me indicaron hasta que llegue a la puerta de mi nuevo jefe.
A un costado de la inmensa puerta, había una señora de no más de cincuenta años, la cual al verme sonrió amablemente, diciéndome que podía podía. Sonreí y obedeci.
Toque la puerta un par de veces y una voz varonil, me dio el permiso de pasar. Un poco cohibida lo hice, encontrándome con un imponente hombre de metro ochenta a lo mínimo sentado en tras un escritorio.
Era guapo, a decir verdad, alto, fornido, castaño y poseia unos ojos claros hermosisisimos al igual que su sonrisa.
- Buenas tardes, Señor Hoffman, soy Kesha Deluxo. Su nueva secretaria. Sonreí cortes.
- Buenas tardes, Señorita Deluxo.- Sonrió haciendo que mis piernas temblaran ligeramente.
Aclare mi garganta nerviosa y me le quedé mirando fijamente.
<<Soy el gerente de contaduria, y como ya sabe, usted será mi nueva asistente o como usted desee llamarle. La primera regla... Tuteame. Mi nombre es Griffin- Sonrió.
Reí por lo bajo y volví a contemplar a semejante hombre con la mirada...
<<¡Bien!... Primero lo primero, nesecito que revises y acomode mi agenda. Luego... debes entregar unos papeles a recursos humanos y al Jefe... Eso sería todo por hoy, pero no te ilusiones...- Sonrió tiernamente.- No te dejo nada pesado para que te vallas acostumbrando.- Dijo para luego volver a tomar asiento en su silla.
