CAPITULO IV : Una emergencia

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La mañana del día domingo no fue muy reparadora que digamos ya que la pelirroja de mirada verdigris amaneció con un terrible dolor de cabeza que no logró mitigar sino hasta que tomó una pastilla, la idea de haber ignorado una información por demás importante le había causado gran conmoción sobre todo en la noche antes de ir a dormir iba tan sumida en sus propios pensamientos que no se dio cuenta que el rubio ojiazul estaba intentando llamar su atención.

V: Eh... ¿Lena? - inquirió de pronto visiblemente desconcertado - ¿Estás bien? - inquirió de pronto con visible preocupación

L: Eh... sí Vladimir ¿Qué sucede? - inquirió de pronto visiblemente nerviosa tomando suavemente su té

V: Te estaba comentando que me invitaron a Estados Unidos a dar unas conferencias de sanidad - reveló de pronto con visible entusiasmo

L: ¡Oh! bueno es una gran noticia - respondió de pronto con tranquilidad asintiendo suavemente

V: ¿Segura que estás bien? - inquirió de pronto con visible preocupación alzando ligeramente sus cejas

A la pelirroja de mirada verdigris le costó realmente tranquilizar al rubio ojiazul ya que lo que menos quería era levantar sospechas de que la pelinegra ojiazul había estado ayer por el departamento y ni qué decir del beso que le había dado si aún no podía recordar el hecho sin que las mejillas se le sonrojasen. Al cabo de unos minutos, el desayuno se había dado por terminado y tras ordenar amenamente el departamento decidieron pasar la tarde visitando algunos lugares turísticos como son La Plaza Roja y El Kremlin, la pelirroja debía reconocer que por primera vez se sentía realmente feliz de pasar más tiempo con el rubio sin embargo había algo que todavía no la hacía sentir del todo satisfecha y sin saber realmente cuál era el motivo para tal apreciación, se dedicó a poner su mente en blanco para poder disfrutar del momento.

Eran exactamente las 02:30 PM y el rubio ojiazul y la pelirroja se encontraban almorzando en el "Old Tower" un establecimiento ubicado en el Theatre Square, 5с.1 y mientras un rubio ojiazul venía comentando al parecer una anécdota divertida a la pelirroja ella estaba muy fuera de sí absorta en sus propios pensamientos recordando por tercera vez el beso compartido con la pelinegra ojiazul que sin saber realmente porqué la traía nuevamente a su realidad.

V: Y de pronto Dima se dio cuenta que el jefe estaba detrás suyo - comentó de pronto con visible gracia empezando a reír suavemente 

La pelirroja rio suavemente al ver la gracia con la que lo contó el chico y observando como de pronto el rubio se empezó a limpiar unas rebeldes lágrimas que se habían escapado producto de la carcajada, se sintió de pronto visiblemente triste porque por más que deseara volverse a sentir feliz de tener esa conexión especial con el rubio ojiazul no podía sentirse de esta manera. Al cabo de unos minutos, ambos se encontraban regresando nuevamente al departamento y tras bañarse y cambiarse por prendas más cómodas se dedicaron a preparar palomitas de maíz en el horno microondas pues tenían pensado ver un par de películas de terror sin embargo ni bien terminaron de ver la primera, la pelirroja recibió una sorpresiva llamada de la pelinegra ojiazul quién visiblemente afectada del otro lado de la línea le pidió que por favor fuera al Hospital Clínico de la Ciudad.

V: ¿Quién era? - inquirió de pronto visiblemente extrañado

L: Eh... - empezó a decir visiblemente nerviosa 

La pelirroja tentó la idea de mentir al rubio ojiazul y decir que se trataba de Sveta o Tania, pero entonces el rubio se ofrecería a llevarla y se caería la mentira así que optó finalmente por decir la verdad.

L: Eh... es Yulia parece que es algo grave - comentó de pronto con visible preocupación tomando rápidamente su abrigo 

V: Y ¿En serio tienes que ir? - inquirió de pronto con visible indiferencia

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