"Vamos"
Domingo
18:00 pm
Al cruzar el portón principal de la propiedad de mi casa, empiezo a sentir una deliciosa expectación de lo que sé sentiré, lo que cada fibra de mi cuerpo ruega.
¡Moverme!
¡Sentir!
Me alejo un poco, e inicio con un trote lento, acostumbrando mi respiración al frio de la tarde.
Coloco mis audífonos, el bajo suena, los agudos, la música, el ritmo apresurado logrando por fin despejar mi mente... Casi.
Pasan varios minutos, varias canciones, hasta que llega "In the End" de Linkin Park avisando a mi cuerpo que es tiempo de sincronizar el apresurado compas de la letra con un ritmo de trote mas rápido, mas intenso.
¡Más!
Doy dos golpecitos en mi AirPod derecho y la música vuelve a cambiar. Ajusto la velocidad para sentir un pequeño esfuerzo en mis piernas, en mis rodillas, en mi respiración.
¡Más!
Sin necesidad de volver a cambiar la canción, acelero hasta llegar a un ritmo que logre por fin quemar mis pulmones. Es un ritmo que poco utilizo, pero sé que ahora necesito para olvidar, olvidar sus palabras, olvidar su desprecio, borrar las emociones, los estragos que por su culpa ahora debo corregir.
¡Olvídate de él! –Grita la voz en mi interior.
Y como una marioneta respondo a la orden aumentando la velocidad.
¡Corre!
¡Más!
Cuando siento que estoy llegando al límite, me detengo. Quedo estática sobre el pavimento, y de inmediato, siento las consecuencias del abrupto cambio. Toda mi concentración, toda mi atención, se enfocan únicamente en gozar los temblores en mis rodillas, en mis manos, en el ardor de mi garganta, en mis pulmones. Gozo hasta el último vestigio de energía. Y durante aquellos escasos segundos, logro olvidar, logro borrar la voz de mi padre.
Mientras pueda correr lejos de mis problemas, puedo sentirlos sin ahogarme. Aun si tenga que hacerlo cada día para mantenerme cuerda.
¡Necesito saber qué está sucediendo!
Y hay solo una forma de hacerlo...
(...)
Domingo
19:00 pm
Habitación de Emma.
Una parte de mi sabe lo que debo hacer, pero aun sabiéndolo, no lo he querido admitir, pues la fuente de esa información, es la persona que más miedo me da de enfrentar.
¡Debo ser fuerte!
Siento que el impulso por dañar mi cuerpo va creciendo en mi interior, pero controlo la compulsión.
¡No mas!
De forma rápida, y aun aprovechando el golpe de energía por el trote, camino hacía mi velador donde tengo mi iPhone cargando. Lo desconecto y abro el chat con Lena.
¡Necesitas respuestas!
La pantalla muestra la última conversación con el texto enviado por Lena sin responder.
Escribo un mensaje encarándola, haciendo mil preguntas, lo leo y lo borro al instante.
¡No!
Dejo el celular sobre la cama y camino al escritorio para luego regresar a la cama a tomar nuevamente el celular y abrir el chat.
Emma Farrell: ¿Podemos hablar?
¡Mierda! ¡Le he escrito!
Suelto el celular como si quemara. Mi corazón late de forma rápida. Una extraña sensación empieza a formarse en mi estómago. Sé que debo odiarla luego de todo lo ocurrido, pero aun así, no puedo evitar sentir otras emociones además de odio, y una de ellas, es la curiosidad por saber qué está ocurriendo.
Pasan un par de minutos donde solo miro el celular, esperando que haga algo, obtener alguna respuesta de Lena. Nada.
El sentimiento de rechazo se forma nuevamente.
¡No!
Camino hacía el baño y enciendo la regadera, debato en si colocarla o no fría.
¡Sé más fuerte que mamá!
Cambio el agua a una temperatura moderada y me desnudo. Al sentir las gotas sobre mi cuerpo, disfruto del triunfo sobre mis demonios, quito el sudor de mi cuerpo, quito el desprecio de mi padre, sus palabras.
Luego de la ducha, me visto y enfrento lo inevitable. Camino hacía el celular excluido sobre la cama y noto que Lena ha respondido.
Lena Valachi: ¿Estas en tu casa?
No medito mucho la respuesta y le contesto al notar que aun se encuentra conectada.
Emma Farrell: Sí, lo estoy.
No pasa un minuto, cuando doy cuenta que Lena está escribiendo una respuesta.
Lena valachi: Paso por ti en 30 minutos.
Los segundos pasan, la pantalla se apaga y la realidad gana terreno.
¿Viene hacía acá? ¿Ahora? Vuelvo a prender la pantalla para releer el mensaje.
¡Necesitas averiguar qué esta sucediendo!
Pero... ¿A qué costo emocional?
(...)
Me observo en el espejo, arreglo un poco mi cabello y me siento complacida, en parte, por la imagen que regresa.
No debería estar preocupada de estas cosas. Después de todo, solo vamos a conversar de lo sucedido, averiguar qué esta sucediendo con ella, mi padre y mi tío.
¿Cómo ha logrado involucrar a todos a mi alrededor?
Mi celular vibra con un nuevo mensaje de Lena.
Lena Valachi: Estoy en el portón.
Empujo la sensación, tomo el celular y lo guardo en la chaqueta, busco las llaves y de forma silenciosa, salgo de la casa
Ya en el exterior, noto que Lena está del otro lado del portón apoyada en una Moto BMW. Está vestida de negro con un conjunto apretado a excepción de la chaqueta Touring que le queda mas suelta. Sujeta un casco en sus manos y otro descansa suelto amarrado en el manubrio. Camino hacía ella y no puedo evitar pensar en lo sexy que se ve ahí junto a su moto.
¡Recuerda que deber averiguar qué está sucediendo!
¡Recuerda lo sucedido en el auto!
¡Recuerda la fiesta!
Saco de mi chaqueta el botón para abrir el portón y éste se abre de inmediato. Lena sonríe, es una sonrisa sensual que logra descolocarme y distraerme de la misión.
Esa sonrisa está inclinando la balanza de forma peligrosa.
Camino hasta estar en frente de ella. Su olor inunda todos mis sentidos. Me encanta como huele.
¡Maldita balanza!
-¿Vamos? –pregunta pasándome el casco. Su sonrisa se vuelve más grande.
¡Todo sea por la misión!
-Vamos – Le respondo recibiendo el casco.
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TRAS LAS HUELLAS DE SU NOMBRE - (Girl x Girl)
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