CAPITULO III : Atando cabos

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Eran exactamente las 08:00 AM y los ánimos no eran los mejores ya que un rubio ojiazul amaneció sintiéndose terriblemente humillado por una pelirroja que se sintió de pronto culpable al no recibir el habitual buenos días que acostumbraba a decirle el chico y si bien no debería sentirse de esta manera puesto que no consideraba factible el hecho de hacer las cosas por obligación tampoco había nada que pudiese hacer para borrar el hecho y con esas cargadas emociones negativas empezaron el desayuno en completo silencio.

L: Eh... hoy llamaré a Sveta y Tania para ver que hacemos en la tarde - comunicó de pronto con visible entusiasmo 

La pelirroja vio como su comentario fue olímpicamente ignorado por el rubio y decidió aclarar las cosas de una vez por todas.

L: ¿Vladimir estás celoso? - inquirió de pronto con visible exasperación

V: ¿Celoso yo? ¿Porqué debería estar celoso? - inquirió de pronto con molestia 

L: Por Yulia - respondió de pronto analizando minuciosamente su rostro

V: Y ¿Por qué debería estar celoso de una drogadicta? - inquirió de pronto con sorna 

L: ¡No la llames así! - criticó de pronto con molestia 

V: ¡¿Por qué la defiendes?! - espetó de pronto con molestia 

L: ¡¿Por qué la atacas?! - rebatió de pronto con molestia 

Ambos se quedaron viendo fijamente como si de dos enemigos se trataran.

V: Bien saldré a respirar aire fresco - comunicó de pronto con visible hastío 

La pelirroja vio como el rubio ojiazul se fue rápidamente del lugar y tras dar un suspiro cansado de frustración terminó el desayuno en completo silencio para luego de unos minutos más dedicarse a limpiar la cocina, la habitación, el baño y por sobre toda las cosas la sala ya que si tendría invitadas ese día debía dar una buena impresión sin embargo aún no estaba realmente segura si las chicas estarían disponibles después de todo era sábado y seguramente tendrían otras actividades aun así decidió probar suerte y tras dejar un mensaje de Whatsapp a cada una de ellas y recibir una respuesta afirmativa, se dedicó a terminar de realizar los quehaceres, bañarse y cambiarse.

Al cabo de unas horas, el rubio ojiazul regresó al departamento dispuesto a hacer las paces con la pelirroja y tras observar todo pulcramente limpio y ordenado centró sus ojos azules en aquellos ojos verdigrises de la chica quién al ver al rubio ojiazul con unas rosas rojas en la mano, le sonrió tiernamente.

V: Eh... traje vino - comunicó de pronto tímidamente alzando el producto 

El rubio ojiazul y la pelirroja pasaron algunos minutos asando carne y cocinando embutidos mientras platicaban sobre algunas cosas relacionadas a la cocina cuando de pronto se escuchó el timbre del departamento sonar y tras dejar todo sumamente listo sobre la mesa, se acercaron suavemente hacia la puerta para recibir formalmente a las chicas.

S: ¡Oh! Lena tiempo sin verte - comentó de pronto con visible emoción abrazando calurosamente a la chica 

T: ¡Oh! Vladimir que cambiado estás - comentó de pronto con visible asombro abrazando calurosamente al chico

Svetlana Smirnova y Tatiana Pavlova eran dos amigas en común que tenían tanto el rubio como la pelirroja, las habían conocido en la Universidad Estatal de San Petersburgo y desde que se enteraron que los chicos se habían mudado a Moscú por trabajo habían intentado reunirse, pero debido a la falta de tiempo no había habido oportunidad hasta ahora. Eran exactamente la 01:30 PM y el agradable almuerzo amical pronto dio inicio en aquella pequeña sala - comedor para luego de charlar sobre diversos temas de interés mientras disfrutaban del increíble shashlik que habían preparado los anfitriones, pasar a retirarse suavemente hacia el sofá para seguir conversando mientras escuchaban música moderna en la televisión.

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