Capítulo 11.

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Bebió, sin importar que tenía el vaso, agarró el vaso de un chico que no recordaba si lo había visto antes

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Bebió, sin importar que tenía el vaso, agarró el vaso de un chico que no recordaba si lo había visto antes.

Se tambaleó hasta la cocina, vio una botella, al momento de acercarse alguien la agarró primero y la alejó de ella. Jennifer gruñó y alcanzó la otra aun lado.

—No, no, Jenn—dijo y le quitó la botella de las manos.

—Q-quitate—murmuró, trató de empujarlo, pero se tambaleó.

—Pero Jenn--

—¡Vete, John!—gritó, alcanzó una botella y salió de la cocina como pudo.

Él suspiró, dejó la botella sobre una mesa y corrió detrás de la chica, la vio subir las escaleras. Adelantó su paso y la alcanzó a arriba.

Agarró su muñeca.

La rubia casi suelta la botella. Frunció el ceño y gruñó, tironeo haciendo que un poco de tequila cayera al suelo.

—Ahora, d-debes soltarme, imbécil—arrastró las palabras. La agarró de los hombros.

—¿Estás sola aquí?—preguntó. Alejó la botella que ella acercaba a sus labios—, Jennifer. ¿Viniste sola?

Negó con la cabeza.

—Excelente. ¿Con quién?—se encogió de hombros, ahora fue él quién gruñó—, ¿viniste con alguna compañera? O no sé--

—¿Por qué me haces-- hip, preguntas?—murmuró, volvió a hipar. Carajo, ahora tenía hipo.

—Jennifer, por favor.

—Quiero‐- —comenzó a hacer horcadas, Deacon la soltó y ella corrió a la habitación más cercana

Fue detrás de la chica, la agarró de los hombros y la llevó de nuevo al pasillo en dirección a un baño.

—Yo sé donde está el baño.

Cerró la puerta y dejó que hiciera lo que debía hacer sola, cuando no oyó nada se preocupó. Entro y la vio dentro de la bañera. Apretó los labios y se sentó frente a ella dentro la bañera.

Jennifer colocó sus brazos sobre sus rodillas para luego colocar su cabeza sobre ellos y mirar al chico. Quitó las lágrimas que corrían por sus mejillas.

Hizo una mueca. No quería decir nada.

Por otro lado el muchacho se dio cuenta que se le había bajado la borrachera.
Miró su reloj sin decir nada tampoco.

—Me dices la hora, por favor.

—Eh, son las 2:15am—respondió—. ¿Qué haces aquí?

—Vine con mi hermano y una compañera, peleé con ellos—se encogió de hombros e hizo un ademán. Él apretó los labios y asintió lentamente—. ¿Y tú que haces aquí?

—Steve me invitó, ¿lo recuerdas? Estuvo conmigo la fiesta que nos conocimos...

—Sí, Steve Williams vamos juntos a algunas clases.

Ninguno de los dos habló por las cinco minutos.
Deacon golpeaba sus muslos creando una persecución, ella sonrió de lado.

Ooh, you make me live
Whenever this world is cruel to me...—susurró. Ladeo la cabeza mirándolo.

I got you to help me forgive
Ooh, you make me live now honey
Ooh, you make me live—continuó dudosa.

Él abrió los ojos grandemente. Alargó su brazo y tomó el papel higiénico, sacó un lápiz de su bolsillo. 

—Esperó que me llegue dinero de las regalías o te demandaré—intentó bromear, él sonrió—. John, una pregunta, ¿por qué te cae mal Roger?

Dejó de escribir. Hizo una mueca y un ademán, como si fuera algo obvio.
Abrió la boca y la cerró, buscando las palabras.

—Vamos, Jennifer, golpeó a alguien hasta casi dejarlo muerto—comenzó a decir—, o hace poco, destrozó su batería después de un concierto en un arrebato de ira, casi hiere a Fred de gravedad.

—Primero, sobre que golpeó a alguien hasta casi matarlo es solo un rumor y lo segundo, eso no lo sabía—alzó un dedo y luego lo bajo, apretó los labios, sonrió de labios para luego hacerse hacia atrás—. Pero--

—Es lo que es, Jenny. Creo que tiene ese  trastorno explosivo, algo así.

—Trastorno explosivo intermitente—corrigió rápidamente—, sí, también uno creería eso. Si oyera los estúpidos rumores.

Se levantó rápidamente, salió de la bañera, John la imitó.

—Gracias por esta grata conversación, John, debo irme.












































































































No, carajo, dijo en su mente al ver entrar a su hermano.
Rodó los ojos, agarró un lápiz y un papel.

—"Citar", "Posible gira", Está bien—el hombre al otro lado de la línea cortó la llamada.

Se levantó de su asiento. No quería lidiar con esto ahora, pero la detuvo.

—Bradley, estoy ocupada.

—Te traje esto—murmuró, enseñó una hoja de papel y un lápiz, además en su otro mano traía una caja de pizza vegetariana. La rubia frunció el ceño confundida señalando el papel y el lápiz—. Si te decides ir a la gira conmigo elegirás las primeras cinco paradas.

—Esto es manipulación—replicó. Se acercó a él y lo abrazó—. Ven, vamos a comer.

Agarró la caja para así poder agarrar su mano. Bradley empujó la puerta, se sentaron en la primera mesa, la habitación estaba vacía como siempre.
Él abrió la caja y comió, no dijo nada, pero detestaba la pizza vegetariana.

Señaló el papel.

—Primera sugerencia; Ámsterdam, como primera parada—apenas se le entendió.

—¿Ámsterdam?—repitió pensando porqué a su hermano le gustaría ir, las fiestas, de igual forma sería divertido, también está el museo de Van vogh—, está bien, ¿por una semana?—su hermano asintió, escribió. Pensó, Praga, por el festival, una semana, volvió a escribir.

—¿Praga? ¿Por qué quieres volver? Ah, el festival.

—Y nos quedaríamos con tus amigos. Ahora, déjame comer.

—Estos dos días sin ti fueron un infierno—le informó, tocó su pecho como si estuviera realmente herido.

—Cállate—dijo divertida y le arrojó un espárrago.

La apuntó como amenazándola, ella rodó los ojos.

Like me🏹Roger Taylor¹. AUWhere stories live. Discover now