En el mundo de los Lycans, las mujeres son denigradas por ser débiles, al nacer por solo tener el gen lobo, y una loba interior sin poder transformarse.
Desde hace miles de siglos, los hombres las rebajan, y protegían de todo lo que podían usando su...
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Sus besos descendieron por mi cuello, sus manos recorrían mi abdomen con desespero, jalaba su cabello con desesperación. Tenía que admitir lo ansiosa que estaba.
Me tomo de las mejillas con una mano y las apretó ligeramente. Nos quedamos mirando por unos segundos con nuestra respiraciones erraticas. Mi corazón iba a mil por segundo y nuestros jadeos se iban intensificando a la vez que la tensión sexual en el aire.
Adam se encontraba sobre mi, apropiándose de mi espacio personal con su cuerpo, algo que la verdad no me molestaba para nada compartir con el.
Desconectados miradas... Y por un segundo sentí un vacio, que Adam inmediatamente comenzó a llenar con besos apasionados por todo mi cuerpo semidesnudo.
No sabía, de donde Adam había sacado todo esto... Quiero Decir, todo lo que me hacia. Según me había dicho era puro como yo... Le creía, pero parecía actor porno.
Sus besos descendieron de mis pechos, aún cubiertos con la tela de mi corpiño, por lo que sabía que esto se nos había ido de las manos y habíamos llegado más lejos de lo que queríamos.
- Adam.- Susurre entrecortada.
Adam no se separo, en vez. Sabiendo lo que quería decir, o más bien hacer. Se detuvo de inmediato y se recosto en mi pecho cerrando los ojos.
- Lo siento.- Se disculpó.- Se que quieres que seas especial. Lo haré, lo prometo.- Medio sonrió. Su voz ronca me erizo la piel, pero a la vez sus palabras causaron un miedo en la boca de mi estomago.
- No quiero que sea así...- Frunci los labios mientras acariciaba su cabello azabache.
- Lo sé.- Suspiro frustrado para luego levantarse y caminar hacia el baño.
- ¿Qué vas a hacer?.- Pregunte mientras tapaba mi cuerpo con el edredón de mi costado.
- A bajarme la calentura, cariño.- Me guiño un ojo y se encerró en el baño.
Me limite a reír con mis mejillas más sonrosadas de lo normal. . . . . . . . . . . .
