MATÍAS.

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Era un desastre muy bonito, de eso no cabía la menor duda,y a medida que el tiempo pasaba, yo sentía más atracción por el chico nuevo. Había algo en él que jamás me había llamado la atención en otras personas.  Hasta hace algunos días, lo único que sabía, es que su nombre era Matías, y eso, porque algunos de los profesores lo destacaban en clase. Es muy pilo, eso no se niega, así como también, a veces lo pillo mirándome. Sin embargo, no habíamos vuelto a cruzar palabra, y siempre estaba acompañado por las dos chicas de antes, podía ser, que incluso una de ellas fuese su novia. De todos modos, - eso no debe interesarte. - me reñí a mi misma aquella vez. Un día llegando a clase, estaba fuera del salón, recostado sobre la pared con las manos en los bolsillo, mientras charlaba con un compañero, vestía un pantalón beige, una camisa rosa y saco negro, estaba increíblemente guapo. No pude evitar saludarlo con beso en la mejilla, cuando lo hice, noté cómo sus rizos estaban húmedos, su rostro suave, como si hubiese acabado de afeitarse, y olía a jabón, colonia y crema para peinar. Me estaba comportando como una adolescente, pero me estaba siendo imposible ignorarlo, y eso sí me preocupaba.

Todo empeoró el día en que llegué tarde a clase,-la alarma no había sonado-, y cuando entré, estaba exponiendo. Los únicos asientos desocupados, eran los del frente, así que me abrí paso entre todos y me senté. Me miró y me sonrió, no pude evitar sonrojarme. Jugamos a lanzarnos miradas y pequeñas sonrisas, y me encantó.

Esa noche, estaba sentada en mi pequeña hamaca, miraba a Molly jugar en la huerta cuando mi teléfono sonó "Buenas noches. Soy Matías. Quería preguntar del trabajo de...". Sentí que el corazón me latía en los oídos, y las manos me temblaron un momento, la sorpresa dio paso a la emoción, y sonreí. Sabía que era él.
Respondí, "Buena noche. Si, claro. ¿En qué le puedo colaborar?". Finalmente, el primer mensaje era una excusa para escribirme, lo que no me desagradó, conversamos mucho y muy poco a la vez, se sentía bien hablar con él, y para cuando nos despedimos, era media noche. Molly estaba dormida a mis pies, yo solo me recosté, me sentía... ¿Ilusionada?. No lo sabía.

INICIO FLASHBACK

-¡¿POR QUÉ NO?! ¡¿POR QUÉ NO PUDISTE SOLO DECIRLO?!
-Le, lo siento... Es solo que, no te quería...
-¿Lastimar?- Termino por él -¿Entonces esto qué es?, porque se siente igual.-No dice nada-De todas maneras, gracias. -Digo dando un portazo.

-Te dije que no te convenía. Tu papá y yo lo habíamos mirado con otra chica
-¿Cómo? - preguntó sorprendida
-Lo miramos hace un par de semanas, no te lo dije porque pensé que creerías que era una mentira...Tu siempre pensaste que todo lo que te decía era una excusa para separarte de él
-Ya basta mamá-digo-Las explicaciones ya no son necesarias, en este momento ya no.
-Hija, debes tener en cuenta que por él nuestra relación se dañó...
-No-digo tajante-Por tu culpa esto se dañó. Por tu culpa, papá y tu están como están. Por ustedes no he podido hacer muchas cosas. No culpes a otros de sus errores.- Termino dejándola sola.
Lloré muchísimo, arrepentida por dejarme deslumbrar con unas palabras bonitas, por no mirar las cosas como eran. Dejé de creer en eso del "Juntos por siempre", y aun peor, mi desconfianza aumentó en un 100%. 

Realicé un viaje poco tiempo después, una búsqueda de mí tras el engaño no solo de él, sino también de mis padres. Durante esa semana, aprendí que el enojo que sentía, no afectaba a nadie más que a mí y a mi relación con el mundo, entendí que las personas tomaban decisiones, como disfrazar la mentira con verdad, el deseo con la pasión, que entregar tu virginidad no significaba que el hombre a quien se la dieras, terminaría siendo el amor de tu vida, y lo mejor, que solo yo podía reconstruir el amor propio que para entonces me faltaba. 

Sin embargo, una cosa era entenderlo, y otra muy diferente, aplicarlo. 

FIN FLASHBACK

Dormí feliz por esa llamada, a pesar de que sabía que debía andarme con cuidado, sentía en el estómago un montón de mariposas volando, y estaba más emocionada que nunca cuando me desperté. Me alise el cabello, me maquillé con tonos rosa, y me coloqué un vestido a juego con unas pequeñas botas de color azul. La emoción no duró mucho, cuando llegué a la U, él no estaba, y para cuando se sentó, ni siquiera me miró. Intenté pasarlo por alto, aún así, cuando la clase terminó, salí lo más pronto posible de ahí.

-
Hola.
Y adiós.

THIS IS MY LIFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora