La Era Pre-linaje.(2)

21 6 0
                                    

La transmisión en directo por el nacimiento de una nueva era. O era así como ponían todos los canales televisivos del mundo al nacimiento del niño futuro sucesor al trono de Super Rey. Cientos de periodistas se reunían alrededor de la Manzana Real . Se suponía un gran evento para todos. El Super-rey, aunque esté un poco viejo y sordo, lo tenía claro. El diría algunas palabras frente a las cámaras, como decía el viejo libreto cuando pasaba algo importante en el linaje de la familia Real. Prepara su discurso a flor de piel, memorizandolo, mientras toma su taza de café puro como todas las tardes, mientras su asistente revisa su armario escogiendole sus mejores ropas. Su prima-hermana había parido un día antes de lo firmado a su descendiente, por lo que esto tomo por sorpresa a todos. Los rumores se confimaron luego de que su asistente diera desde la entrada Real la señal. Ese día dejaron pasar a multitud de periodistas, contando fotografos, camarógrafos, utileros. Desde bien temprano a la mañana se confirmó el nacimiento, todos los canales empezaron su cobertura. "Descendencia, nueva era". Es que, el mandato del super-rey corría peligro a ser extinto por una simple persona. Está manejaba los hilos. Aunque eso pareció acabar con la llegada del crio.

Van Genkin preparaba sus últimas líneas, hasta que suenan las campanas. Aunque antes, se esfuma por su nariz parte de ese polvo blanquecino. Tal como un acto antiguo, sale frente a todos los periodistas mientras hace un gesto con la mano izquierda, apuntandolo a su corazón, para luego hacerlo con brusqueza a su cabeza, emitiendo un grito.
- Hermanos, Hermanas-Comienza Van Genkin inspirado, suelto- Primero que nada, deseo que todos aquí en Gran Unido tengan prendido su pantalla ahora mismo, sino saben lo que les pasa- aparece en el cielo repentinamente un mensaje holográfico en el que se visualiza un precio específico, valuado en 10.000 dólares actuales. Mientras el Rey señala con el dedo, gritando jocosamente- Eso, hermanos, es lo que deben pagar todos aquellos que no están viendo. No se preocupen que ya estan rastreados - se ríe de una forma un poco escandalosa- Muy bien, bien, nos desviamos mucho. Cómo ya saben, los rumores resultaron ser ciertos. Mi hijo, mi hermoso niño puro, Jaakereh Van Genkin ha sido concebido- Comienzan a sonar los clásicos aplausos, aunque claramente eran pre- grabados ya que solo se permitía que este la cobertura de los canales. Nada de público.
Excedido como estaba, empezó a gritar emocionado:
-El pequeño, ¡será mi legado! ¡El mantendrá a todos por aquí, por igual!¡Será el inicio de la nueva era!- Volvían a escucharse los aplausos grabados. En ese mismo instante, sale su asistente y toma el micrófono:- En instantes se les será presentado el honor de conocer al descendiente de nuestro queridísimo super-rey de Gran Unido: Al pequeño....¡ Jaakereh Van Genkin!

En el lado más mezquino y humilde, el pequeño Alex, de ya 10 años de edad, veía con su madre la televisión de tubo que su abuelo tenia. Era vieja pero aún así interceptaba los canales con un procedimiento algo sencillo, ya que a pesar de que los canales cables dejaron de financiarse, aún existía una manera de verlos. Su madre le acariciaba la cabeza mientras veían juntos la televisión. Alex notaba que su madre estaba algo tensa y su corazón latía más rápido al ver que conforme cambiaba los canales veía que solo hablaban del super-rey. Alex, curioso, le pregunto que le pasaba. Su madre, algo nerviosa le dijo:
- Oh cariño, es que, es posible que la idea de hacer una vida común no sea hecha nunca como tal.
Alex confuso, dijo:
- ¿Pero por qué mamá? ¿Por qué te quieres ir?
- Alex, hijo, tu abuelo no va a vivir para siempre. Esta granja que vamos a heredar, no nos va a servir para progresar. Tu sabes que quiero lo mejor para ti, quiero que puedas ser alguien, y estás no son las condiciones ideales- le toca su cabeza- Quiero que seas alguien hijo-Sus ojos se vuelven brillosos- Tu tienes que seguir todo esto- Alex seguía confundido pero asentía. Su madre le dió un abrazo y lo besó en su cabeza, mientras le decia, emocionada, ya al borde de las lagrimas:
-Hay que sacar a estos malditos que no dejan vivir...
Alex no comprendió eso de los "malditos" pero empatizo con el dolor de su madre. Quizá por eso tenían que estar ocultos de las personas, y quizá por eso no podían moverse con total libertad por las aglomeraciones. Quizá sea culpa del Gran Reino. No. Mientras su madre lo abrazaba, su visión se fijaba en la pantalla en technicolor. Vió a ese bebé. Entendió todo.

Alex SimonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora