CAPITULO 20.-
" Eres igual a tu madre. Inservible"
Domingo
10:30 am
Miro hacía el otro lado de la cama y encuentro una nota:
Emergencia Laboral. Tuve que correr y no quise despertarte.
Debemos conversar pequeña detective,
Te adoro y siempre estaré para ti,
Alex.
Luego de haber tocado fondo tres veces, con tres ataques de pánico, puedo darme cuenta con claridad que mi situación va empeorando, que mis acciones auto lesivas van agravándose con el pasar de los días.
¡Debo ser más fuerte que mi madre!
Tomo el celular sobre mi velador y la notificación de anoche sigue muy presente en la pantalla. Aun teniendo en el cuerpo la sensación de valentía, abro el mensaje y lo dejo en visto.
(...)
-Emma, ¿Quieres desayunar conmigo? –pregunta mi madrastra al verme bajar las escaleras de camino al comedor donde usualmente desayuno sola. La miro confundida y ella toma mi gesto como aceptación a su propuesta.
La sigo y se sienta en la cabecera de la mesa. Las personas a cargo del servicio de cocina entran a la habitación con varios platos diferentes. Generalmente desayuno cereales con un té de Manzanilla, pero seguramente, al estar Astra, el servicio ha decidido presentar el desayuno completo.
-¿Cómo has estado? –pregunta tomando de su café bien cargado y recién servido.
-Bien.
-¿La Universidad? – Vuelve a intentar.
-Bien.
Noto que me observa con el ceño fruncido, y por alguna razón, la incomoda situación me recuerda a mi madre.
Nunca tuve un desayuno normal con ella, preguntando sobre mis clases, sobre mi vida, sobre amores o amistades. Los momentos que compartimos fueron en su mayoría en su habitación, varios con la luz apagada en pleno día tratando de obtener tan solo una sonrisa en su demacrado rostro.
No fue sorpresa que luego de su muerte, mi padre no haya demorado en conseguir nueva esposa. Él debía mantener, a toda costa, la imagen de una familia bien constituida, y un padre viudo, no era una de ellas. Los medios de comunicación intentaron obtener información de qué ocurrió con mi madre, pero todo fue encubierto con un repentino infarto. Luego de eso, Astra llegó a nuestras vidas como un salvavidas inflado a presión para mantener las apariencias.
La observo un momento. Tampoco se ve feliz y creo que está haciendo un esfuerzo por comunicarse conmigo.
- ¿Cómo has estado tú? – le pregunto tratando de corresponder aquel esfuerzo. No tenemos una mala relación. Simplemente no hay relación.
-Bien –dice con una sonrisa incomoda.
Nos observamos y comenzamos a reírnos de la situación, y por primera vez, desde hace tiempo, un momento agradable se forma entre ambas.
-Noté que Alex se ha quedado a dormir.
-Sí, fuimos anoche a un evento y luego hemos venido aquí. – no quiero entrar en detalles, y al parecer, ella lo entiende. Pasan un par de minutos en un agradable silencio mientras ambas tomamos de nuestros respectivos desayunos, hasta que la voz de mi padre logra destruir el momento.
-Emma. Ven a mi despacho. -pide al entrar al salón y luego retirarse sin mirar hacía nosotras. Mi cuerpo se congela con la orden y la expresión de Astra cambia al instante.
Lo sigo a su oficina, observo a mi alrededor para apartar su mirada.
-¿Tienes algo que decirme? – Explica con asombrosa calma. Lo he visto en frente de cientos de periodistas haciéndole preguntas con esa misma calma que tiene ahora, es una calma que me hiela por dentro.
Yo niego con la cabeza asustada. Mí padre levanta del escritorio la portada de la revista en que salgo y luego impresiones de varias fotos mías y de Lena en la Universidad. Por suerte, no está la foto que Fiona tomó. ¿Qué habrá hecho Lena para impedirlo?
No quiero pensar en eso.
-Emma, ¡No volveré a preguntarte lo mismo! –dice enojado.
¿Cómo decirle a mi padre, un conservador político homofóbico, que tengo sentimientos por una mujer? Y no cualquier mujer, la hija de Lex Valachi, la modelo, la empresaria y su socia. ¿Cómo decirle en voz alta que casi la he besado? ¡Dos veces! Me he dejado llevar. En todo sentido. No me he detenido a pensar en las consecuencias. En las repercusiones. Es claro que él ya lo sabe.
Él ya lo sabe
¡Mierda!
Seguro ya te odia, te desprecia.
¡No!
No querrá nunca más verte.
¡Para!
Todos los pensamientos van bombardeando mi mente, infinitas posibilidades, pero todas con el mismo resultado: Perder a mi familia.
Es difícil concentrarse con la contradicción de sentimientos. A un nivel racional, lo mejor que puede suceder, es que él mismo abra las puertas para que yo pueda salir de esta casa, pero a un nivel emocional, que no logro entender, la sola idea de perder al último miembro de mi familia que aun me ata a mi madre, me congela por dentro. Aun si ese último miembro es mi padre.
-Estoy escuchando – le respondo en apenas un susurro. Él camina por la habitación, me mira a ratos y luego a las fotos.
-¡¿Te has detenido un puto segundo a pensar lo que pueden pensar mis votantes?! -grita enfurecida. -¡Estoy a poco de iniciar mi candidatura y sales con esta mierda! -se acerca, toma mi rostro entre sus manos, sus dedos apretando con fuerza mi mentón. -¿Has hablado con alguien sobre mis negocios con Lena? -pregunta con la mirada fría. Yo niego con la cabeza, sin ser capaz de reaccionar con palabras. -¡No mientas Emma! -Aprieta con mas fuerza.
-¡No! ¡Juro que no! -digo con la voz rota.
-Te pedí que te mantuvieras alejada, no que el maldito mundo te viera con ella. ¡¿No puedes hacer nada bien?! -siento mis ojos arder, mi garganta apretarse. -¡Una cosa te pido y no eres capaz de hacerlo! -trato de soltarme de su agarre, de esconderme, de huir de sus palabras, pero él me lo impide. -Eres igual a tu madre...Inservible. -Y por fin me suelta, alejándose hacía su escritorio. Mis rodillas están a punto de ceder al peso de mi cuerpo. A gritos escucho retumbar una y otra vez sus palabras en mi mente. -¡Vete! -grita enfurecido. Mis pies no se mueven, nada se mueve. -¡He dicho que salgas Emma! -Vuelve a gritar, y por instinto, logro salir entre temblores del estudio y caminar hacía mi habitación. Alejarme. Huir. Correr.
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TRAS LAS HUELLAS DE SU NOMBRE - (Girl x Girl)
Ficción General[Disponible en Amazon] Contenido Adulto [+18] Representaciones gráficas de violencia, uso de sustancias y autolesiones. En "Las Huellas de su nombre", te sumergirás en una intrigante trama donde Emma Farrell, una estudiante de psicología de 20 años...