CAPITULO X : Un nuevo comienzo

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La pelirroja de mirada verdigris comenzó a despertar suavemente en aquella amplia cama sintiéndose increíblemente feliz de poder tener a la pelinegra ojiazul a su lado y tras detallar por algunos segundos sus tiernas facciones al dormir, apartó suavemente su protector brazo de su cintura para empezar a cambiarse rápidamente en completo silencio recordando que esa mañana se suponía debía estar viajando rumbo hacia al Caribe para celebrar su boda y tras peinarse y arreglarse ligeramente, se encaminó rápidamente hacia la salida.

Y: ¿Te vas? - inquirió de pronto con visible turbación viendo fijamente hacia la chica 

La pelirroja de mirada verdigris sonrió tiernamente por el tono infantil que usó la pelinegra y tras darse suavemente la vuelta, se dirigió rápidamente hacia la chica para darle un tierno beso en los labios recordándole que todo estaba bien para luego de salir rápidamente de la habitación y llegar finalmente hacia el amplio ascensor, pensar en el inminente sermón que le esperaba ni bien llegara al departamento. Al cabo de unos minutos, se encontraba llegando rápidamente a su destino y tras abrir torpemente la puerta, se encontró a un más que molesto Vladimir parado estoicamente en el centro de la sala.

V: ¿Por qué tienes el celular apagado? - inquirió de pronto con visible seriedad viendo fijamente a la chica  

L: Seguro se acabó la batería - respondió de pronto visiblemente nerviosa mirando suavemente hacia otro lado 

V: ¿Dónde pasaste la noche Lena? - inquirió de pronto con visible molestia acercándose suavemente hacia la chica - ¡Responde! - espetó de pronto con visible molestia sobresaltando a la chica

L: En un hotel - respondió de pronto visiblemente vulnerable viendo fijamente al ojiazul

V: ¿Con quién? - inquirió de pronto con visible frustración tratando de calmarse - ¡¿Con quién Lena con quién?! - inquirió de pronto con visible molestia sacudiéndola suavemente por los brazos 

L: Yulia - respondió de pronto con visible temor viendo fijamente al ojiazul

De pronto el rubio ojiazul la soltó bruscamente y empezó a tumbar todas las cosas que encontraba a su paso, vasos, platos, sillas, cojines, parlantes, incluso su laptop quedó irreparable para luego de terminar con la sala, pasar histéricamente hacia la cocina y posteriormente hacia la habitación en dónde ocasionó un estruendoso sonido que hizo que se cubriera los oídos por protección y tras verlo salir rápidamente del ambiente con dos maletas en mano, cruzaron intensamente miradas para luego observarlo salir rápidamente del departamento cerrando la entrada de un portazo. 

***

Un año después

Era increíble ver como las cosas podían cambiar de un momento a otro, hace exactamente un año tenía una vida ya hecha junto al rubio ojiazul, una vida indudablemente acomodada y segura, pero... no era feliz y eso lo supo desde el momento exacto en que la pelinegra ojiazul se volvió a cruzar nuevamente en su camino para ponerle color a sus días grises e inyectarle un poco de adrenalina a su ya aburrida vida pensó de pronto con visible gracia parando suavemente un taxi para dirigirse finalmente hacia la propiedad de la chica. 

En cuanto a Vladimir, no volvió a saber nada de él después de que se fue furiosamente del departamento y el mensaje que decía "Espero algún día puedas perdonarme" nunca fue visto ni respondido y bueno no es que esperara una respuesta tampoco, era entendible su molestia y ahora lo entendía a mayor profundidad pensó de pronto con visible pesar viendo minuciosamente las frías calles moscovitas a través de la ventana. 

Las amigas que antes compartían en común, Sveta y Tania se habían alejado sorpresivamente de ella como si de repente tuviera algún mal contagioso que no tuviera remedio, si se encontraban de casualidad por el centro simplemente la esquivaban, entendió entonces que el rubio ojiazul la había estado dejando mal ante todos tal vez como una forma de venganza después de todo reflexionó de pronto con visible seriedad para luego de bajar suavemente del vehículo y pagar cortésmente al chofer, dirigirse suavemente hacia la entrada.

Pero... si bien había perdido unas cuántas amistades había ganado otras cuatro que eran menos superficiales, menos petulantes y menos alienadas pensó de pronto con visible regocijo siendo recibida por un Boris Shevchenko quién la abrazó calurosamente en la entrada para luego invitarla a reunirse con el resto de los chicos recordando lo mucho que había trabajado con alguno de ellos, por ejemplo: Viktoria había aprendido a amarse a sí misma y dejó poco después de hacerse cortes en las muñecas, Aleksandr mejoró sus ineficientes exposiciones cuando lo derivó dónde un psiquiatra para que medicara su ansiedad y su paciente favorita, la más especial de todas, la pelinegra ojiazul la había ayudado económicamente a asistir a un centro de rehabilitación y ahora se encontraba junto con sus amigos preparando una emocionante bienvenida para cuando su abuela la trajera a casa.

Era increíble como las cosas pasaron tan repentinamente a través de sus ojos como pequeños flashbacks que la hacían estremecer del sólo hecho de pensar en tan hermosos recuerdos vividos con la pelinegra ojiazul y ahora la tenía ahí... nuevamente a su lado listas para iniciar una nueva vida juntas, no sabía cuánto duraría, pero si algo aprendió a valorar de la pelinegra ojiazul es a vivir intensamente el presente y su presente era Yulia pensó de pronto con visible certidumbre observando como de pronto la chica corrió rápidamente a sus brazos para darle un sorpresivo beso en los labios recordándole que este era...

Un nuevo comienzo.



FIN

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